Capítulo 08. | Diferente convivir.

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Temothée Hammer.

Joder, joder.

No supe qué responder, es la segunda vez en esta noche que Julián me tiene que ayudar en algo, y molestarlo para quedarme en su apartamento sería el límite.

¡Carajo! La puta cabeza me estaba dando muchas vueltas, me mareé un poco más al sentarme en el suelo.

—No —respondí seguro. No quería darle otro problema —aquí estaré bien. Gracias de todos modos.

—No te puedes quedar ahí afuera, el aseo ya pasó —señaló jocoso.

—Oye, no seas idiota —me ofendí, pero en el fondo me dió risa su oscuro humor —en serio, te he causado muchos problemas, primero me ayudaste cuando estaba ebrio y no pude subir las escaleras, me trajiste hasta acá porque mis amigos no podían, ¿ahora esto?

—Eh, no olvides que también manchaste mi camiseta de pintura.

—Sí, eso también, gracias por recordarlo —hablé.

—Pasa.

—No, de verdad no quiero moles...

—Solo deja de ser tan terco y pasa, no te quedarás ahí afuera —alegó.

Analicé la situación y él tiene razón, no podía pasar la noche aquí en el frío y desolado pasillo. Acepté y con la fuerza que me quedaba me levanté de donde dejé reposar mi exhausto cuerpo alcoholizado.

—Gracias —musité estando frente a él.

Respondió haciendo un gesto con su cabeza para que terminara de entrar, y obedecí.

Me sorprendí bastante al entrar y visualizar el lugar, me imaginé que su departamento sería algo caótico, desordenado o con algún tipo de decoración aburrida o de mal gusto; pero fue todo lo contrario. No era nada pintoresco el departamento pero se veía muy bien la mezcla de las paredes blancas con los muebles y la mayoría de las cosas de color negro o grises, era algo muy moderno. Había varias pinturas algo extrañas y peculiares colgadas en algunas paredes, era todo muy acogedor.

—Toma —mientras yo estaba en mi burbuja mental analizado el departamento de Julián, este buscó agua y me ofreció.

—Gracias —la necesitaba, tenía la garganta un poco seca.

—Supuse que querías, es lo que la mayoría hace al llegar de visita a alguna casa...pedir agua.

Me observó mientras tomaba agua y yo analizaba uno de los cuadros que estaban en la pared.

—¿Qué es esto? —inquirí viendo una pintura algo fascinante.

—Una mujer pintando una silueta.

—¿Está en una habitación llena de pinturas cierto?

—Sí, un taller —aclaró.

—Es muy hermosa esta pintura —hablé —debe ser costosa.

—Tiene valor sentimental —lo miré intrigado, pero antes de que pudiese preguntar algo más, él habló —sigueme, niño.

Caminamos al pasillo junto a la sala y nos detuvimos frente a lo que me imaginé que era una habitación para visitas.

—Aquí dormirás —señaló terminando de abrir la puerta.

Entré y me senté en la cama, era grande, estaba vestida con sábanas blancas. En la habitación no había nada más que un escritorio, un pequeño mueble junto al mismo y la cómoda cama. Definitivamente era el cuarto de visitas.

JULIÁN © (Boys #1)  [ COMPLETA ] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora