𝕋3𝕏ℂ37: Vuelvo

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1 semana después...

-¿Estás lista?- dijo Héctor sonriendo

Elena suspiro, dejo salir todo el aire retenido, estaba enfrente a la puerta de la casa que había dejado hace años, no quería saber cómo reaccionaria su madre al verla allí parada.

¿Mal? ¿Bien? ¿Aún la quería? Eran las preguntas que rondaban su cabeza pero era momento de regresar a su hogar y a los brazos de su madre dónde debía responder muchas preguntas.

-¿Lista Emi?- dijo Claudio sonriendo

- No se, creo que es mejor regresar a Nueva York - dijo Emilia dándose la media vuelta

- Oye no, si él que debe estar nervioso soy yo, voy a conocer a mi suegra y a mis dos cuñados - dijo Héctor sonriendo nervioso

- Yo ya quiero ver a mis abuelos - dijo Martina haciendo pucheros - Piquen el timbre - dijo

Estaban peleando en quien iba a tocar el timbre pero alguien se les adelanto y abrió la puerta, todos se quedaron parados y en shock.

Quien había abierto la puerta era un chico de máximo 16 años, cabello castaño y ojos verde-azulados, alto y de tes clara.

-¿Quienes son ustedes?... Espera a vos si te conozco si sos Claudio pero a vos - dijo señalando a Héctor - a vos y a vos no los conozco - dijo señalando a Emilia y Elena

-¿Patrick está mamá?- dijo Claudio confundido

- Espera ¿Él es Patrick?- dijo Elena confundida

- Si, ese mismo soy yo pero espera un momento, si tú voz me parece familiar, se parece a la de mi hermana la desaparecida - dijo Patrick confundido

Elena lo fulminó con la mirada y le dió un sape - oye pero si vos sos Elena, de eso sí estoy seguro ahora - dijo Patrick sobándose la cabeza

- Claro que sí boludo - dijo Elena enojado

-¿Y ellos quienes son?- dijo Patrick confundido mirando a Emilia y Héctor

- Martina Meyer Ruiz mucho gusto, tengo 4 años pero para vos tengo 10 y si querés salir conmigo, solo tenés que pedirle permiso a mi papá y a mi mamita - dijo Martina con una cara pícara

- Pero mira a quien tenemos acá, mi Martu - dijo Patrick sonriendo 

Patrick volteo a ver a Elena con una sonrisa y ella también le sonrió, después se unieron en un abrazo fuerte.

— Te extrañe demasiado boluda — dijo Patrick sonriendo

— Y yo a tí “boludo”— dijo Elena riendo

Patrick y Elena se separaron y él miro a Héctor —¿Y vos quien sos?— dijo Patrick confundido

— Héctor Ponce de León, soy....— dijo Héctor nervioso

— Es mi esposo — dijo Elena sonriendo

—¿Te casaste? Vaya que esto si que es una noticia enorme, enserio boludo te compadesco eso sí, no se aceptan devoluciones — dijo Patrick susurrando a Héctor

Elena lo fulminó con la mirada y después lo golpeó con su billetera, Claudio, Emilia y Héctor no dejaban de reír.

— Ya te extrañaba — dijo Patrick sobándose la cabeza, después miro a Emilia y se le quedó viendo fijamente

— Hey, hey hey, no te le quedes mirando tanto tiempo que te la acabas con la mirada pelotudo — dijo Claudio celoso

— Espera — dijo Patrick mirando a Emilia —¿Vos sos Emilia?— dijo sonriendo

— Si — dijo Emilia sonriendo —¿Te acuerdas de mí?—

— Mira boluda, solo se fueron tres años, no es para tanto que te olvide, pero si estás cambiadisima — dijo Patrick sonriendo

Emilia abrazo a Patrick ante la atenta mirada del celoso de Claudio, Elena y Héctor se reían de su cara.

— Es tu hermano pequeño Claudio, no es para que estés celoso, eso sí está más guapo que tú — dijo Elena riendo

— Cuidala pelotudo que si vos te descuidas, yo te la ganó — dijo Patrick riendo y Claudio le dió un codazo

— Patrick, te dije dejaras pasar a....— Rosario se quedó paralizada al verlos parados allí

Sus hijos pero en especial, su hija, su hijastra y su nieta habían regresado pero no estaban solas.

Los ojos de Rosario se cristalizaron al ver a su hija allí parada, también a Elena se le cristalizaron, todos las vieron con una sonrisa.

— Mi niña — dijo Rosario 

— Mami — dijo Elena limpiando sus lágrimas y sonriendo

Ambas corrieron a abrazarse, Elena comenzó a llorar en los brazos de su madre mientras ella la llenaba de besos “vuelvo a los brazos de mi vieja cuando frío tengo”

No te vuelvas a alejar mi niña — dijo Rosario con una sonrisa sin dejar de abrazar a Elena

— No lo volveré a hacer mamita — dijo Elena abrazando a Rosario

Héctor las miraba con una sonrisa enorme, Claudio y Emilia también. Rosario miro a Emilia y la jalo del brazo para unirla al abrazo.

Claudio, Patrick y Martina se unieron  también, Héctor los miraba entre triste y alegre, a él le hubiera gustado mirar a su familia de esa manera, Elena lo miro y le jalo el brazo para también unirlo.

Santiago salió con su teléfono en mano y se quedó enternesido mirando esa escena, raspó su garganta y todos se separaron.

Emilia miro hacia donde estaba la voz rasposa y miro a su padre con sus ojos cristalizados, sonrió y se acercó a él mientras Santiago tenía cara de shock.

— Volví y esta vez para quedarme — dijo Emilia con una sonrisa y sus ojos aguados

—¿Eres mi niña? ¿Mi Emilia?— dijo Santiago y lágrimas salían de sus ojos

— La misma — dijo Emilia con una sonrisa y de sus ojos salían lágrimas

—¡Mi niña volviste!— dijo Santiago y abrazo a Emilia mientras ella lloraba en los brazos de su padre, Martina corrió hacia donde estaba su abuelo y con una sonrisa, jalo de un extremo de su pantalón.

Santiago volteo a ver al suelo y estaba la pequeña con una sonrisa enorme, él sonrió y cargo a la pequeña

—¿Vos sos mi abu Santi cierto?— dijo Martina con una sonrisa de niña traviesa

— Si y tú debes ser la pequeña Martina que se fue sin despedirse — dijo Santiago sonriendo

— Vaya abuelo pero era una nena muy pequeña, no podía hablar cuando me fui pero mamá no ha dejado de hablar de vos y de la abuela Rosario 

— A mira ¿Y que ha dicho de mí? Seguro que soy guapa y muy hermosa — dijo Rosario riendo

— De hecho siempre decía que te extrañaba — dijo Martina sonriendo

Rosario hizo una cara de ternura y abrazo a Emilia, Elena se acercó a Santiago y a Rosario con las manos entrelazadas junto a Héctor.

— Mamá, Santiago les quiero presentar a Héctor Ponce, mi esposo — dijo Elena con una sonrisa

— Mucho gusto — dijo Héctor nervioso

Santiago y Rosario lo miraron como escaneando a Héctor y él no cabía de los nervios

—¡Bienvenido a la familia!— gritaron los dos muy contentos y abrazaron a Héctor

Después de risas, lágrimas y regaños, entraron a la mansión Meyer, a la que después de años regresaron.

Vuelvo a mi verdadero hogar — dijo Emilia sonriendo

— Volvimos — dijo Claudio sonriendo y le dió un pequeño beso para después entrar a la casa

Aprender a Quererte T3   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora