Infiltraciones

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SERÁS MI MUERTE

Por Niteryde

Traducido por Inuhanya

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2.- Infiltraciones

Sabía que algo estaba mal tan pronto como encendió la luz en la cámara de gravedad.

Vegeta miró sospechoso los alrededores, pero no vio nada fuera de los ordinario. Las paredes habían sido reforzadas por Bulma para hacer completamente a prueba de sonido la habitación para que pudiera concentrarse en su entrenamiento. Había pasado una semana desde que la había visto por última vez, y estaba agradecido por eso. Había hecho su trabajo, y eso era todo lo que requería de ella. Además de esos refuerzos, no vio nada.

Un frunce marcó su rostro mientras sus ojos le decían que todo estaba igual que siempre, aunque sus instintos estaban diciéndole lo contrario. Lentamente caminó hacia el panel de control, alcanzando para encender el simulador de gravedad. Descansó sus dedos en los botones, pero no los presionó.

Su cuerpo se tensó inhalando un profundo respiro. Alguien había estado ahí. Podía olerlo. Pero quién?

Identificó la persona a la que le pertenecía el olor una fracción de segundo después, y dejó escapar un furioso gruñido. Inmediatamente, se giró y marchó fuera de la cámara de gravedad, sus manos apretadas en tensos puños.

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Bulma estaba sentada en frente de su hogar, aburrida mientras observaba a Yamcha practicar sus combinaciones de golpes. Había estado sentada aquí afuera con él por media hora, y trataba de mantenerse entretenida al observar a su novio entrenar. Pero aún lo atractivo de Yamcha no podía borrar su molestia por estar aquí sentada siendo ignorada cuando tenía trabajo que esperaba por ella. La heredera suspiró fuertemente, deseando que al menos hubiese traído una revista. Al menos eso hubiese sido más entretenido.

"Cuánto tiempo planeas entrenar con el aire?" Preguntó Bulma finalmente, aburrimiento llenaba cada sílaba.

"Bulma," suspiró Yamcha, mirándola exasperado por el rabillo de su ojo. Amaba a su novia, en verdad, pero algunas veces hacía las cosas muy difíciles. "Tengo que tomar mi entrenamiento seriamente. Te dije que te llamaría cuando terminara, y podíamos salir entonces. No te pedí que te sentaras aquí y me vieras."

"Mira, estuviste molestando toda esta semana porque dijiste que no estaba haciendo tiempo para ti, bueno, hoy hice tiempo para ti!" Le gruñó Bulma. "Y para qué? Para que me hicieras a un lado diciendo que tienes que entrenar?"

"Lo siento," se disculpó Yamcha, bajando sus brazos y dándose la vuelta finalmente para mirarla. "Es sólo que, ayer descubrí que estoy muy atrás de donde debería estar..."

Él frunció mientras recordaba escabullirse en la cámara de gravedad de Vegeta la noche anterior. Había querido probarle al Saiyajin (y a sí mismo) que también podía manejar el riguroso entorno de entrenamiento en el que se desarrollaba Vegeta. No había escapado a su atención que a través de su queja sobre el Príncipe Saiyajin habían un puñado de ocasiones en las que Bulma hablaba con admiración en su voz del fenomenal trabajo ético de Vegeta. Ansioso por demostrarle a su novia que no era exactamente débil, había activado el simulador de gravedad a 300 veces la gravedad de La Tierra—sólo para casi ser aplastado. Sin haber durado un minuto, había salido de la cámara de gravedad, su orgullo más herido. Se sentía patético, y sólo entonces se dio cuenta verdaderamente de lo débil que era en comparación al Príncipe Saiyajin.

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