Su Sonrisa - Caleb Finn (Cancelada)

O3 - Café

Narra Astrid:

Me desperté, sentía unos brazos alrededor de mí, subo la mirada, y si, ahí estaba Caleb.

Rápido me trato de levantar, sin despertar a Caleb

Cuando finalmente me levanté, ahí estaba Caleb, con los ojos abiertos, riendo

Astrid: ¿De qué te ríes? - dije cruzandome de brazos

Caleb: ven, vuelve a dormir, son las 9 de la mañana - dijo abriendo sus brazos indicándome que lo abrazara

Suspiré y solo fui y lo abracé, para luego quedarnos dormidos, de nuevo

(...)

"Astrid, déjame levantarme"
"Astrid, por favor, necesito ir al baño!"

Sentí que me movían bruscamente

"¡Astrid tengo que ir al baño!"

Abrí los ojos, estaba Caleb, moviéndome, para que me quitara

Astrid: ¿Que pasa? - dije confundida

Caleb: ¡Déjame levantarme! Es una emergencia - dijo tratando de levantarse

Me paré, para que Caleb se levantara.

Agarré mi celular, son las 11 de la mañana, todavía es temprano, así que me recosté y me volví a dormir.

(...)

Me desperté por el sonido de la puerta, lo primero que hice fue ver la hora, 1 PM.

No sentía a Caleb, supuse que se acababa de ir, así que me levanté.

Escuché sonidos en la cocina, pero creí que era mi madre, así que fui a mi habitación, a ducharme y todo eso.

Bajé a la cocina, y no era mi madre la persona que estaba ahí, era Caleb, haciendo el desayuno o el almuerzo.

Astrid: buenas tardes

Caleb: hola - dijo sonriendo, no lo veía, pero capáz y lo estaba haciendo

Astrid: ¿Hace cuanto despertaste?

Caleb: recién...me dijo tu madre que iba a salir con sus amigas hoy, que llegaba tarde, así que te voy a cuidar hoy - dijo volteándome a ver

Astrid: ¡Genial! - dije emocionada - así te distraes un poco

Caleb: si, gracias, Astrid, eres genial - dijo sonriendo

Astrid: no hay de que, yo te ayudaré con cualquier cosa, creo que eso hacen los amigos - reí

Desayunamos, y decidimos salir por un café, me iba a presentar a unos amigos suyos.

Caleb fue a su casa a ducharse, yo lo estaba esperando afuera, viendo sus lirios, como siempre.

Caleb: se nota que te gustan mis lirios, ya sé que regalarte en tu cumpleaños - dijo saliendo de su casa

Astrid: son preciosos, nunca imaginé que un hombre tenga un jardín de flores fuera de su casa - dije mientras tocaba un lirio blanco

Caleb: deja ya, vámonos - me agarró de la mano y me llevó a su auto

Entramos, y fuimos al centro de la ciudad, a un centro comercial, y de ahí nos fuimos a una cafetería.

Fuimos a pedir nuestros cafés

Mesera: buenas tardes, ¿Qué desean ordenar?

Caleb: un... café solo

Mesera: perfecto, ¿y usted, señorita?

Astrid: un chocolate caliente nada más

Mesera: perfecto, se los llevaré enseguida