✴Especial Adrien✴

368 38 20
                                    

Narra Adrien

Contemplé por un rato a la feliz pareja de pie junto al altar y luego mi mirada revoloteó hacia la bella chica que estaba sentada a mi lado. Los recuerdos salieron a florecer en mi cabeza, haciéndome vibrar por la nitidez con la que se proyectaban.  

Mientras el ministro hablaba uniendo a la pareja frente a él, recordé las palabras de Marinette el año pasado; me golpeaba el pecho con fuerza y rencor, mientras me miraba con sus grandes ojos y lloraba sin contenerse. Me partía el alma verla así.

-¡Vete tras ella entonces! -Me decía. -¡Alcánzala porque el amor de tu vida se te escapa! -Me golpeó por doceava vez el pecho.

-Marinette. -Musité.

-Debí darme cuenta antes. -Gritaba. -¡Nos hubiéramos ahorrado todo esto! -Manoteó, cansada.

-En ningún momento te engañé, Marinette. -Expuse. -Chloe me robó un beso, pero estaba ebria.

-¡Pero tú no! -Exclamó con voz estrangulada. -Además, el que haya estado ebria o no, no quita el hecho de que se haya enamorado de ti. -Señaló el papel sobre la mesa, arrugado violentamente. -¿Y sabes que es lo peor? -Sollozó. -Que tú, perfectamente sabes que te enamoraste también... de ella. De mi mejor amiga.- Gimoteo.

-Mari... -Quise acercarme, abrigarla en mis brazos para que de alguna manera cesara su dolor, pero me quedé a distancia, sabiendo que después de mi confesión, no serviría de nada. -Nunca quise hacerte daño. -Expliqué. -Simplemente... no pude controlarlo.

Recordé entonces el primer día que descubrí que sentía algo por Chloe, o mejor dicho, acepté que sentía algo por ella. Aquella vez que veía una película de terror y que de cierta manera, sin explicarme cómo, quería protegerla entre mis brazos y luego, jamás dejarla ir. Con el paso del tiempo me di cuenta que me gustaba pasar tiempo a su lado, pasar las horas en su compañía y hacer chistes de cualquier cosa.

-Pero pudiste decírmelo! -Las palabras de Marinette continuaban. -No había necesidad de que me hieras de esta forma. -Sollozó de nuevo. -Pero soy la estúpida, ¿sabes? Debí darme cuenta, por como mirabas a Nathaniel cuando se le acercaba, le hablaba o la besaba.

Mi rostro se endureció al recordarlo. Era una furia devastadora, una inquietud por querer alejarla de Nathaniel cuando este se le acercaba. Algo en que momento me inundaba de pies a cabeza y no podía explicarme la razón. Ahora lo sabía.

Volví a perderme en el recuerdo, en la escena de aquel día gris.

Me encontraba inmovilizado en el centro del departamento de Marinette, después de haber parecido un idiota y sentirme como uno. Viendo a Luka parado en la puerta y a Marinette entre sus brazos, sollozando en su pecho. Entonces, solo entonces, me di cuenta que yo había sido igual de ingenuo que Marinette, ahora comprendía quien era la chica a la que Luka amaba y porque es que nunca me lo dijo. Estaba de pie allí mirándome con la comprensión de un amigo, con el dolor de un hermano; mientras Marinette lo apartaba lejos, llevándoselo consigo como el único apoyo con el que contaba.

-Acepto. -Musitó el novio,mirando fijamente a su futura esposa y sonriéndole, haciendo que mi mente volviera al presente.

-Y tú, Marinette Dupain-Cheng, ¿Aceptas a Luka Couffaine como tu futuro esposo? -Preguntó el ministro.

-Acepto. -Respondió ella.

Chloe se levantó de la silla y sacó su cámara fotográfica. La miré desde abajo, sentado aun.

El recuerdo continuó en mi mente.

Me acerqué hasta la mesa en donde Marinette había dejado aquel papel arrugado y vuelto a desarrugar y curioso lo tomé entre mis manos. El corazón me volvió a palpitar cuando leí escrito del puño y letra de Chloe las palabras "te juro que lo amo". Pero ya era demasiado tarde, su vuelo había partido y se la había llevado lejos.

Manual De Lo Prohibido~AdrienxChloe~(Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora