SERÁS MI MUERTE

Días Calurosos

SERÁS MI MUERTE

Por Niteryde

Traducido por Inuhanya

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12.- Días Calurosos

Vegeta liberó un furioso aullido de frustración antes de estrellar un puño en el panel de control de la cámara de gravedad. Chispas volaron instantáneamente mientras el panel se derrumbaba bajo la fuerza del golpe, el simulador de gravedad se apagó con un lento zumbido. Respiraba intensamente, sudor escurría de su cuerpo mientras levantaba su otra mano hacia su frente, para disminuir su rabia.

Él no era un hombre paciente. Nunca lo había sido. Probablemente nunca lo sería. Quería su ascenso, y lo quería ahora. Ansiaba tenerlo y saborear el poder de la transformación de Súper Saiyajin fluyendo por cada vena en su interior. El hecho de que un Saiyajin de clase baja ya tuviese ese esquivo poder era la peor parte de todo, y lo hacía querer matar a alguien. Y luego ese pequeño mocoso del futuro quien no entendía el significado del poder que tan fácilmente empuñaba, ya era un Súper Saiyajin siendo adolescente. Un adolescente, con el poder por el que había estado trabajando toda su vida! Era como si él, el Príncipe de los Saiyajin, se hubiese vuelto la línea final del universo. Príncipe? No, se sentía más como una broma entre más se alargaba esto.

Vegeta frotó sus ojos y suspiró, casi coqueteando con la idea de regresar y hablar otra vez con Kakarotto. El idiota probablemente dejó pasar algo vital que Vegeta ahora estaba pasando por alto. La pregunta ahora era si era o no digno aceptar el golpe a su orgullo para obtener más conocimiento del joven Saiyajin sobre la legendaria transformación.

Casi instantáneamente, la respuesta llegó a él.

Seguro que no.

Ni diez segundo después, Vegeta entraba en la cocina del complejo, asustando a Bunny. Ella se iluminó ante la vista mientras depositaba su furiosa mirada sobre ella.

"Oh Dios!" dijo ella con una risita. "Justo estaba preparando un poco de té helado. Te gustaría un vaso, Vegeta? Un hombre que trabaja tan duro como tú lo merece!"

Él exhaló por sus fosas nasales mientras comenzaba a servirle un vaso sin esperar por su respuesta.

"Mujer, no tengo deseo de un breva-"

"Oh, tonterías, dulzura," dijo Bunny con una brillante sonrisa mientras le colocaba unos cuantos cubos de hielo en su vaso. La furia en el rostro de Vegeta se desvaneció a un ligero desconcierto mientras la observaba con cautela. Dulzura? Él era el guerrero más fiero en el universo! Civilizaciones enteras en el universo temblaban ante el simple sonido de su nombre, por amor de Dios. La mujer estaba intoxicada de humo? "Está tan caluroso afuera y ya estás sudando. No querrás deshidratarte!"

"Los Saiyajin no se deshidratan tan fácilmente como ustedes patéticos humanos. Ahora, dónde demonios está tu hija?" preguntó él, frunciendo agitado. Ella se le acercó y él instintivamente retrocedió un paso, mirándola como si fuera un enemigo.

Bunny rió, "No hay necesidad de ser tan tímido! Te gustará mi té helado." Él frunció y muy titubeante tomó el vaso que estaba ofreciéndole. "Y para responder a tu pregunta, querido, Bulma está en el frente trabajando en su jet."

Vegeta gruñó, girando su cabeza hacia afuera para buscar a Bulma. Estaba más que un poco ansioso de alejarse de Bunny.

"Vegeta, querido, espera!"

Se detuvo, su cuerpo tenso como si estuviera listo para la batalla. Bunny alcanzó y puso algo en su bebida, y él suspiró molesto.

"Qué demonios es esto?" gruñó él, mirando el artilugio azul con ojos sospechosos. "Alguna especie de veneno?"