cuarenta y uno

2K 290 57
                                    








うちは サスケ
blind, capítulo cuarenta y uno
«nada ni nadie espera, mucho menos el tiempo»








¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.








cinco de julio
dos años después








A veces le resulta inverosímil el hecho de seguir respirando; a veces también cree que lo mejor sería estar muerto, pero esa es una meta sepultada en la que ni siquiera pensará por respeto a ella. El aire sigue meciendo las múltiples hojas pertenecientes al bosque frondoso, los días son apenas unas horas y estas siguen corriendo sin mesura, el cielo sigue tintándose según su estación, los ninjas siguen saliendo a misiones peligrosas, la vida está siguiendo con su rumbo. Aunque hay distintos pensamientos en su cabeza, siempre hay dos pequeñas partes que echan raíces en su corazón desconsolado y llega a la misma disputa donde una de ellas le pide proporcionarse descanso eterno, mientras que la otra difiere y le exige que recuerde a Sarada, pues ella pidió que siguiera con su vida después de su propia muerte.

Sin embargo, es un cobarde.

A cada incógnita que encuentra en el camino, siempre se la responde con un casi lacrimoso: «soy un cobarde». Eventualmente se acostumbró a decirlo y a sentirlo, por lo que ha bajado su intensidad de daño y pasó a ser una oración al aire que repite sin su permiso al encontrarse en situaciones que ansían destruirlo por todo lo malo que cometió en su juventud. A otros les gusta llamarlo castigo merecido, él más bien lo denomina karma. Jamás creyó en alguna religión, pero ahora se ofusca en la idea de que, quizá, eso hubiera podido salvarla de esa muerte prolongada porque, sin debatírselo, hubiera preferido ser él quien se fuera. No es querer creer en algo o alguien, sino más bien la necesidad de hacerlo.

BLIND | SASUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora