Ha pasado un tiempo....
Un largo tiempo...
Envuelta en una inmensa y solitaria oscuridad por años.
Si...
Sus recuerdos eran vagos y un tanto borrosos, pero no todo se había perdido en los confines del olvido.
El único recuerdo decente que aun conservaba, era el momento en que vio como sus antiguas aliadas emprendían la retirada.
Y después, oscuridad.
Había pasado un tiempo desde que ellas la confundieran por una rebelde en aquel entonces...
Fue aprisionada en aquel espejo, interrogada y torturada por un crimen que ni siquiera cometió. Y lo peor de todo, es que ni siquiera recordaba la razón. ¿O simplemente no lo sabia?
¿Porque? A pesar de tantos años de servicio e innumerables conquistas planetarias. ¿Acaso no era suficiente? ¿Acaso no confiaban en ella? ¿Hizo algo que les desagradara a sus compañeras para que de pronto decidieran traicionarla? ¿A sus hermanas? ¿Algo que hizo enfadar a las diamantes, tal vez? Si ese fuera el caso... ¿entonces que?
Ojalá pudiera recordarlo...
No importaba por cuanto negara saber sobre la ubicación de la base rebelde, por mas que intentara suplicar o por cuanto intentara convencerlas, a quienes una vez consideró como una familia, de que en realidad no tenia nada que ver con el bando opositor.
A fin de cuentas, nadie le creyó. Lapis fue utilizada como una herramienta para al final ser desechada como tal. Ni siquiera se molestaron en darle una excusa. En lugar de eso, tenían que inventarse semejante ridiculez.
Encerrada en esa inmensa oscuridad, atrapada en ese pequeño objeto por cientos de miles de años, entre gritos desesperados y la esperanza, cual vela encendida en el centro de este espacio infinito, de que tarde o temprano alguien acudiera en su ayuda.
Pero nada cambió. Todo se mantuvo igual. La vela eventualmente fue apagándose, y su luz fue lentamente consumida por la oscuridad. Sin importar por cuanto gritara con la esperanza de ser escuchada, por cuanto se desgastara sus pulmones y por cuanto sintiera que su garganta se desgarrara... Nadie vino.
Segundos... Minutos... Horas... Días... Semanas... Meses... Años... Decadas... Siglos.
Las palabras ajenas de X"#%% resonaban claramente en sus oídos. Sus recuerdos eran borrosos.
Nadie vendrá...
Aquella tan ansiada libertad que estaba tan cerca y a la vez, tan lejos de ella.
Acéptalo...
Un alma atrapada deseosa de poder ser libre, aferrada a una pequeña esperanza como una diminuta vela.
Estarás sola...
Aferrada a una pequeña esperanza.
Nadie va a salvarte...
Una esperanza que con el pasar del tiempo fue disipándose.
Ellas te abandonaron.
Lo escuchó decir esas palabras, y su interior contestó instantáneamente.
¡Mentira!
Solo eres una herramienta...
Un recuerdo vago de las personas quienes conocía...
Nunca les importaste...
¡Eso no es verdad! ¡NO ES VERDAD! ¡Ellas nunca...! Ellas no...
...
Disfruta de tu nueva estadía, Lapis... Hasta nunca.
...
Y luego, silencio...
No volvió a escucharlo después de eso.
Perdió la noción del tiempo. No supo cuanto tiempo había pasado con exactitud desde que fue encerrada en ese lugar. Seguramente habían pasado milenios, ¿tal vez mas? Era difícil saberlo.
Bueno, ¿que mas daba? Dolía menos cuando Lapis lo asimilaba. Era obvio que estaría allí para siempre, encerrada y olvidada.
...
...
...
O eso pensaba hasta que vio por primera vez el rostro del chico, quien hasta hace solo unos momentos parecía haberse tropezado con algo, liberando accidentalmente el contenido de una de las cajas en el suelo.
Un pequeño destello deslumbró los ojos de Lapis. Hace tanto tiempo que no miraba algo tan brillante.
Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, Lapis pudo observar claramente como un joven la miraba de manera intrigada. Sonará ridículo, pero Lapis sintió una especie de "conexión" entre ella y el muchacho, casi como una extraña familiaridad en ese preciso instante que pareció mas bien una eternidad para ella.
-"¡¿Hola?!". Una voz se logró escuchar a lo lejos, interrumpiendo ese momento tan fugaz.
-"Steven, ¿estas aquí?".
-"¡Aquí estoy!".
El chico contestó antes de subir por las escaleras del polvoriento sótano, llevándose consigo el espejo en su mano sin siquiera notarlo.
-"¿Un humano...?".
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La Gema del Espejo / Lapiven (AU)
FanfictionSteven DeMayo, un chico alegre de 16 años que acaba de mudarse junto con su padre a su nueva casa, la cual habia sido propiedad de su fallecida madre. Con ello, la vida de Steven daria un pequeño giro tras descubrir accidentalmente un objeto que se...