Capítulo 02. | Yo podía solo.

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Temothée Hammer.

La mañana comenzó con buenas noticias. Encontré una página en internet en la que muchas empresas publican las vacantes de trabajo que tienen, los oficios que ofrecen, entre otras cosas. Descargué la app de la página y envié mi currículum a varias empresas que se ajustaban a mi horario de la uni.

Por supuesto que no me quedaría tranquilo con simplemente enviar un correo de mi currículum a la empresa, así que me arreglé para ir a visitar algunas de las empresas que estaban en la App. En cada una aparecía su dirección, sería más fácil.

No desperdicié ni un poco la mañana. Me bañe, me vestí y desayuné en menos de veinticinco minutos... o tal vez fue una hora y media, no sé.

Pasé por dos empresas de herramientas y un laboratorio que fabrica medicinas. Siendo sincero, en la página de internet se veían mejor. En un restaurante de comida italiana, estaban solicitando ayudante de cocina, pero con lo quemada que me había quedado la pasta con albóndigas de anoche, no se me antojó ni asomarme por ahí.

La última empresa que me quedaba por visitar quedaba a unos diez o quince minutos de mi apartamento, era un supermercado o algo así, por lo que entendí en la descripción. No esperé más y me puse en marcha en mi coche.

En ese momento más que nunca me sentí agradecido por la oferta de mis tíos de venderme y permitirme pagar por cuotas este lindo coche que tenían sin usar en su casa. Cuando me vine a España, esta fue una de las ofertas que me dieron, aparte de ayudarme con la universidad. El coche no es del año, pero está en buen estado y me facilita muchas cosas.

Llegué al supermercado y tenía un gigante estacionamiento al aire libre. Al parecer, faltaban pocos días o casi nada para inaugurar el lugar, la fachada tenía una hermosa mezcla de colores entre azul y violeta, pero aún no tenía el nombre descubierto.

—¡Buen día!—saluda un señor en recepción — ¿En qué lo puedo ayudar? —es amable.

—H-hola, ¡Buen día! —vacilé —vengo por la oferta de trabajo, vi por internet que tienen una vacante aún.

—Ah sí, claro —asiente y me hace un ademán para que siga —derecho, al pasar la puerta, subes las escaleras. Ahí encontrarás la oficina de recursos humanos —señala.

—Muchas gracias, señor —digo y sigo adelante.

Me atendió la licenciada del supermercado, una señora rubia y elegante, muy amable. Buscan a una persona que se encargue de la publicidad de la empresa. Necesitan que la gente empiece a conocer sus productos ya que apenas están iniciando. Me encantó el trabajo porque es algo que se relaciona con lo que estudio y eso también me gusta, además de eso, el sueldo que ofrecen es muy bueno. Noté que muchas personas llevaron currículum a ese lugar, todos estaban sobre el escritorio, donde la licenciada colocó el mío luego de entrevistarme.

Me desanimó un poco ver el mi hoja de trabajo entre tantas más. Eran muchos los que vinieron a solicitar empleo.

Un par de minutos después de la entrevista, llegué a la universidad. La ciudad no es tan grande, todo queda relativamente cerca.

Camino por los largos y amplios pasillos de la universidad hasta llegar al salón de clases dónde próximamente tenía una prueba. Saludé a mi amiga Carla —mala consejera— y me senté detrás de ella para presentar la prueba. Me había preparado para esto pero mi cabeza daba muchas vueltas y manejaba mucha información, por lo que me costó concentrarme un poco.

—Si estudiaron, el examen seguro se les hizo fácil —supone el profesor, mientras dejamos los exámenes en su escritorio y salimos del salón.

—¿Qué harás hoy en la noche? —pregunta Carla, acercándose a mí.

JULIÁN © (Boys #1)  [ COMPLETA ] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora