Capítulo 4: 20 minutos

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Luego de unas cuantas horas, Walter ya se encontraba colocando un cartel de descanso, el cual decía por escrito "vuelvo en 20 minutos". Era mediodía, y tanto él como su pequeña compañera tenían hambre atroz, y un almuerzo gratis que querían disfrutar.

—¿Ya es hora de comer?—Kelly dejó una caja a medio mover, ya que se dio cuenta que había puesto el cartel.

—Sip, me alegro que hayas logrado aguantar tanto sin hacer tu dramatización de que te mueres.

Kelly aguantó su risa, mientras sacudía la cabeza para intentar quitarse el pañuelo, pero sólo había un pokémon en ese momento que podía quitarle aquello. Y de esa manera, Walter ya estaba despojando de su gorrito de trabajadora a su amiguita.

—Gracias—ella se tambaleó un poco, movió tanto su cabeza que se había mareado—, y no creo necesitar hacer drama, ya vi muchas por esta mañana.

El kecleon se tomó un momento para intentar descifrar lo que dijo, su mente estaba tan ocupada viendo diferentes caras y vendiendo tantas cosas diferentes de las que tenía que hacer recuento, que su mente borró de momentos la escena de persecución de la mañana.

Una vez que recordó todo lo que ocurrió, abrió su boca, captando por fin el mensaje.

—Vaya, había olvidado por completo lo de la mañana.

Kelly no pudo evitar reírse.

—¿Estás bromeando? Pero si todos los de la aldea se pusieron a comentarlo—ladeó la cabeza, con un semblante burlón.

—Pues que puedo decir, me distraigo fácil.

Walter salió de la tienda junto con su compañera, no sin antes asegurarse de que todo estaba bien guardado, por mucha confianza que le tuviera a los visitantes o habitantes, ya era una costumbres para él asegurar su negocio: nunca se sabe cuándo algún Pokémon pillo quiera robarte.

En lo que ambos salieron, el verdecillo pudo recordar más claramente lo ocurrido, y esperaba no hacerlo, ya que ese era un lado muy extraño de Lerroy. Nadie, siquiera él, estaba acostumbrado a verlo de esa forma;por no decir que realmente él jamás había actuado así, no contra la gente del pueblo o recién llegados a estos recintos.

Lerroy se había vuelto indiscutiblemente el jefe de aquella pequeña aldea, pero a veces muchos se preguntaban las razones, mucho más los niños y los visitantes que no estuvieron ese fatídico día, pero Walter y mucho de los adultos del lugar conocían la razón, y no, no era sólo como le contaban a los niños, no se volvió por que sí.

Un día simplemente sucedió ese incidente, pokémon tipo de agua vinieron y comenzaron un gran ataque, sus potentes disparos de agua habían destrozado parte de lo que es actualmente casa de Charlie, tiraron el techo de su propia tienda y de algunas casas, intentaron detenerlos, pero fueron intentos inútiles; media hora después de que comenzara todo,llegó Lerroy, y cómo pudo lideró a la mayoría de pokémon de la zona, salvando también Petrew, el jefe de ese entonces.

Esa, esa fue la única vez que recordaría a ese Luxray actuando de una manera tan agresiva, puesto que apenas tuvo la oportunidad demolió a esos pokémon sin compasión; los había electrocutado, desgarrado. Apenas recordarlo le daba un revoltijo en el estómago, fue un día de lluvia desgarrador que mantuvo la aldea en silencio el día siguiente. Casi nadie logró entender el porqué de la crueldad, sus explicaciones las decía a medias.

"Pudimos hacer algo"

"Sus ojos eran rojos, no había otra manera"

Aún recordaba la mirada de ese pokémon bajo la lluvia, su melena empapada de agua y sangre que chispeaban corrientes de electricidad, el agua bajo él que chispeaba con la misma intensidad, y sus ojos, brillantes pero que apenas lograban poseer emoción en ese momento. Y por supuesto, el huevo que traía consigo, que Mary tuvo que cargar debido a que no podía protegerlo en ese momento.

Pokémon Mundo Misterioso: Luces de la sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora