Llave a lo desconocido

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No sabía quien era esa persona que me estaba espiando, pero para reaccionar así... En fin, el anillo era precioso, pero algo me dice que esa persona cuando se percaté de que le falta, lo querrá recuperar. Decidí volver a casa andando, eso sería lo mejor, así podría planear algo en paz,el parque de atracciones estaba jodidamente lejos de casa, era lo que menos le gustaba pero, cuando iba a llegar a la esquina de la calle donde vivía, un chico de más o menos su edad, pelo rapado, y voz estraña le agarró del cuello, cosa que le pillo por total sorpresa, y le dijo:
-Olvida la búsqueda. No tienes ni idea de lo que has desencadenado, no reúnas a nadie más. Olvida a Eva, no te acerque más a ella o lo lamentaras.
Me soltó y siguió su camino,me tuve que parar a respirar. Eso me alarmó, puesto que lo único que me hace no respirar es mi propia marca. Mire al suelo y algo rápidamente captó mi atención, allí se encontraba una pequeña llave como de mesilla, era extraño, juraría haberla visto antes, pero¿donde? Parecía que hoy era el día de encontrarme cosas perdidas. La coji, antes de que se diese cuenta de que la había perdido, o peor, que yo la tenia, por el momento decidí correr hasta mi casa, que supicientes cosas raras habían pasado ya. Al llegar palpe mi bolsillo, maldije en voz baja mi memoria, me había olvidado dentro de mi casa las llaves , me resigne a tocar con mis nudillos la fría madera de la puerta. Rogué que no fuese mi hermana pequeña quien habriese la puerta, para mí desgracia, fue así .
-Tony ...
-¿Qué? - dije de mala gana.
-¿Que tienes en el cuello?
Eso hizo que todo la mala ostia del momento se fuese de golpe.
-¿Qué? ¿Qué has dicho?
-¿Que, que tienes en el cuello? Tony, eso de tu cuello eso que parece una mano. Tony eso se ve muy mal.
-Te he dicho miles de veces que no me llames Tony, me llamo Antonio, pero prefiero Henry, H e n r y. Pero dejemos eso de lado, ¿como puedes verlo?
-No se Tony, es la primera vez que me fijo, tu tenias razón no estas loco.
Esto me empezó a superar, hasta mi propia hermana cree que estoy loco.
-¡Se lo voy a decir a papá,Tony! Así podrás dejar de ir al psicólogo.
Eso si que no se lo iba a permitir, mi vida ya se había arruinado, no pienso dejar que eso le pase a mi hermana, no permitiré que el error que cometí se repita.
-¡No! Carla, no lo permitiré.
-Tony, ¿por qué? Si te quiero ayudar.
Antes de hacerle nada a mi pequeña hermanita, me di cuenta de que tenía, la misma llave que yo había recogido momentos atrás.
-Dame...
-¿¡Eh!?
-¡Dame esa llave!
-Tony, me estás asustando, por favor para.
No aguante más y me lanze encima de Carla. No sé qué movía mi cuerpo, pero, algo me decía que tenía que recuperar esa llave, cuando me quise dar cuenta de que estaba haciendo, estaba encima de mi hermana la cual lloraba, yo estaba asfixiandola, rápidamente la solté, y corrí a mi habitación. Cerré la puerta, sabía que Carla se chivaria a mi padre, si le tocaba o le decía algo malo. Saque del cajón un cuchillo o, más bien una daga, y una cuerda fina. Metí la llave en mi bolsillo derecho y la cuerda la deje en la cama. Al cavo de 3 minutos entro mi padre en mi cuarto, sus gritos empezaron desde que abrió la puerta, pero al verme se callo.
-¿Papa me decías algo?
-Henry... Por favor... Tira eso al suelo
-¡Oh, que bonito! ¡Mi padre preocupado por mi!¡¿DONDE ESTABA ESA PREOCUPACIÓN CUANDO ME LLEVASTE AL PSICÓLOGO, Y, CONTRA MI VOLUNTAD !?
-Eso no es...
-"Asi" ¿cómo entonces? Con mamá, o con quien coño sabe quien. Sabes papa, NO ESTOY LOCO. ¡SI HASTA CARLA LO PENSABA!
Vi a Carla detrás de papá asustada. De eso se trataba, de que pensase que no sólo por lo del cuello debía ir a un psicólogo, se que no es la mejor forma de hacerla entrar en razón, pero a grandes problemas, grandes soluciones. Además ¡yo no puedo morir! Solo sentiré un cosquilleo, mareo y despertaré. Supongo que no es buena idea querer provocarle un trauma a una niña pequeña. Y más si su propio hermano mayor se corta las venas delante suyo. Cambie de estrategia, acerque la daga a mi corazón, como a ella le gusta leer tanto Crepúsculo y cosas de vampiros, entendería que iba a hacer. Puede ver como abría los ojos de par en par, y salio de detrás de mi padre, asustada de su hermano mayor
-Henry... ¡Para! ¡Por favor!
Me había llamado Henry, eso me conmovió, y a la vez me hizo tomarme esto más en serio, al final no hize nada, tire la daga delante suyo. Pero eso no fue lo único en caer, la daga rajo parte de mi bolsillo, haciendo que así la llave callese también. El sonido resonó en mi cabeza, como si tubiese un campanario. Un montón de imágenes pasaron por mi cabeza, no sé qué pasó, pero, vi toda mi vida pasar ante mis ojos en un segundo. Mi única reacción, en ese momento fue gritar. Grite, tan alto que seguramente resonaria por toda la calle. Caí de rodillas al suelo, puse mis manos en la cabeza. Lo que sentía en esos momentos no era algo normal. Se supone que no podemos sentir dolor, sin embargo allí estaba yo, como si me estuvieran apuñalando en el riñón. Papa y Carla me miraban asustados por la reacción que estaba teniendo, con los gritos conseguí que viniesen Laura y Aria (mis hermanas mayores) que junto a mi padre y Carla, me miraban con miedo y a la vez intentando tranquilizarme. No sé qué hize, pero les impedi que entrasen, es más le impedi a todo ser vivo sobre la faz de la Tierra entrar, pero para no molestar, aisle el sonido. Sin saber como hacerlo, solo quería gritar hasta morir, pero eso era imposible.

La marca de la desesperación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora