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Kisame vio a su jugador estrella acercarse a la cancha con su típica expresión neutral, pero no fue hasta que se acercó cuando notó una mueca que no había visto antes.

—Itachi-san— lo llamó.

A pesar de ser mayor, había visto al Uchiha correr y taclear. Cualquier posición en la que lo pusiera, él la haría bien y le pareció gracioso usar esa formalidad con él.

—Kisame-senpai, lamento la demora.

—No te preocupes, apenas están entrenando.

El entrenador solía supervisar las prácticas pero nunca se inmiscuia. El tiburón de la niebla, como habían apodado a Hoshigaki lo hacía mucho mejor de lo que él algún día podría.

—¿Puedo hablar contigo senpai?

—Claro, con que no me digas que quieres abandonar yo estaré feliz de platicar.

Se alejaron un poco de dónde los otros miembros del equipo corrían, no debían tardar mucho y seguir con el entrenamiento, así que el Uchiha fue directamente al punto.

—Terminé con Deidara— admitió— bueno...ambos decidimos terminar.

Se hizo un corto e incómodo silencio. Se podía decir que eran amigos, pero aún así resultó incomoda la situación. Incluso Kisame quitó su afilada y burlona sonrisa de siempre.

—Ya veo...lo siento supongo.

—No es eso lo que venía a decirte, es que le dije que fuiste tú quien me dijo que se había visto con Sasori.

—¡¿Qué?!

El mayor no parecía molesto, pero si sorprendido.

—Sasori va a matarme...— murmuró.

Si bien no era como que lo fuera a golpear, seguramente su amigo se molestaría mucho con él.

Kisame le gustaba estar enterado de las cosas, pero también sabía que era su culpa por hablar las cosas que su amigo le había confiado.

—Lo siento mucho senpai...

—Esta bien Itachi, ve a entrenar con los demás, yo después me arreglaré con mi amigo.

Volvió a sonreír de nuevo como si nada. Y es que no parecía tampoco la gran cosa.

—Si capitán.

El menor entonces se alejó y fue al vestíbulo a ponerse su uniforme de deportes. El capitán en cambio suspiró acercándose al equipo y a dejar dichas indicaciones sobre la práctica de ese día. Sabía que había hecho mal, y sobre todo le preocupaba la reacción de Sasori.

Entendía la gravedad del asunto, pero no sabía cómo lidiar con ello. Si bien, había tenido sus diferencias con él, jamás lo había traicionado. Así que sin pensarlo tomó su celular y llamó a la única persona que lo podía ayudar.

—¿Qué mierda quieres?— respondió Kakuzu del otro lado de la línea.

—Kakuzu-chan, que alegría me da escuchar tu voz— dijo con su típico tono burlón.

—Deja de llamarme así, fenómeno.

—Ya, ya. Está bien, necesito conversar algo contigo.

Comenzó su relato omitiendo el hecho de que se había hecho buen amigo de Itachi, como si la traición no fuera suficiente. Apenas terminó de decir aquello, la represión no tardó en llegar.

—¿Estás seguro de que sabes la gravedad de lo que hiciste? Suenas muy tranquilo.

—No lo estoy en absoluto.

↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 「sasodei」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora