WONDER▪︎▪︎ Boris Pavlikovsky " The Goldfinch"

#Twelve🚬

Dedicado a: libydelcampo
Gracias por todo el apoyo, dulzura.
B

esitoooos 🌻

Día de mierda.
Día de mierda.
Día de mierda.

La cremallera de su mochila se había estropeado, iba perdiendo las cosas por el pasillo del colegio y había desaprobado historia estadunidense.

Con la chaqueta negra colgada en la cintura, un par de cuadernos debajo del brazo y el libro de biología en su mano se adentró al baño de chicas.

Dejo las cosas sobre el lavabo medio inestable y observó su examen mojarse por el agua derramada, la tinta roja se corrio deformado su "D -".
Rodó los ojos y arrugó el papel, lo lanzó al cesto de la basura.

Se observó en el espejo.
Se notaba que su día estaba yendo de mal en peor.
Tenía ojeras, los ojos rojos, el cabello enmarañado y los moratones de sus clavículas estaban iguales o peor.
Se percató de que tenía una mancha en su camiseta roja. El café frío de Boris.
Abrió el grifo y se mojó la cara.
Se secó con la chaqueta.

Guardó los materiales escolares en el bolso y subió el zipper hasta la mitad, de todas formas la mochila permanecía abierta. Así contenía las cosas que amenazaban con caer.

Se enlazó en abrigo nuevamente al rededor de la cintura y camino hacia la puerta de salida.
Una pequeña anatomía le impedía salir.
Kotku.

-Hola Rusita- La saludó apoyada en el marco de la salida.

-Hola Kotku- Intentó salir por la parte vacía pero la muchachita se movió cortando el paso.
-¿Me dejas salir?- Su diferencia de altura era bastante notable.
El peso también tenía una diferencia bastante grande.
La de mechas violetas media apenas 1.48mt. aproximadamente y pesaba unos 30kg. Mientras que Aageda medía 1.75mt. y pesaba unos 50kg.
La noruega tenía las cartas para ganar pero todo mundo sabía que la más pequeña peleaba muy bien.
Eda no iba a arriesgarse, así que se comportó tranquila ante la situación.

-No te irás hasta que me escuches- Sentenció Kotku mirándose las uñas mordisqueadas y a medio pintar.
A Aageda se le erizó la piel al recordar a Boris con las uñas pintadas de negro, cortesía de su novia.

-Bueno, ¿Que quieres decirme?- Las R le bailaban en la boca. Todas las veces que había hablado con ella habían terminado bastante mal.

-No me caes mal, ¿Lo sabes?- Le dio una mirada fugaz para voltearse y cerrar la puerta.
Escuchó el pestillo ser colocado.
Cerró los ojos siendo consciente de lo que iba a suceder.
-Pero... me sabe bastante feo que estés con Boris ahora- La chica subía la cabeza para llegar a los ojos de la ojiverde.

-Yo no estoy con Boris- Dijo a la defensiva.

-Ah, ¿No?- Recibió una negación con la cabeza.
-¿Entonces me dices porque lo escuché hablando con el chico de gafas sobre cómo "Te lo había dado todo"? - Aageda tragó grueso.
La campana de vuelta a clases se escuchó.

-Me tengo que ir a clases- Intentó rodearla pero recibió un empujón que la dejo en su lugar nuevamente.
-No me toques- Hizo un paso hacia delante.

-Te voy a dar un consejo, Rusita- Le dió una fingida sonrisa.
-Te alejarás de Boris, no lo mirarás, no le hablarás, ni lo tocarás... ¿Sabes qué? Mejor, ni respires cerca de él- Con cada frase se iban acercando más y más a la pared.
-Porque si no, ya no seré tan amable- Le sonrío.
-¿Lo entendiste o te lo repito, puta?- Estaban tan cerca que podían besarse.