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Capítulo 472: ¡Enlistado por Diez Años!

La voz no era solo sombría, sino que era firme, del tipo que al parecer no toleraría ni la más mínima desobediencia. Quienquiera que escuchara esa voz se sentiría conmocionado por dentro al instante.
Mientras la voz resonaba, un hombre de mediana edad apareció, llevaba una túnica negra larga. Había estado a cierta distancia poco antes, pero con tan solo un paso quedó justo frente a Bai Xiaochun, estaba bloqueando su camino.
—¿Eh? —dijo Bai Xiaochun abriendo los ojos de par en par. Quienquiera que fuera este hombre, se movía increíblemente rápido, tan rápido que antes de que sus palabras terminaran de entrar a los oídos de Bai Xiaochun, el hombre ya estaba de pie justo frente a él.
Era apuesto, con un cabello largo que lo hacía ver bastante atractivo a pesar de que parecía ser de mediana edad. También había algo profundo sobre él, como si su mirada contuviera al mismísimo cielo estrellado. Tan solo verlo dejó impactado a Bai Xiaochun.
Aunque sus ropas se veían casuales, la manera en la que se mantenía allí erguido lo hacía ver como si estuviera fusionado con los Cielos y la tierra. Aún no estaba al nivel de un deva, pero parecía capaz de llegar a ese nivel en cualquier momento. Era como si pudiera convocar la energía de los Cielos y la tierra y transformarla en un inconmensurable poder de batalla.
No estaba en el Reino Deva, pero tampoco en el gran círculo de Alma Naciente. Había llegado a un punto en el que podía entender algunas de las leyes mágicas de los Cielos y la tierra, lo que quería decir que... ¡¡estaba en cuasi-Reino Deva!!
Bai Xiaochun sintió repentinamente como si su respiración se hubiera visto entorpecida, y no podía ni hablar.
A pesar de que lo ocurrido hasta ahora toma un tiempo en describirse, todo ocurrió en lo que tardaría en decirse una corta frase. Cuando Li Hongming vio la persona que estaba allí de pie, su expresión se tornó profundamente solemne, y sus ojos empezaron a brillar con fervor. Juntó sus manos y se inclinó de manera extremadamente profunda.
—¡Saludos General!
El corazón de Bai Xiaochun pegó un brinco de golpe al darse cuenta de quién era este hombre. Tomando en cuenta que Li Hongming lo acababa de llamar General, esto quería decir que obviamente... ¡ese era el General en Jefe de los Despellejadores!
Bai Xiaochun juntó sus manos de inmediato y se inclinó. —Saludos General.
El hombre de negro observó tranquilamente a Bai Xiaochun y luego dijo, —te acabo de preguntar si realmente querías unirte a los Despellejadores. Bai Xiaochun se arrepintió de inmediato de lo que acababa de decir. Al ver al general de negro observándolo fijamente, empezó a ponerse nervioso y tartamudeó, —Uhm... b-bueno, yo no...
Antes de que pudiera terminar de hablar, los ojos del hombre de negro empezaron a brillar de manera agresiva.
—¿Hmm? —Un aura asesina estalló repentinamente a su alrededor, transformándose en ondulaciones de ira que amenazaban con hundir el pequeño bote llamado Bai Xiaochun—. Piensa bien tu respuesta antes de decirla.
A pesar de la calma con la que hablaba, las palabras del hombre resonaban como un trueno en la mente de Bai Xiaochun.
Bai Xiaochun sentía una presión indescriptible pesando sobre él, la cual lo dejó temblando y literalmente al borde de las lágrimas. Sus ojos estaban rojos y repentinamente le dio la sensación de que si no aceptaba enlistarse, entonces terminaría muerto allí mismo.
Así que respondió y dijo, —Uhm... soy un rehén... es una posición algo sensible...
—¿Rehén? —el hombre se veía sorprendido y ondeó su mano, lo que hizo que apareciera una tablilla de jade en su palma. Después de examinar un poco de la información que contenía, alzó la mirada por un momento.
El corazón de Bai Xiaochun palpitaba fuertemente por la ansiedad. Estaba completamente convencido de que no debía quedarse en la Gran Muralla; era demasiado peligroso, si no se iba, seguramente perdería su pequeña e insignificante vida. Sin embargo, debido a lo que estaba ocurriendo ahora, sus emociones terminaron degenerando rápidamente a una absoluta desesperación.
Después de un largo momento de silencio, el hombre de negro apartó la tablilla de jade y dijo, —Eso no importa. Ya que deseas quedarte, puedo arreglar el problema de que seas un rehén. Muy bien, el asunto ya está decidido. De ahora en adelante, ¡eres un soldado de los Despellejadores!
A Bai Xiaochun se le abrieron los ojos de par en par, y al ver que el hombre de negro ya estaba volteando para irse, le gritó rápidamente, —¡Soy un Elegido! ¡Estoy entre los primeros diez puestos de las Superestrellas de la Polaridad del Dao del Cielo Estrellado! Tengo la libertad de hacer lo que yo...
—¿Elegido? —respondió el hombre sin siquiera voltearse, su voz contenía una firmeza capaz de cortar uñas e hierro. —¡Eso es aún mejor!
Bai Xiaochun se enfurecía cada vez más, y gritó, —Yo... ¡no quiero enlistarme! Retiro lo dicho, ¿de acuerdo?
—Retirarlo no te servirá de nada. Has sido reclutado. Tiempo de servicio: diez años. —El hombre se detuvo por un momento, extendió su mano derecha y en ella apareció un medallón de comando violeta, estaba decorado con el aterrador símbolo asesino de los Despellejadores. —Como General en Jefe de una de las cinco legiones aquí en la Gran Muralla, tengo el poder de reclutar a quien yo quiera. Esas fueron unas píldoras medicinales bastante buenas las que usaste ayer, serán muy útiles por aquí. Déjame ponértelo de este modo Bai Xiaochun: te quedarás aquí... ¡lo quieras o no!
Sacudió su manga y volteó a ver a Li Hongming
—¡Li Hongming!
—¿¡Si Señor!? —respondió con fuerza Li Hongming.
—¡Consíguele su uniforme y llévalo a la Armería! —Dicho esto, el hombre partió e ignoró completamente la reacción de Bai Xiaochun a todo esto.
Bai Xiaochun ya tenía ganas de llorar, pero no le salían las lágrimas. Especialmente tomando en cuenta que mientras el hombre de negro hablaba hacía un momento, varias decenas de cultivadores habían aparecido en el área, los cuales rebosaban con intención asesina. Eran claramente del tipo que habían luchado en incontables campañas militares, y habían matado tanto que sus ojos brillaban de rojo. Bai Xiaochun se sentía nervioso por el simple hecho de que se quedaran viéndolo.
Estaba claro que si se rehusaba a acatar las órdenes, ¡no lo dejarían irse!
Bai Xiaochun estaba furioso, pero también lleno de arrepentimientos. Sabía muy bien que todo esto era por haber intentado alardear un poco...
—Si pudiera retirarlo todo, —pensó frunciendo el ceño miserablemente y al borde de las lágrimas—, jamás hubiera saltado al centro de atención... —Luego volteó a ver al hombre de negro que se iba a lo lejos, y decidió olvidarse de sus miedos.
—¡General! —gritó a todo pulmón.
Sus palabras resonaron como un trueno, y los ojos de los cultivadores circundantes se tornaron aún más agudos que antes. Li Hongming estaba obviamente nervioso, le preocupaba que Bai Xiaochun pudiera hacer algo que ofendiera a Bai Lin. Sabía muy bien que Bai Lin era el tipo de persona que podía masacrar a salvajes o a cultivadores sin siquiera pestañear. Sus reglas para la legión de Despellejadores eran muy estrictas, por lo que Li Hongming intentó darle un vistazo rápido a Bai Xiaochun intentando persuadirlo.
Mientras tanto, Bai Lin se volvió a detener.
—¿¡Qué quieres!? —dijo volteándose lentamente, sus ojos eran tan fríos como el hielo.
Bai Xiaochun se estremeció de inmediato, como si repentinamente lo hubieran arrojado al invierno más helado. Él no fue el único con esta sensación. Li Hongming y los demás quedaron repentinamente temblando.
Bai Xiaochun se vio abatido por la aterradora mirada del hombre, así que bajó la voz y dijo, —Si quieres enlistarme a los Despellejadores, está bien. ¡Pero no me has dicho cuál será mi salario! Li Hongming quedó boquiabierta al oír esto. Sabía muy bien que Bai Lin era una persona que podía cambiar de humor rápidamente, y si Bai Xiaochun lo provocaba de la manera equivocada, no importaría cual fuera su origen. Si Bai Lin quería a Bai Xiaochun muerto, entonces nadie en la Ciudad de la Gran Muralla podría detenerlo.
—Estarás de servicio por diez años, —dijo Bai Lin fríamente—. ¡Tú salario anual será cinco veces más de lo que recibías en la Secta de la Polaridad del Dao del Cielo Estrellado! ¡En cuanto a las demás recompensas, tendrás que obtenerlas usando créditos de batalla! —Dicho esto, se volteó para irse.
—¡¡General!! —gritó Bai Xiaochun.
Esta vez, Li Hongming ya estaba llorando por dentro por la manera tan imprudente en la que estaba actuando Bai Xiaochun. El mismo Li Hongming no se atrevería jamás a volver a abrir la boca si hubiera estado en los zapatos de Bai Xiaochun.
Los demás cultivadores circundantes se sentían del mismo modo. En su opinión, este Bai Xiaochun... sí que tenía pelotas.
En cuanto a Bai Lin, su aura asesina se intensificó repentinamente en varios niveles. Su cabello empezó a elevarse por el aire y su aura ardía a su alrededor, haciendo que unas luces brillantes se iluminaran y destellaran entre los Cielos y la tierra. A estas alturas, se veía justo como un dios de la muerte, y observaba fijamente a Bai Xiaochun sin decir nada, toda el área parecía estarse tornando cada vez más gélida. Todo el distrito de los Despellejadores estaba en un absoluto silencio.
Bai Xiaochun estaba temblando. La verdad era que realmente no quería gritarle, pero al mismo tiempo, tenía la sensación de que si no imponía algunas demandas en este momento, no volvería a tener otra oportunidad. Por lo que se armó de valor y dijo, —Tuve dos Protectores Dao, ambos son muy buenos amigos... Estaban a cargo de mantenerme a salvo. Uhm... realmente odiaría tener que quedarme aquí atascado yo solo, ¿hay alguna manera de que puedas mandarlos a buscar?
Si Song Que o el Maestro Deidad Adivina hubieran escuchado sus palabras, seguramente habrían terminado tosiendo varias bocanadas de sangre, y seguro que hubieran empezado a insultarlo. Unirse al ejército para defender la Gran Muralla era casi como una sentencia de muerte, y cualquiera con sentido común se rehusaría... No solo eso, pero no había manera de que ninguno de ellos se hubiera podido imaginar que después de volver a escapar, Bai Xiaochun intentaría traerlos de vuelta de nuevo...
Pero ni Bai Lin ni Li Hongming conocían muy bien a Bai Xiaochun, así que para ellos, sus palabras conllevaban un significado distinto. Para ellos, Bai Xiaochun estaba preocupado de que si se quedaba en la Ciudad de la Gran Muralla, sus protectores Dao probablemente pasarían muchos problemas buscándolo. Por lo que él simplemente estaba intentando cuidarlos pidiendo que se unieran. El hecho de que Bai Xiaochun se atreviera a hacer tal solicitud a pesar de estar frente a la presión del aura asesina de Bai Lin, demostraba lo mucho que valoraba la amistad y la lealtad.
La expresión de Bai Lin hasta se ablandó un poco al instante.
—Me temo que eso no es posible... —dijo—. Sin embargo... puedo prometerte que si consigues suficientes créditos de batalla, ¡podrás ir a buscar a tus amigos y enlistarlos tú mismo! —Dicho esto, Bai Lin se puso en movimiento y desapareció, no le dio a Bai Xiaochun más oportunidades de hablar.

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