#Fourteen🚬

399 24 24
                                    

Dedicado a : Nalguitas_de_Finn
(Alto nombre jsjsjsjsjs)
Gracias por el apoyo, corazooooon.
Besitos 🌻

-Si, algo para comer- Miró al encargado del Bar G-Slack en la Avenida B.
Al recibir como respuesta una cara confundida la azabache rodó del ojos.
-Lo que sea- Le habló en ruso, impaciente.
Giró la mirada para apreciar los rizos del muchacho a su lado.
Se percató de como la jovencita lo observaba y algo sonrojado volteó su cabeza para mirarla. Topándose de golpe con aquellos ojos que le hipnotizaban haciéndolo sentir en medio de la selva.

-¿Porqué me miras así?- Le preguntó con media sonrisa.

-Porque eres hermoso- Pasó una mano por el cabello del pelinegro y le besó tiernamente los labios.
-Y tengo miedo de prederte- Dijo a centímetros de su boca, sintiendo el aliento de Boris golpearle el labio superior. Aún con los ojos cerrados apoyaron sus frentes, una con la otra y sonrieron.

-Daja de pensar en eso, ¿Si?- Le acarició el cabello que permanecía exactamente igual; negro como el mismísimo carbón, lacio, largo y brilloso.
-Estaremos bien- La miró. Tenía las mejillas rosadas por el calor del local; el cambió de temperatura era abrupto. Afuera, el clima rozaba el bajo 0, la lluvia era helada y la humedad lo hacía bastante molesto.

-Quiero volver a trabajar- Comento una vez que ambos se separaron.

-Seria algo un poco peligroso para el embarazo, cariño- Si solo supiera que tener un hijo se había vuelto una simple ilusión.
Aageda sintió una presión en el pecho que no la dejaba respirar.

Suspiró.
-Si, tienes razón- Hizo una mueca triste. Para que Pavlikovsky no la viera giró la cabeza, mirando hacia la puerta.

Un chico muy alto, de cabello castaño claro, vestido elegantemente y de gafas entró al establecimiento, se acercó a la barra y le habló al dependiente.
-Emm, ¿alguna...?- Dudó un poco.
-¿Alguna Rushiren trabaja aquí?-

-¿Russeren?- Lo corrigió.

-Si. Soy amigo de Jerome y dijo que ella podría ayudarme- El dueño giró mirando a Eda. Ella negó discretamente.

Sabia que de algún lado lo conocía. Apretó la mano de Boris para llamarle la atención.
-Ese chico- Lo señaló con la cabeza, hablando en voz baja.

-¿Que sucede, nena?- El ruso prestó atención.
-Oh, mierda, es...-

-Si- Le cortó la noruega.
Al ver que el jovencito no hablo, agregó con la voz algo asustada.
-¿Porqué esta buscándome?-

-Creo que no dejó los vicios- Se encogió de hombros.
Theo le dio una fugaz mirada a la ojiverde.
En el bar se hizo un silencio sepulcral.

-¿Ayudarte con que?- Se hizo el desentendido.

Decker lo miró nervioso.
-Ya no importa- Habló incómodo para dar media vuelta y marcharse.

-Vamos- El ucraniano sujetó su mano y trató de levantarla.

-¿Qué? ¡No!- Se sostuvo del asiento.

-Vamos por él- La miró suplicante.
-Hazlo por mi-

La chica apretó los labios, intentando decidir.
No estaba preparada pare enfrentar los hechos. Esta vez, su resiliencia le estaba fallando.
No podía ni siquiera verle los ojos a Theo sin que rompiera en llanto. Lo había extrañado tanto, y verlo allí, parado, buscándola sin saber que era ella; le golpeó fuertemente la cara. Sentía las voces de su interior gritarle:
"Eres débil, ya no puedes protegerlos"
Se le estremecieron los vellos de la nuca. Miro a Boris, en sus ojos se veía el entusiasmo y muy, muy camuflado, algo de desesperación.
Percibió el sutil jalón que le dio el chico, impaciente.

WONDER▪︎▪︎ Boris Pavlikovsky " The Goldfinch" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora