□□□□□六%

1.1K 147 81
                                    

Sasori no se la estaba pasando bien. Recién llegando de su viaje a Suna, no había podido dormir bien en las incómodas camas de la rural casa de su tío abuelo. No estaba bien descansado para cuando se levantó a la escuela.

-¿Y esa cara de enojado, Sasori-san?- le preguntó Obito cuando apenas entraba a la escuela. Cómo siempre, había llegado a buena hora, el problema era que corría el riesgo de encontrarse con su molesto amigo que al ser capitán del equipo de fútbol, entraba una hora antes para entrenar.
-Pierdete Tobi- amenazó con el apodo que le tenían.
-¡Que agresivo! Estoy seguro de que Deidara-chan no le dió los buenos días.
-No lo voy a repetir. ¡Piérdete!

Con exagerado miedo, el Uchiha salió corriendo como si su vida dependiera de aquello, en dirección a su propia clase. Sasori caminó hacia su salón y se decidió por no mirar sus libros por un momento. No era sano estar tan metido en sus estudios, debía descansar para que la información se quedara en su cabeza. Cuando la hora de entrada se acercaba, la multitud de alumnos se aglomeró, mientras algo en él se retorcía, cuando su novio entraba al instituto, acompañado de nada más y nada menos que Itachi Uchiha.

Reconoció al moreno de inmediato por los característicos ojos negros de los Uchiha, y la aparente bien agraciada descendencia que lo hacía bastante atractivo. Sabía que estaba en clase de Deidara, pero no imagino que a dos días de conocerlo, fueran cercanos de algún modo.

-Buenos días- saludó Kisame con su típica sonrisa afilada. Sasori apartó rápidamente la mirada de la ventana para no ser descubierto y cuestionado por vigilar a su novio.- ¿Cómo te fue el fin?
-Nada especial- fue lo que salió de la boca del pelirrojo.

La clase siguió su curso, con un Sasori molesto. Algo de lo que él mismo era conciente, era conciente de que su personalidad era de un celópata empedernido. Le hervía la sangre de solo pensar en que Itachi Uchiha era tan popular con la gente, y que Deidara fuera tan cercano a él.

Cuando llegó la hora del almuerzo, ni siquiera salió al patio. Sacó su bento que él mismo se preparaba y comió de mala gana. Sabía que nada bueno saldría de estar enojado, pues cuando lo estaba, se apartaba de todos antes de decir cosas que no quería decir.

Apenas acabó de comer, divisó una figura en la entrada, observándolo. Cuando sus ojos se posaron en ella, se sorprendió al notar a Deidara recargado en el marco de la puerta, regalandole una sonrisita tímida.

-Danna. ¿Me dejas comer contigo?

La pregunta salió con tanta inocencia, que no se pudo negar. Asintió y dejo que el rubio se adentrara. Sus manos que habían estado ocultas a sus espaldas, salieron a relucir sosteniendo un par de jugos en caja. Le tendió uno al mayor y el otro se lo quedó. Deidara se sentó frente a él, girando su silla para verlo a los ojos. Sasori puso el popote en la caja del jugo y comenzó a beber. No hablaron, solo disfrutaron de la compañía del otro. Una que a ambos les hacía falta sin duda.

Deidara también tomo de su jugo, con las mejillas rosadas cuando Sasori aceptó que le tomara la mano. De verdad que su pobre novio se conformaba con tan poco, y aún así, siempre estaba ahí, como si nunca se fuese a apartar de su lado. Por aquellos minutos de cariño, su humor no se vio involucrado. Ni cuando antes de irse, Deidara lo besó con tal amor, que le dió suficientes razones para olvidar la escena de aquella mañana, y lo alentó a no enojarse.

Ya en la salida, se sentía mejor, quizá podría suspender sus estudios para quedar con el rubio esa tarde, no contaba con verlo en la salida, sonrojado mientras la mano de Itachi acariciaba su mejilla con delicadeza.

Aquello ya era pasarse.

Caminó con molestia y rapidez en dirección a su casa. No iba a estar ahí para escuchar las excusas del menor. Pero por más que quiso, a medio camino, unos rápidos pasos se escucharon a sus espaldas, y una mano se enroscó en su antebrazo para detenerlo.






⇱𝚁𝙰𝙲𝙷𝙴𝙻𝚁𝙴𝙳⇲

↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 「sasodei」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora