Temothée Hammer
Mi corazoncito se arrugó al escuchar como su tétrica voz, pronunció esas dolorosas palabras.
La tristeza en él debe ser inimaginable al saber que pudo haber hecho algo, haberse acercado a ella, hablarle, y no lo hizo a tiempo.
Ahora me doy cuenta de que para algunas cosas sí es tarde.
—Julián... yo —quería decirle algo para hacerlo sentir mejor, pero no encontraba las palabras adecuadas.
Antes de yo continuar, él habló de nuevo, —La impotencia al recordar que no pude despedirme de ella es enorme, y a pesar de que eso me llena de tristeza aún, lo que tenía que llorar ya lo lloré, así que no tienes que sentirte mal por mí —indicó —solo agredezco que estés aquí para mí.
—Siempre estaré contigo cuando me necesites —las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera pensarlas.
—Te quiero, niño —musitó.
Su mirada se suavizaba cada que encontraba la mía.
—Yo también te quiero, Julián. Te quiero mucho.
Hace caricias en mi cabello.
Cuando alguien me hace cariños en el cabello es peligroso para mí. Suelen pasar dos cosas: La primera, es relajarme, y la segunda es lo que acaba de pasar.
Quedé profundamente dormido encima de mi chico.
[...]
Estoy sobre mi costado y entre bostezos, lucho por pestañear para restablecer mis vista, me doy cuenta de que estamos en la cama del cuarto unido al balcón y lo primero que veo es la perfección de Dios ante mis ojos.
Julián está de frente a mí, sus ojos cerrados me permiten ver sus largas y oscuras pestañas, sus cejas un poco unidas en disgusto, como si tuviese una pesadilla o algo así. Sus apetecibles labios están un poco más rojos de lo usual, perfectos para ser besados.
Una sábana blanca cubre su cuerpo hasta su cintura, dejando descubierto los trabajados músculos de sus brazos, mi vista baja hasta la V que se forma en la parte baja de su abdomen y mis mejillas arden al ver la notable erección de Julián a través de las sábanas.
Enseguida el deseo recorre mi cuerpo hasta llegar a mi miembro haciéndome poner duro también.
Me giro sobre la cama para bajarme e ir al baño pero siento un fuerte agarre en mi cintura.
—¿A donde vas, niñito? —Julián me atrae a él de espalda, presionándome contra su duro y caliente miembro. Sin querer, dejó escapar un gemido por la sensación.
—Al baño —respondo nervioso —llegaremos tarde sino nos damos prisa.
—Aún tenemos tiempo —su voz ronca me hace estremecer mientras desliza su mano por debajo de mi camisa y mi abdomen se contrae por el contacto.
Aún se podía ver por el balcón que claramente no había aclarado, así que sí teníamos tiempo.
—Julián yo... —dejo las palabras al aire.
—Tranquilo —susurra a mi oído mientras termina de meter su mano en mi short y boxer para masajear con lentitud mi erección —no haré nada que no desees.
Ese es el problema, te deseo a ti, quiero sentirte dentro de mi nuevamente.
Lo sé, Julián me ha convertido en todo un pervertido también.
Se quita la sábana que lo cubre para acercarse mejor a mí y puedo notar como su erección se escapa de su bóxer negro.
Barney, ahí estás.
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JULIÁN © (Boys #1) [ COMPLETA ] ✓
Novela JuvenilNunca me imaginé que terminaría perdidamente enamorado de él. Girábamos en distintas órbitas, no nos conocíamos ni tampoco me importaba su existencia, al principio de todo, pero hubo algo en él que encendió una chispa en mí, y hubo algo en mí que ll...