♥Capitulo 55♥

233 34 0
                                    

-Mari, ¿qué pasa? -Pregunté, preocupada.

-Necesito hablar contigo. -Me dijo y se sentó en mi cama. No solo su rostro estaba triste, su voz parecía haber dejado la alegría también.

-¿Sobre qué? -Inquirí, ahora nerviosa, ¿sospecharía acaso que yo estaba enamorada de su novio? Me quedé de pie, mordiéndome el labio inferior y esperé a que hablara.

-Es Adrien . -Musitó.

El corazón se me paró por un segundo.

-¿Qué... qué pasa... con él? -Farfullé, torpe.

-Ya no es lo mismo de antes. -Bajó su cabeza y las hebras de cabello se amoldaron a la posición, cayendo finas en dirección al suelo.
-¿Qué quieres decir? -Me senté a su lado.

-Casi no está conmigo, ya no me llama todos los días y cuando vengo del trabajo, se va rápidamente. Lo notó distraído cada vez que hablamos, como si su mente estuviera en otro lugar o pensando en... alguien más. -Confesó. Abrí los ojos de par en par, aquello sí que no lo esperaba. Es decir, desde que conocí a Adrien como la pareja de Marinette, se veía claro que la quería muchísimo, estaba siempre al pendiente de ella y yo era a veces testigo de sus demostraciones de amor. Pero junto al desconcierto, la culpa comenzó a aflorar. -Hablé con Luka sobre esto. -Continuó, ahora mirándome, sus grandes ojos no tenían mucha luz.

-¿Con Luka?

-Sí, es su hermano, digo, ¿quién podría conocerlo mejor? Pero solo me dijo que Adrien es así de raro, que me quería y que dejara de preocuparme.

-Eso es cierto, Marinette. Mira, Adrien y tú son la pareja perfecta. -Dije, aunque me costara aceptarlo. - Él te quiere, créeme. Eso se nota, -Pasé mi brazo por su hombro.

-No tanto. -Resopló.

¿Qué podía decirle? Yo me sentía culpable, no es que tuviera el ego muy grande ni nada de eso, pero sabía a lo mejor el porque del comportamiento de Adrien.

-Mira, tranquila, ¿si? -La animé. -Mañana iremos a la fiesta esa de tu jefe, relájate, trata de no pensar en eso. Verás que tarde o temprano, Adrien volverá a ser el mismo. -Dije, mientras en mi cabeza ya pensaba en la fecha en la que partiría.

~~~~~~~~~~~~~~~~~

Esa noche, traté de dormir, pero lo cierto es que no pude pegar los párpados durante un par de horas. Marinette ya había comenzado a notar que Adrien estaba extraño, por supuesto, ella no era para nada tonta ya tarde o temprano se daría cuenta de la razón de su comportamiento. Tenía que irme, tenía que irme pronto. Antes de que esto se complicara más, me iría y dejaría que Adrien y mi amiga volvieran a sus vidas antes de que yo llegara a Venecia. Por mi parte, yo intentaría olvidarme de él, seguiría mi vida como había sido antes, llamaría a Marinette todos los días y si acaso, solo pediría que salude a Adrien de parte mía. Huir era lo mejor. Lo mejor hasta ahora.

No sé porque me encontraba nerviosa desde que desperté, Marinette estaba muy entusiasmada con la fiesta, pero detrás de su entusiasmo seguía habiendo aquella preocupación que me había dejado ver anoche.

-¡Te espero abajo junto con Adrien! -Me gritó Marinette desde el exterior de mi habitación y luego se paró en mi puerta. -No tardes. -Me sonrió

Lucía hermosa con ese vestido rojo que había comprado para esta ocasión especial. Aquel hermoso satín se le entallaba a su esbelto cuerpo con precisión en el pecho y caía hermoso tapando sus piernas. Llevaba su cabello liso y suelto cayendo libremente por sus hombros desnudos.

-Ya voy-musité-Solo me pongo el vestido.

Me sonrió y oí cuando salió del departamento.

Tomé el vestido que Adrien me había elegido y me lo puse, intentando no despeinar mi cabello.

Traté de subir el cierre del vestido que se ataba atrás de mi, pero me costaba un poco de trabajo poder alcanzarlo.

-Demonios-farfullé.

Salí de mi habitación, Marinette había apagado las luces del departamento y solo era iluminado por el atardecer del exterior que se filtraba por la ventana y la luz amarillenta que salía de mi cuarto entre abierto. Intenté subir el cierre de nuevo, pero fracasé en la maniobra.

De pronto, la puerta se abrió, Marinette podía llegar a ser muy desesperada.

-¿Tienes problemas?-pero esa no era la voz de Marinette.

Me quedé inmóvil al reconocer a Adrien, luego me giré avergonzada. Aun en la oscuridad, podía verlo. Llevaba puesto un esmoquín negro, ajustado a su perfecto cuerpo; su camisa blanca era del mismo color que el moño. Su figura me quitó el aliento.

-Emm... no puedo subirlo-musité atolondrada-¿Podrías...?-manoteé en la oscuridad, señalando el cierre de mi espalda.

-Claro-se acercó hasta mi, su perfume bailoteó por mi nariz.

Me giré y le di la espalda para que pudiera subir el cierre y recogí con una mano mi cabello, haciéndolo a un lado.

Sentí sus manos en mi espalda, tratando de subir el cierre; el tacto hizo que la piel de todo el cuerpo se me erizara. El sonido de la cremallera encajando lentamente quebrantó el silencio, no se oía nada, excepto nuestras respiraciones y los sonidos apenas audibles provenientes del exterior. El cierre se encajó por completo, pero no me moví. Él aun sujetaba con sus manos mi espalda.

Y de pronto, sentí como acurrucó su nariz entre mis desatados cabellos y como su respiración los traspasaba golpeando con delicadeza mi cuello. El corazón se me aceleró, tanto que me pregunté si el podía oírlo.

-Adrien... -Murmuré.- ¿Qué estás haciendo?- Pregunté nerviosa.

-Shh. No hables.- Susurró contra mi cuello, provocandome un cosquilleo.

El silencio persistió y su respiración acariciaba la piel de mi cuello con más intensidad, haciendo que el estómago se me encogiera, que la piel se me erizara y que toda cordura huyera.

-Chicos, ¿porqué tardan tanto? -La voz de Marinette me hizo pegar un brinco.

Manual De Lo Prohibido~AdrienxChloe~(Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora