#Twenty Four🚬

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Dedicado a: morgana1224 , DdyanaRuby , TheCl0wnGirl y Just_AnotherWitch
Muchísimas gracias por el apoyo!!
Lluvia de besitos 🌻

Se aferró al lavabo cuando el punzante dolor la atacó nuevamente. Las heridas habían sido vendadas y esterilizadas por Boris, mas no había remedio para frenar el dolor que sentía en cada uno de sus huesos.
La principal agonía se localizaba es su bajo vientre; y Eda comenzaba a preocuparse por el estado del feto, no iba a perdonarse nunca si lo perdía. La expresión de su novio al enterarsese de que no sería padre le quedaría eternamente grabada en la memoria y le carcomería las entrañas por siglos.

Las mediocres clases de educación sexual en la Vegas fueron de ayuda cuando el sangrado se hizo presente; concluyó que no había vuelta atrás.
Estaba encerrada, asustada, nerviosa y a punto de romper en llanto cuando la puerta del baño sonó.

-Nena, iré a comprar comida- Anunció el ruso desde el otro lado.
Aunque no lo veía, sabía que tenía la oreja pegada a la puerta.

-Ehh, si claro. Ve- Titubeó la chica sin dejar de mirar la sangre en su ropa interior.

-¿Necesitas algo? ¿Te encuentras bien?- El chico se preocupó por la entrecortada voz de su novia.

-Si, tranquilo. Son las náuseas- Mintió.

-¿Quieres que te sostenga el cabello?- Soltó al instante en un tono dulce.

-No, cariño. Esta bien- Se negó instantáneamente.
-Ten cuidado, lleva mi Glock para protegerte- Recomendó.
Hubiera deseado salir y besarle los labios, como siempre lo hacía antes de que se marchara. Pero tenía claro que si lo veía a los ojos no podría aguantar las lagrimas y finalmente, su secreto se vería fastidiado por completo.

-Esta bien, te amo. Adios- Se despidió el varón. El nudo que tenía Aageda en la garganta no le dejó hablar. A pesar de querer gritar ayuda hasta que sus cuerdas vocales se rompieran, se mantuvo en silencio; esperando que la puerta principal se cerrase.

Comenzó a llorar cuando se quedó totalmente sola.
¿Que podía hacer? El aborto era inminente.
Simplemente se quedó allí, sentada, con la mirada perdida mientras sus ojos no dejaban de soltar lagrimas. Apretaba su bajó vientre cuando las punzadas se hacían presentes.
Cuando sintió un coágulo de sangre salir de su intimidad, la anatomía se le paralizó. Pensó que se desmayaría. Respiró hondo, negándose ver el lo que su cuerpo había despedido.

▪︎▪︎▪︎

-Hola, nena- Habló Boris con cinco bolsas de supermercado en las manos y una caja de pizza.
Eda pareció no inmutarse; recostada en medio de la cama, hundiéndose en su propia miseria, sus ojos permanecían clavados en la nada, con cada pestañeo la humedad de estos parecía sucumbir ante la tristeza y la decepción.
-¿Estás triste?- Preguntó al percatarse del semblante vacío de su amada.

-Boris...- Susurró con la voz queda.
No era capaz de decirle, ni si quiera ella podía asimilarlo aún.

-Shh, no digas nada. Está bien, entiendo. El bebé te vuelve loca, ya me lo dijo el cartón de leche que me lanzaste el sábado- Intentó bromear para subirle el ánimo, logrando una media sonrisa triste en Eda.
Se acerco a las bolsas y sacó una barra de chocolate.
-Mira, traje una barra de Nestlé para los tres- La chica se vio obligada a sonreír de forma forzada.

WONDER▪︎▪︎ Boris Pavlikovsky " The Goldfinch" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora