Kongpob miró la hora. 7 minutos más y serían las 8 en punto.
Sacudía su pierna de arriba hacia abajo en el sofá, intentando ver algún programa en la televisión, pero no tenía idea de lo que pasaba en él. Su mente estaba en otro lado.
Cuando regresó a casa hace tres días, la primera cosa que hizo fue sacarse los pantalones y ropa interior húmedos.
No miró la evidencia y de inmediato tiró su ropa en la lavadora, intentando borrar lo que acababa de suceder.
Había tenido un orgasmo porque un hombre le frotó el paquete sobre la ropa. Era tan vergonzoso. Y también fue un orgasmo intenso... mucho mejor que los que tenía normalmente cuando se masturbaba.
Miró la hora de nuevo. 4 minutos más.
Kongpob había visto algo de porno gay durante los últimos días para saber qué esperar, pero eso sólo lo puso más nervioso.
Faltaban 2 minutos.
—Sólo mételo y hazlo rápido —se dijo a sí mismo. En el momento en el que pronunció la última palabra, alguien llamó a su puerta.
Kongpob abrió la puerta y un hombre mayor en traje negro le habló desde el otro lado, pidiéndole que lo siguiera.
Un carro de lujo estaba estacionado frente a su apartamento. El hombre abrió una de las puertas traseras y Kongpob subió.
Estuvo nervioso durante todo el viaje en auto. Sudaba y su corazón latía rápidamente.
Hoy perdería su virginidad. ¿Y con quién? Con un famoso chico de la mafia.
Les tomó cerca de 20 minutos antes de que el carro llegara a su destino. Kongpob bajó y apreció una enorme mansión.
—Por aquí, señor —dijo el hombre.
Kongpob asintió y con rodillas débiles siguió al hombre dentro. Lo llevaron a la sala de estar.
Arthit estaba sentado en su sofá, mirando la enorme televisión. El hombre mayor se aclaró la garganta y Arthit miró en su dirección.
—Ah, ya estás aquí —dijo Arthit y apagó la televisión.
No se veía como antes. Usaba pants deportivos y una camiseta. Su cabello caía sobre su frente. Se veía un poco menos intimidante. Kongpob lo agradecía.
—Oh, puedes t-terminar el programa. No me molesta —dijo Kongpob.
Intentó sonar lo más normal posible, pero su voz temblaba. Cómo podría no hacerlo. Su labio inferior temblaba por los nervios.
—No quiero terminar el programa... —dijo Arthit mientras se levantaba.
—Oh.
—Ven conmigo —ordenó Arthit.
Bueno, eso era todo. ¡Sucedería en ese momento! La cosa que había estado atormentando la mente de Kongpob por días y noches.
Respiró profundo y siguió a Arthit. Caminaron por la puerta, luego por un largo pasillo y por otra puerta de nuevo.
La habitación era grande, tan grande como la sala de estar de Kongpob y su recámara combinados. Una pared era un ventanal que tenía vista al océano.
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Págame con tu cuerpo
Fanfiction+18 (sexo, groserías) Kongpob tiene una deuda con la organización criminal más grande de Tailandia. El jefe de la mafia, Arthit, tiene un interés por el inocente e inexperimentado Kongpob. Cuando el pobre Kongpob no tiene dinero para pagarle un prés...