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—¡¿Eh?!— gritó Kushina, descolocada— ¡¿Saliendo?!
—¡Si!— dijo Deidara emocionado— me lo pidió anoche. ¿No es genial?

No. Esa era la respuesta más coherente, sabiendo que se acababan de conocer hacia apenas como dos meses. Todos se quedaron en silencio, ni siquiera disimularon un poco. Menma salió al patio con la escusa de tener una llamada, siendo seguido por Naruto.

Minato fue el siguiente en irse, recogió los platos y los llevó a lavar. Entonces, Deidara se quedó solo con su madre, quién carraspeó la garganta y le miró con seriedad.

—¿Qué pasa, no están felices por mi?

Kushina rascó su mejilla con nerviosismo, buscando las palabras adecuadas para decirle lo que pensaba.

—No es eso cariño, es solo que... apenas se conocen, no queremos que pases más inconvenientes...
—¡Ya no soy un niño pequeño, sé lo que quiero!— alzó la voz el rubio— ¡quiero estar con Itachi!
—Cariño, tranquilízate por favor. Nadie te quiere apartar de Itachi, solo decimos que deberías conocerlo más...
—¡Lo conozco! Tiene mi edad, le gustan los dangos, y es hermano de Sasuke ¡Conocemos a esa familia bastante bien, Mikoto-san es tu amiga!

La pelirroja comenzaba a desesperarse, y es que había descuidado mucho a su hijo, lo había dejado deprimirse solo y era normal que buscara a tientas alguien que lo comprendiera. Eso y su embarazo, la hacían irritarce por cualquier cosa.

—Dei, escuchame. No conocemos lo suficiente a Itachi...
—¡Pero yo lo quiero!
—¡Cállate y escucha!— gritó esta vez su madre, golpeando la mesa.

Ante aquello, Minato salió de la cocina y los gemelos aparecieron de nuevo. Todos miraban a la mujer, quién tenía el ceño fruncido. Jamás había hecho eso con Deidara, preocupándo a los demás.

—¡No puedes salir con el primer chico que te hable bonito, tienes que conocerlo!

Los ojos de su hijo mayor estaban acuosos y sus labios temblaban. Kushina cayó en cuenta de lo que había hecho, le había alzado la voz más de lo que debió. Deidara no necesitaba que le gritaran y le juzgaran, necesitaba darse cuenta por si mismo de sus errores. Pero su humor era tan cambiante, que no fue hasta que vio la vulnerabilidad de su hijo, cuando se arrepintió de sus acciones.

—Dei, perdón...

Como era de esperarse, él no quiso escuchar más, y huyó escaleras arriba hacia su cuarto, probablemente a llorar.

—No puedes discutir en tu estado— la regañó su esposo— estás embarazada.
—Tú fuiste quién me dejó a solas con él. Todos se fueron.— se defendió ella.
—No pensé que se pondría así.

Menma entonces caminó hacia las escaleras, pero su padre le llamó.

—No vayan, iré yo.
—Pero...
—Es una orden, Menma.

No sin réplica de por medio, Minato pudo ir solo al cuarto de Deidara. Una vez en la puerta de este, logró escuchar los quejiditos de su hijo al otro lado, y sin poder resistirse, tocó con gentileza.

—¡Váyanse!— fueron las palabras del chico.

Con un suspiro, el mayor volvió a tocar.

—Soy yo— dijo lo suficientemente fuerte para ser escuchado— ¿Puedo entrar?

Un silencio le dió luz verde para hacerlo. Minato era una persona tan agradable, que ni Deidara se resistía ante él, pues siempre encontraba las palabras. No eran tan cercanos como Deidara y Kushina, pero en esos momentos, él era la mejor opción.

—Tranquilo, no vengo a regañarte.

Ante aquella afirmación, Deidara cambió su postura, sentándose en su cama con la espalda recta, aparentando que no estaba llorando, como queriendo demostrarle a su padre que era un hombre.

—No es necesario que estés tan rígido, ¿Crees que te puedo abrazar?

No hubo respuesta, o al menos no con palabras, pues un abrazo fue lo único que necesitó como contestación.

—Mamá ni quiso gritarte— decía Namikaze acariciando la dorada cabellera de su hijo— entiendela, está sensible por el embarazo.
—¿Por qué no quieren que salga con Itachi?
—No es eso, solo no queremos que pase lo mismo que con Sasori.

Un sollozó acompañado del rostro de Deidara mojando de lágrimas el pecho de Minato, quién se sentía fatal de soportar a su hijo llorar. Era un hombre muy sensible, no soportaba ver a sus hijos sufrir.

—Esta bien si estás saliendo con Itachi, no hay problema, solo mantén nos al tanto de lo que pasa ¿Si?

El adolescente limpio sus lágrimas, alzando la mirada para encontrarse con los orbes cielo de su progenitor, quien acarició su mejilla con dulzura.

—¿Mamá me va a remplazar con el nuevo bebé?

La pregunta llenó de ternura a Minato, quién sonrió, revolviendo el cabello del menor. Parecía un niño pequeño, le recordó lo celoso que se ponía Deidara siempre cuando Kushina cuidaba de los gemelos cuando eran niños.

—Eso jamás pasará, tu madre siempre te ha tenido muy consentido.








;RACHELRED

↺𝙳𝚘𝚗'𝚝 𝚑𝚊𝚗𝚐 𝚞𝚙 「sasodei」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora