- Paulina, lo siento demasiado por lo de Leonardo - dijo Elena triste
- A pesar de todo el daño que me hizo, me duele que haya muerto, nadie se merece la muerte, todo el mundo merece una segunda oportunidad y creo que él la merecía desde la cárcel pero ¿ahora? No entiendo por qué lo hizo, tal vez se sentía solo....ya no quiero pensar más en él - dijo Paulina un poco triste
- Lo entiendo y sí, comparto la misma forma de pensar que tú, todos merecen una segunda oportunidad - dijo Elena
- Lo único que quiero ahora es regresar a Madrid pasar velar la memoria de mi abuelo y saber lo que pasó este mes - dijo Paulina con la cabeza abajo
- Este... Te tenía una sorpresa, se que no es tan bonito jugar con los sentimientos de las personas pero necesitábamos hacerte abrir los ojos, quiero aclarar que la de la idea no fui yo si no él - dijo Elena nerviosa
-¿De que hablas?- dijo Paulina confundida
- Tu sopresa está en la habitación de arriba, yo iré por ella pero tú tienes que voltear para otra parte - dijo Elena
Paulina volteo su silla hacía la puerta principal mientras Elena subió las escaleras de la casa y después bajo con una persona.
- Puedes voltear Paulina - dijo Elena
Paulina miro a la persona que estaba enfrente de Elena y ahora justo enfrente de ella y se quedó en shock, su abuelo estaba enfrente.
No sabía si era un fantasma o de verdad estaba con vida, lo único que hizo es acercar su silla y con lágrimas en sus ojos comenzó a tocar la cara de su abuelo, después lo abrazo.
— Pensé que te había perdido — dijo Paulina entre lágrimas
— Yo pensé que te perdería — dijo Roberto separándose de Paulina
— Yo los dejo para que hablen todo lo que quieran, cualquier cosa estaré en el jardín con mi esposo — dijo Elena con una sonrisa
— Gracias señorita por cuidarmela — dijo Roberto con lágrimas en sus ojos
— Usted fue quien la cuido, yo no, yo solo hice lo que tenía que hacer para que nadie saliera herido — dijo Elena con una sonrisa y salió al jardín dejando solos a Paulina y a su abuelo
—¿Por qué no me llamaste? Pensé que de verdad habías muerto, Cris me habló diciendo que habías fallecido, mi mundo se cayó en pedazos — dijo Paulina con lágrimas en sus ojos
— Era parte del plan corazón — dijo Roberto
—¿Cuál plan?— dijo Paulina confundida
— Encontré una carta en tu habitación, después de que desapareciste sin decir nada, me preocupe y leí la carta, leí todo lo que ese hombre te había escrito y decidí hablarle a los Meyer, sabía que habías venido a México y eran ellos los únicos que estaban aquí, cuando les conté lo que encontré, Elena me contó justo lo que no quería escuchar, estabas implicada en el secuestro de Martina y Emilia, hicimos un plan por qué sabía el motivo por lo que estabas haciendo todo esto así que acepte el plan con tal de que hicieras las cosas bien — dijo Roberto
—¿Pero como huíste de Leonardo? Él tenía vigilancia en toda la casa — dijo Paulina.
— Menos en un lugar, mi oficina allí tome la puerta secreta que lleva al garage, tome un auto junto a Cris y Álvaro, nos fuimos al aeropuerto de Madrid y tomamos un vuelo a Cancún, nos quedamos unos días allá y nos pasamos para México, desde allá llevamos el plan a cabo — dijo Roberto
— Lo importante es que estás bien y que estás aquí conmigo — dijo Paulina con una sonrisa enorme
Ambos se unieron en un abrazo enorme y lleno de amor, es increíble como de la noche a la mañana todo puede ser mejor con hacer las cosas bien.
(...)
Héctor estaba mirando a la nada, estaba sentado viendo a la piscina y Elena estaba detrás de él, ella comenzó a caminar con dirección a él pero Emilia se acercó a ella.
— Necesito hablar contigo — dijo Emilia jalando del brazo a Elena
— Oye me duele — dijo Elena
— Claudio me pidió matrimonio y le dije que sí pero con todo lo que pasó ayer y hoy, nos peleamos y no quedamos en nada pero quiero casarme pronto y se que tú eres una gran organizadora de fiestas, quiero que sea sorpresa para Claudio y que sea algo pequeño, quiero que sea la boda antes de que la panza me crezca más — dijo Emilia hablando rápido
— Haber Emilia, primero Felicidades y segundo, claro que te ayudo, tú sabes que si pero ahora solo quiero estar con Héctor y apoyarlo en estos momentos, además tienes un mes de embarazo, yo tengo 3 meses y no se me nota la panza pero dime cuándo quieres que sea la boda y yo la preparo — dijo Elena
— En dos semanas, algo pequeño solo — dijo Emilia nerviosa
—¿¡Dos semanas Emilia!? — dijo Elena
— es que en dos semanas se cumplen los dos meses de embarazo y se que a mí si me crece rápido la panza y no quiero que se note mucho — dijo Emilia
— Está bien, en dos semanas tendrás tu boda solo encárgate del vestido tú — dijo Elena
— Será rosa, como el de mi madre cuando se casó con mi papá, ví las fotos hace unos días y me encantan — dijo Emilia con una sonrisa — Y lo mejor es que todavía tengo el vestido, solo falta que lo arregle un poco pero en ese tiempo está —
— Está bien, yo me encargo de todo pero me debes un favor enorme, quiero hacerle algo a Héctor para que se distraiga un poco, quiero llevarlo a un lugar pero no sé a dónde — dijo Elena
— Madrid — dijo Emilia
—¿Madrid, España? — dijo Elena confundida
— Si, una vez Héctor dijo que le encantaría conocer Madrid, además se les facilitaría, se que si le pido hospedaje a Paulina los dejé quedarse con ella, además que su abuelos los ama — dijo Emilia con una sonrisa
— Lo pensaré — dijo Elena mirando a Héctor con Claudio
— Todo va a estar bien entre ustedes si es lo que te preocupa — dijo Emilia
— Me da miedo que no sea el mismo de siempre, el Héctor sonriente, además que no se emociono tanto con lo del bebé, no se si quiera ser padre en estos momentos — dijo Elena confundida y triste
— Tu me dijiste una vez, un bebé llega en el momento indicado para salvar tu vida — dijo Emilia con una sonrisa
Ambas sonrieron y se abrazaron
— Todo va a estar bien — dijo Emilia—¿A poco se habían olvidado de nosotros?— dijo una voz masculina detrás de ellas
Elena se quedó en shock y Emilia igual, allí estaban las dos personas que faltaban para completar la familia pero no venían solos.