Arthit se sentó en la sala de estar. Le dio una calada a su cigarrillo y expulsó el humo con un suspiro. Susurró en lugar de hablar en voz alta. No quería que Kongpob oyera.
—Prem, Prem, Prem... ¡¿Qué carajos fue lo que te dije, uhm? Te dije que no fueras duro con el hombre. Ahora corro el riesgo de que un furioso Oak Capone me persiga furioso porque tú mataste a su maldito único hermano cuando se suponía que sólo lo asustarías. ¡Eres un maldito idiota!
...
—¡Bueno, arréglalo! —Gruñó Arthit.
¡Quería gritarle tanto al teléfono en ese momento!
...
—Maldita sea, haz que parezca que lo mataron los italianos o algo. Borra todo rastro, no quiero nada allá afuera que nos relacione con eso, ¿estoy siendo claro? No hagas que te castigue.
...
—Escucha, debo irme. Tengo algo más importante que hacer en este momento. Nos vemos en unas horas, ¿y Prem? Arregla esa maldita mierda.
Arthit estaba enojado. Golpeó el teléfono contra la mesa.
—¿Por qué tengo que trabajar con estos malditos idiotas?
Kongpob lo había oído todo. Negó con la cabeza. De verdad no le gustaba escuchar a su novio hablando así. El hombre estaba tan estresado, ¿cuándo dejaría Arthit la vida criminal?
Kongpob suspiró. También tenía miedo. ¿Y si este chico Oak representaba algún problema? ¿Y si era como de esos matones de las películas que venían por su novio para vengar la muerte de su hermano?
—Lo siento, bebé —se disculpó Arthit mientras trepaba de vuelta a la cama. Esperaba que Kongpob no hubiera oído su conversación. —¿Te desperté?
—Lo oí todo, Arthit.
—Oh... Bebé, lo siento. Pero está bien. Date la vuelta, ahora quiero abrazarte yo.
—Apestas a humo de cigarrillo —dijo Kongpob un poco irritado y se dio la vuelta. Pff, qué buena forma de iniciar el día.
—Lo siento...
—Últimamente lo dices mucho, ¿no crees?
Arthit presionó su cuerpo contra el de su novio. Kongpob se sentía tan bien contra su cuerpo. Arthit se sentía como en su hogar.
—Escucha, de verdad que no quiero volver a iniciar esta conversación, Kong, no ahora.
—Bien... Hay que dormir otra hora más.
—Lo mismo pienso yo —dijo Arthit y enterró el rostro en la fuerte espalda de Kongpob.
Hoy, Kongpob al fin conocería a su madre. Estaba tan emocionado por ello, pero también algo nervioso.
~
—¿Estás listo? —Preguntó el jefe de la mafia cuando estuvo de pie frente a una gran puerta blanca.
—Sí, claro.
Kongpob intentó actuar relajado, pero se sentía bastante nervioso.
Arthit tomó su mano y entrelazó sus dedos. Trajo la mano de Kongpob a su boca y presionó sus labios sobre ella.
Luego, abrió la puerta de la habitación de su madre.
Por fortuna, ahora que el virus estaba bajo control, ellos podían entrar sin cubrebocas. Arthit de verdad quería que se vieran a la cara.
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Págame con tu cuerpo
Fanfiction+18 (sexo, groserías) Kongpob tiene una deuda con la organización criminal más grande de Tailandia. El jefe de la mafia, Arthit, tiene un interés por el inocente e inexperimentado Kongpob. Cuando el pobre Kongpob no tiene dinero para pagarle un prés...