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Capítulo 495: El Diablo Bai

Los jefes de las más de cien tribus de las Tierras Desoladas estaban completamente impactados.
Durante el transcurso de los enfrentamientos anteriores, el poder de los hornos explosivos que habían visto los había dejado bastante sorprendidos. Y ahora, tan solo ver el tamaño de los hornos los dejó incapaces de hasta respirar.
—Son... ¡¡son tan grandes!!
—Si esos diez hornos explotan... —Los ojos de los jefes se abrieron de par en par y sus corazones estaban siendo impactados por olas de asombro. Y ellos no eran los únicos. Las decenas de miles de gigantes que arremetían como locos se vieron repentinamente abrumados por memorias dolorosas después de ver los hornos.
—¡¡Diablo Bai!!
—Maldita sea, ¡¡ese es el Diablo Bai!!
En medio de su terror, un gran número de gigantes intentaron retirarse. Diablo Bai era el sobrenombre que las tribus de las Tierras Desoladas le habían dado a Bai Xiaochun después de las espantosas escenas de devastación que les había causado.
Ni Bai Xiaochun estaba al tanto de que le habían dado ese sobrenombre, pero ya era muy bien conocido entre las Tierras Desoladas.
En ese momento en el que todos los ojos quedaron fijos sobre los hornos explosivos, un chillido resonó de entre las fuerzas de las Tierras Desoladas. —¡¡Hagan todo lo que haga falta para detener esos hornos!!
Un gran número de cultivadores de almas y jefes tribales convocaron todo el poder de sus bases de cultivo al instante para invocar una red que lo abarcara todo.
La red salió disparada por el campo de batalla con una velocidad increíble, y en tan solo un parpadeo llegó hasta los hornos para píldoras. Aunque la red logró bloquear a algunos de los hornos, estos se movían tan rápido que cuatro de ellos lograron pasar de largo e impactar al suelo, incluso aplastaron al instante a los gigantes que habían sido demasiado lentos para evadir.
Y en cuanto tocaron el suelo, un estallido ensordecedor capaz de sacudir los Cielos y la tierra se escuchó, un sonido que sobrepasó todo lo demás que había en el campo de batalla, ¡un sonido que se elevó hasta los más altos Cielos y hasta lo más profundo de la tierra!
Primero fue uno de los hornos el que se llenó de grietas y estalló, la tierra se sacudió y montañas enteras se derrumbaron. Era como si hubiera llegado el fin de los tiempos, y un mar de llamas azules estalló desde donde el horno había explotado, el cual se extendió en un instante llenando un área de decenas de miles de metros de diámetro. Por dondequiera que pasaban las llamas azules, se escuchaban chillidos agonizantes de gigantes siendo incinerados. Además de las llamas, ¡los escombros del horno se convirtieron en cuchillas flameantes que se movían como meteoritos y arrasaban con todo a su paso!
¡Y las cosas aún no acababan! También estaba la onda de choque expansiva, la cual levantaba a los gigantes en llamas y los arrojaba violentamente por el campo de batalla.
El estallido de la explosión hacía que pareciera que hubiera relámpagos celestiales impactando la tierra sin cesar como una cascada. Al mismo tiempo, unas hebras de humo de cinco colores se expandieron rápidamente, las cuales entraban en el cuerpo de los gigantes, y provocaban chillidos espeluznantes cuando la carne de los gigantes empezaba a pudrirse y descomponerse como respuesta.
¡Otros entre los gigantes simplemente quedaban pasmados, y se quedaban de pie inmóviles mientras las llamas los calcinaban!
Pero... ¡eso aún no era todo! El segundo horno se agrietó y explotó, y luego el tercero y el cuarto. Uno por uno, causaron explosiones masivas que desgarraron el campo de batalla, ¡explosiones que inundaron un área de más de 300.000 metros de diámetro, y la convirtieron en puros escombros!
Y esos fueron solo cuatro de los hornos explosivos. Los otros seis habían quedado atrapados y sellados en la enorme red.
Pero, aun así, ¡la explosión de esos cuatro hornos había sido un golpe devastador para los Desolados!
Había un vasto número de gigantes que estaban siendo quemados vivos. Escombros que se movían como meteoritos despedazaban cuerpos por todos lados, y la onda de choque mandaba a volar a incontables gigantes por todo el campo de batalla.
¡Y los más desastroso de todo era el humo de cinco colores!
El humo arrasaba todo a su paso sin dejar ni un ser vivo. Era el resultado de un incontable número de píldoras extrañas combinadas, y los efectos medicinales tocaban a los salvajes de maneras que ni Bai Xiaochun hubiera podido anticipar.
Se escuchaban chillidos agonizantes constantemente y los cultivadores de almas escupieron grandes cantidades de sangre, muchos salieron volando hacia atrás. Además de eso, esos cuatro hornos no solo habían asesinado a incontables salvajes, también habían causado un daño incalculable entre los sobrevivientes.
Esos gigantes sobrevivientes... ¡su voluntad de luchar había quedado completamente obliterada! Su determinación fue destruida, y no pudieron sino retroceder con ojos llenos de temor, de asombro y de absoluta incredulidad.
—El Diablo... el Diablo... ¡Bai! —Gritos caóticos alarmados resonaron por todos lados, como si fueran el único modo de disipar el terror que sentían los corazones de los Desolados. Cuando sus miradas horrorizadas se tornaron hacia Bai Xiaochun que estaba de pie sobre la Gran Muralla, este pudo sentir el miedo que tenían.
De hecho, no eran solo los gigantes salvajes los que reaccionaban de este modo. A estas alturas, muchos de los miembros de las cinco legiones se habían olvidado hasta de respirar, y veían a Bai Xiaochun con miradas de extrema veneración y asombro.
Él había sido el creador original de los hornos explosivos, y había confeccionado las Píldoras de Convergencia de Almas. Y en cuanto a las supernovas de ahora, estas también habían sido su creación... Había aplastado al enemigo con impunidad una y otra vez, al punto que hasta el último individuo entre las cinco legiones conocía su nombre.
A medida que los efectos de la explosión se disipaban, quedó muy claro que el espacio frente a las cinco legiones en el campo de batalla estaba casi completamente vacío... Solo había cuatro cráteres gigantescos... y seis hornos arruinados que no habían estallado.
El campo de batalla quedó en un silencio casi total, solo se podían escuchar los sonidos de la batalla de los devas, y la batalla de las almas de los nigromantes contra Bai Lin y los demás líderes de los ejércitos. Todos lo demás en el campo de batalla simplemente se quedaron viendo con absoluto asombro.
A lo lejos estaban los cinco altares organizados como un pentagrama y los rayos de luz negra. Los viejos de negro que estaban allí sentados recitando escrituras estaban temblando viendo el campo de batalla. Luego alzaron la mirada a ver la pelea de los devas, y voltearon silenciosamente a ver a Bai Xiaochun allí de pie sobre la Gran Muralla.
A pesar de lo lejos que estaban, era casi como si él estuviera allí de pie justo frente a ellos.
En este momento, Bai Xiaochun también veía con la boca abierta al campo de batalla. Pero después de un momento, recordó respirar, después de lo cual su corazón empezó a palpitar fuertemente con temor. También se dio cuenta de que sus créditos de batalla aumentaban con una velocidad sorprendente.
—A este ritmo, ¡seguro que seré promovido a coronel! —Mientras su corazón se llenaba de emoción, una mirada se posó sobre él desde la nube de sangre.
A la vez, una corriente de niebla de sangre salió disparada hacia él; este era un ataque proveniente nada más y nada menos que de la joven de rojo en el Reino Deva.
Sin embargo, obviamente no había modo de que Chen Hetian dejara que eso ocurriera así nada más. Se rio fuertemente, bloqueó el ataque y luego la batalla entre los dos reanudó a un nivel aún más intenso.
Bai Xiaochun quedó sorprendido al principio, pero después de ver que el ataque no le podía alcanzar, dejó salir un suspiro de alivio. Aunque... antes de que pudiera siquiera terminar de suspirar, más miradas se dirigieron hacia él desde el ejército de las Tierras Desoladas. Eran las miradas de los numerosos jefes tribales, las cuales veían fijamente a Bai Xiaochun.
La ferocidad y la locura en esas miradas sobrepasaba todo lo que había visto antes... —¿Para qué diablos se me quedan viendo...? Bueno, de todos modos, creo que ya terminó mi labor aquí. Este lugar es muy peligroso. Mejor me bajo del muro. —Al llegar a esta decisión, estaba justo a punto de irse, cuando repentinamente... un aullido arrasador se escuchó en el aire, algo que parecía tan intenso que desgarraría los Cielos.
Y cuando lo hizo, las fisuras que se habían formado antes entre los Cielos se abrieron totalmente de manera desgarradora, y crearon un agujero en forma de pentagrama.
Luego se pudieron escuchar unos gritos como apagados a lo lejos. —Hambre... tanta hambre...
A la vez, una mano fantasmal aterradora tras otra se extendió desde allí, las cuales sujetaron rápidamente a los viejos de negro y los arrastraron dentro de las fisuras.
¡Los viejos ni se resistieron! Simplemente dejaron que las manos fantasmales los arrastrarán, después de lo cual, ¡¡unos sonidos enfermizos de algo siendo masticado se escucharon!!
Esa extraña escena hizo que los miembros de las cinco legiones se quedaran viendo pasmadas, y su respiración entró en caos.
A Bai Xiaochun se le abrieron los ojos de par en par cuando vio esa abertura en el cielo con forma de pentagrama, y le empezó a dar un muy mal presentimiento. Justo cuando empezó a acelerar hacia atrás hacia la ciudad, un intenso estruendo se escuchó desde el pentagrama, ¡y una descomunal boca se reveló!
Al parecer, la boca existía en algún lugar más allá de los Cielos, y era tan grande que la abertura solo podía mostrar una parte.
Era de un color verdoso, con dientes negros empapados de sangre y entrañas. En cuanto la boca apareció, se pudieron escuchar más palabras.
—Hambre... ¡tanta hambre...! —En medio de la conmoción de todos, la boca se movió en dirección a la Gran Muralla y luego empezó a inhalar profundamente...
Los Cielos y la tierra se opacaron, y todo empezó a sacudirse al mismo tiempo que una fuerza gravitacional indescriptible surgía desde la boca. Ni el escudo de la formación de hechizos podía evitarlo, y en tan solo un instante, muchos cultivadores de las cinco legiones quedaron impactados al ver que estaban volando por el aire, ¡¡sus cuerpos estaban completamente fuera de su control!!
Se escucharon sonidos de cosas moviéndose velozmente por el aire, y más de la mitad de los cultivadores de las cinco legiones salieron volando repentinamente más allá del escudo, ¡camino a la gran boca!
Incluso sobre la misma Gran Muralla muchos cultivadores fueron afectados, incluso Bai Xiaochun. Estaba temblando intensamente, y descubrió que era completamente incapaz de retirarse. Un gran grito escapó de sus labios al momento en el que fue absorbido lejos de la Gran Muralla y hacia el campo de batalla más allá del escudo.

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