Temothée Hammer
Mi respiración inconstante y todo el dolor que me invadía, me hizo golpearme en el pecho una y otra vez para verificar que todo esto de verdad estaba pasando. Todo estaba sucediendo tan rápido y lento al mismo tiempo que se me hacía irreal, y con todas las ganas quería que así fuera. Quería que todo esto fuese solo otra de mis estúpidas pesadillas, pero no era así.
Como si el universo quisiera darme una bofetada de realidad, Charlie frenó con brusquedad frente al hospital. Mis manos temblorosas y llenas de la sangre sujetaban el cuerpo frío de Julián en la parte trasera de la pick up, estaba descansando sobre mis piernas sudado y casi inconsciente.
—Todo va a estar bien, amor. Sé que eres fuerte, podrás superar esto.
No sabía si podía escucharme con claridad, pero quería que supiera que yo estaba ahí con él. En las buenas y en las malas, no importa lo que pase.
—¡Ayuda!
Javier fue quién bajó primero de la camioneta y advirtió entre gritos.
—No podemos quedarnos, nos arrestarán apenas nos reconozcan.
Me ayudó a bajarme con Julián y lo acomodó para que yo pudiera sostenerlo mejor. Tres paramédicos aparecieron rápidamente con una camilla, subiendo con precaución a mi novio en la misma.
—Todo estará bien ¿De acuerdo? Vamos a estar cerca.
Esas fueron las palabras de Javier antes de que Charlie arrancara la camioneta para irse.
Dejamos atrás aquella entrada del hospital y todas las ambulancias aparcadas afuera. La camilla alta de Julián rodaba con agilidad por los limpios y fríos pasillos del hospital, mi cuerpo lo sentía desorientado y mi mente estaba volando en mil pensamientos.
—Si en algún momento, por alguna razón tengo que irme y no puedo llevarte conmigo, por favor, prométeme que no me olvidarás.
Sacudí mi cabeza para sacarme el recuerdo de sus palabras de mi mente porque me negaba a aceptar una vida sin Julián.
Todo lo nuestro quizá no comenzó como en un cuento de hadas, pero fue lo mejor que me pudo haber pasado en esta jodida vida. Que él se haya atrevido a dejar esa nota frente a mi puerta, que me haya retado, que me haya atraído a él.
Nunca me imaginé que terminaría perdidamente enamorado de Julián.
Girábamos en distintas orbitas, no nos conocíamos ni tampoco me importaba su existencia al principio de todo, pero hubo algo en él que encendió una chispa en mí, y hubo algo en mí que llamó su atención. Así comenzó todo.
Fueron simples roces, miradas y palabras las que comenzaron ese peligroso juego en el que caímos y perdimos los dos.
Un letrero rojo en el umbral de una puerta anche decía claro: Sala de emergencias.
Me apartaron y me indicaron que no podía entrar. En las películas siempre veía como el acompañante del paciente en riesgo de muerte insistía en entrar a la sala de emergencias, me parecía estúpido, ellos no tenían ninguna función ahí. Ahora entiendo la situación y veo que no eran solo escenas cliché. La desesperación por entrar y acompañar a tu ser amado es un sentimiento que carcome y llena de impotencia.
Desearía estar ahí adentro al menos, dándole mi apoyo, aunque suene estúpido, que sepa que sigo aquí con él y que no está solo. Pero lamentablemente no podía hacer más que esperar.
—¡Temothée! —escuché la voz de Chris por los pasillos y lo vi acercándose con Andrés y un policía de uniforme negro.
Los tres se detuvieron frente a mí, pero no tuve la fuerza de emitir una palabra, solo logré romper en llanto una vez más. Andrés me sujetó y me sostuvo entre sus brazos, Chris daba palmaditas de apoyo en mi espalda y me permití liberar todo el dolor y miedo que sentía.
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JULIÁN © (Boys #1) [ COMPLETA ] ✓
Genç KurguNunca me imaginé que terminaría perdidamente enamorado de él. Girábamos en distintas órbitas, no nos conocíamos ni tampoco me importaba su existencia, al principio de todo, pero hubo algo en él que encendió una chispa en mí, y hubo algo en mí que ll...