~Ha llegado el momento de que conozcan a nuestro querido protagonista, no sin antes recordarles que... esta cosa ¡será muy cliché! Si hasta en el título lo dice muajaja. ~
Ciudad de México, 28 de agosto del año 2xxx ~Nació en el año porno. ~ a las 3:00 am. Una joven mujer había dado a luz a su primogénita. El padre, que en ningún momento se había separado de su amada, miraba con orgullo al dulce ser producto del amor tan puro que el y su esposa se tenían, una adorable bebé a quien pusieron por nombre Eclair.
Los años pasaron luego de aquel hermoso día, pero las cosas no fueron nada fáciles para la pequeña familia, era difícil criar a un niño en un pais lleno de tantas inseguridades y peor aún lo era el criar a una niña, tanto así que, con tal de no correr mucho peligro, Eclair tuvo que vestir como varón para así no hacer distinción de su verdadero género. Dejo de usar vestidos y corto su hermoso cabello con el propósito de pasar desapercibida.
Al inicio, no le molestaba ser tratada como un niño o una niña, al contrario, era algo que veía como normal y le daba igual si la trataban de ambas maneras. Pero al entrar a la pubertad, crecieron en ella la confusión y las dudas.
Había momentos en los que temia ser bilogicamente una mujer, también había veces en las que no estaba satisfecha con solo aparentar y ser tratado como un hombre, muchas veces tenía la necesidad de cambiar, de ser un hombre por completo y no sólo aparentarlo. Con aquellas ideas en mente, llegaron también los complejos y las inseguridades, en especial esa que tenía por su altura, ya que a sus actuales 18 solo media 1.57, muy por debajo del promedio de la altura de un hombre o mujer. Su única opción era ajercitarse para ganar una mayor masa muscular, aunque eso no remediaba el echo de que seguía siendo de muy baja estatura, teniendo que resignarse a vivir con ello por siempre.
Pero sin importar que, Eclair trataba de ser feliz en todo momento, procurando que esa fuera su única preocupación. Aunque era difícil mantener aquel entusiasmo viviendo en un lugar como en el que había nacido. Su padre y madre, sabiendo que no podrían progresar en un lugar como ese, tuvieron que esforzarse el doble para poder cumplir su sueño de emigrar al país natal del padre, la hermosa Italia.
Tantos esfuerzos dieron frutos finalmente y a la edad de 12 años, Eclair y sus padres partieron a Italia para nunca más volver. Por desgracia, el trabajo que para sus padres estaba más que bien remunerado en su país natal, México, en un país como Italia aquel sueldo no bastaba para abastecerse, además de que Italia tampoco se salvaba de ser un lugar peligroso y menos ahora que la mafia local había logrado expandirse aún más, así que Eclair obto por seguir vistiendo como hombre, cosa que no le fue nada difícil gracias a sus rasgos tan androginos, provocando que su confusión creciera aún más.
Eclair hacia lo posible por aportar a su familia. En la escuela, trataba de mantener un buen promedio para así obtener becas y quitarles un peso de encima a sus padres, incluso si eso significaba sacrificar muchos de sus pasatiempos favoritos y pasiones.
Al cumplir los 18 años, llegó el momento de ir a la universidad, pero los gastos eran demasiados y su padre cayó enfermo de diabetes, complicando aún más su situación. Sin más remedio, la joven tuvo que renunciar a estudiar lo que tanto deseaba para conseguir un empleo de tiempo completo como camarero en un restaurante de lujo. El sueldo no era mucho pero bastaba para subsistir, aunque aquel empleo más que alejarla de los peligros, la hizo acercarse más a ellos, debido a que era en esa clase de lugares donde los miembros de la mafia local hacían sus tratos con otras organizaciones extranjeras.
Un día de regreso a su casa, luego de una larga jornada laboral, ocurrió un evento inesperado. En uno de los callejones que usaba como atajo para llegar a casa, se topo a dos hombres en extrañas sircunstancias, uno de ellos era cliente frecuente del restaurante y era bien sabido por los empleados que aquel hombre formaba parte de Passione, pero más que temido, era un cliente muy apreciado, pues siempre le dajaba buenas propinas a todos los camareros que lo atendían.
Decidió espiarlos con discreción. Todo parecía normal hasta que... Cómo si de espectros o demonios se tratara, ambos hombres comenzaron a ser golpeados de la nada, parecían estar combatiendo, ambos esquivaban y se movían de un lado a otro, de repente aparecían cortadas o golpes, pero aparentemente no había nada que pudiera provocar todo eso. Luego de un largo rato en el que Eclair no dejó de observarlos, ambos hombres terminaron agotados.
—Asqueroso traidor hijo de perra... — exclamó el hombre de las buenas propinas. — no dejaré que te salgas con la tuya, no te iras de aquí sin pagar por lo que le has hecho a la organización y por haber roto las reglas que el Jefe impuso sobre no vender nada de droga a los niños de nuestro país. —
~ooow, parece que en esta realidad el Bossu no es tan hijo de puta... ~
De la nada, aquel hombre cayó al suelo derrotado pero aún consciente. El sujeto que estaba de pie, sacó un arma apuntando al mafioso de las buenas propinas. Quizas Eclair no era el más listo de todos, pero había entendido a la perfección la razón por la que el hombre debía pagar por sus crímenes. Venderle droga a los niños era lo peor que alguien podría hacer.
Aprovechando una distracción momentánea del sujeto, Eclair se escabullo con cuidado para tomar discretamente un ladrillo del suelo, el cual uso para golpear con fuerza la cabeza de aquel tipo, haciendolo caer al suelo instantáneamente.
Lo que siguió después de eso fue toda una locura y el golpe de suerte más grande de su vida. Luego de haber detenido al traídor y de haber conseguido ayuda medica para el gangster, aquel tipo al que había salvado fue un día de visita sorpresa a su trabajo.
—Jovencito... Me salvaste la vida la última vez y gracias a ti el traidor recibiero el castigo que merecía... a modo de agradecimiento, quiero darte esto.—
Le dio a la joven un saco lleno de billetes, Eclair no podía creer lo que veía, con eso podría pagar muchas de sus deudas y los medicamentos de su padre. Quería llorar de la emoción, pero las últimas palabras dichas por aquel gangster la dejaron pensativa. ~ooooh si... les dije que esta mierda seria cliché XD. ~
—Eres la clase de sujeto que necesitamos en nuestra organización... Si aceptas, yo mismo puedo recomendarte con Polpo para que hagas la prueba y tengas la probabilidad de entrar... — Que suerte. Esa era una muy buena pero riesgosa oportunidad. —querido muchacho, si decides entrar, podras ganar más dinero del que yo mismo te estoy dando ahora... —
Solo eso necesitaba saber para aceptar sin duda alguna la oferta que le era ofrecida, si con eso lograba ganar más dinero, podría solventar los gastos de su familia, incluso podría hacer que su padre y madre dejaran sus respectivos trabajos. Ahora podría pagarles y agradecerles por todos esos años de esfuerzo. Era una oferta unica y no iba a desaprovecharla ¿que tan malo podría ser formar parte de la mafia?.
~Pobre bobo, no sabe lo que le espera... ~
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Vita pazzesca con la Squadra (OcXCanon)
FanficLa Squadra ha recibido otra oportunidad de vida, con la condición de aceptar a un nuevo miembro como parte de su equipo, lo que hará que tengan muchas sorpresas y vivan situaciones alocadas con este nuevo miembro. ¿Podrán convivir todos en armonía a...