#Fifteen🚬

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Dedicado a: swallowsky
Gracias por el apoyo, florecita!!
Besitos 🌻

Si cerramos los ojos y nos hundimos en el vacío que nos devora; tal vez me sienta bien. Como cuando parpadeabas lentamente y me sonreías aún con los ojos cerrados, escondidos tras aquella cortina de pestañas largas y negras.
Si yo cierro los ojos, escucho su carcajada junto a la tuya resonar tan fuerte en mis oídos que me desorienta. Me hunde en el vacío.
Por más que me sienta aplastada por el tiempo y la situación se que no podré volver junto a ti, junto a él.
No podremos ser aquellos niños que alguna vez fuimos, drogados y ebrios; risueños, tranquilos. Y por un momento, felices.

︎▪︎▪︎▪︎

Escuchó la puerta resonar en el piso de abajo. Alguien había llegado a casa, y por el silencio que le siguió supo que no se trataba del señor Pavlikovsky.

Caminar bajo el sol tan pesado del desierto la había descompuesto. Estaba agotada y con calor, sudaba intensamente y su cuerpo dolía como mil infiernos.
Sin la suficiente energía como para darse un baño que equilibrara su temperatura corporal, se había quitado la camiseta, los pantalones de mezclilla, las botas de combate y los calcetines. Quedando solamente en ropa interior.
Además, el corazón le galopaba en el pecho como si quisiese salirse y la cabeza le iba a reventar.

Podría describirlo como cuando estaba drogada, pero esta vez era un malestar intenso y para nada agradable.

La puerta de la habitación se abrió arrebatandole un respingo, su cabeza volteó a la entrada y logró divisar al joven ruso asomado desde ella.

Su mirada penetrante la intimidó por un momento.
Se centró en su anatomía desnuda y repleta de moratones.
-¿Podemos hablar?- Recibió una negación por parte de la chica. Tenía el entrecejo arrugado y expresión de disgusto.

-Creo que voy a desmayarme- Carleo casi inaudible mezclado el ucraniano con el ruso. Ahora, con los ojos cerrados.

Sin pronunciar palabra el pecoso se sentó en una pequeña esquina de la cama y le palpó la frente con su áspera y tosca mano.
-Estas congelada- Abrió los ojos, asombrado.
-Y pálida-
-No consumiste nada, ¿Verdad?-

La muchacha negó.
-Tengo calor- Agitó la mano frente a su cara en un vago Intento de abanicarse.

Él le tomó el rostro bruscamente recibiendo un gruñido por parte de la azabache. Le abrió los ojos con los dedos.
Sus pupilas se dilataron por la luz de la habitación, mas permanecian normales.

La observó por un momento. Vulnerable, con el cabello negro apelmazado en la frente, mojado. Su cuerpo delgado y endeble, con manchas violetas por doquier, rasguños. Su expresión quebrantada, dolida. Las manos temblandole, sujetas al colchón, los músculos tensos y el pecho subiendo y bajando con rapidez.

-Boris, ¿Puedo tomar un baño de agua fría?- Se escuchó salir de sus labios; como una canción de cuna, suave, melódica y tranquila.
Se sentó bruscamente en la cama y se levantó de un tirón, haciendo que sus piernas temblaran como si hubiera tenido una ronda de sexo salvaje por 10 horas seguidas de pie. Al percatarse de ello, el varón la tomó de el torso rápidamente y la enderezó para que no cayese.

-Estas en la mierda- Comentó haciéndola caminar hacia el baño.

Al abrir la ducha y regular el agua dejándola algo fría, el ucraniano se sorprendió al ver a la chica totalmente desnuda a su lado, esperándolo.
Entro a la bañera ya llena soltando un suspiro. El cabello que le colgaba por los hombros se le mojó, sintió sus piernas aflojarse debajo del agua y unas ásperas manos acariciarle los hombros, relajandola.

WONDER▪︎▪︎ Boris Pavlikovsky " The Goldfinch" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora