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Capítulo 491: ¡El Tambor del Guerrero Celestial!

Dos meses pasaron en un parpadeo. Y conforme transcurría el tiempo, los hornos de 300 metros de altura empezaron a tornarse lentamente de color carmesí, y también emanaban unos niveles de calor impresionantes. Pero Bai Xiaochun aún no estaba completamente satisfecho, y a menudo añadía más piedras de llama terrestre.
Incluso fue a buscar a Bai Lin y le preguntó sí había algunos expertos disponibles para bendecir las llamas, todo para asegurarse de conseguir los mejores resultados posibles. Tanto Bai Lin como Bai Xiaochun tenían las mismas ideas en lo concerniente a esos diez hornos gigantes, así que Bai Lin ni dudó por un momento y aceptó su petición.
Es más, Bai Lin fue personalmente a sellar los hornos para píldoras, y luego hizo que diez de sus subordinados en el Alma Naciente fueran y formaran llamas del Alma Naciente con sus bases de cultivo para ayudar a calentar los hornos.
Cuando Bai Xiaochun llevaba a cabo sus labores diarias y veía a esos diez cultivadores en el Alma Naciente actuando casi como piedras de llama terrestre vivientes, no podía evitar llenarse de anticipación por los resultados.
—¿Me pregunto cómo terminarán saliendo las cosas? —Eventualmente se vio forzado a contener su curiosidad y esperar. Durante los dos meses que habían pasado, ya había logrado producir un lote tras otro de Píldoras de Convergencia de Almas. Es más, llegó rápidamente al punto de poder confeccionar más de 10.000 al día.
Zhao Long y los demás recolectaban con frecuencia los productos finales, después de lo cual, Bai Xiaochun usaba su medallón de comando, el cual estaba conectado a la pagoda y al gran ojo, para marcarlas con su sentido divino. Luego, los cultivadores enviados por Bai Lin se acercaban a recoger las píldoras y guardarlas para distribuirlas cuando llegara la hora de la gran batalla.
La razón por la que marcaba sus píldoras con su sentido divino, era para que Bai Xiaochun consiguiera algunos créditos de batalla cuando se usaran en la pelea. No tendría todos los créditos de batalla de cada píldora, sino un treinta por ciento.
Ese fue un acuerdo al que ya había llegado con Bai Lin. Este, quien era el respaldo financiero de las píldoras, además del general en jefe, también recibía una porción de los créditos de batalla que ganaban los Despellejadores. Por otro lado, Bai Lin obtendría un treinta por ciento de las píldoras usadas por las otras cuatro legiones.
El hecho de que todos generaran tan buenos ingresos satisfacía tanto a Bai Lin como a Bai Xiaochun. Bai Lin ya actuaba de manera muy sobreprotectora con las Píldoras de Convergencia de Almas, e incluso envió un contingente de sus hombres para montar guardia en la Armería.
Durante esos dos meses se crearon un gran número de Píldoras de Convergencia de Almas, pero Bai Xiaochun aun así logró apartar algo de tiempo para su cultivo. Aunque no estaba ganando tanto en términos de créditos de batalla en este momento, gracias a todas las plantas medicinales entregadas por la Secta de la Polaridad del Dao del Cielo Estrellado, su cultivo seguía progresando con normalidad. Su qi glacial seguía fortaleciéndose, y se estaba acercando mucho al gran círculo de la etapa del Núcleo Dorado.
Sin embargo, el área en la que avanzaba más rápido era su Técnica Imperecedera de Vivir por Siempre. Con tantos tubérculos de espíritu terrestre a su disposición, y todos de más de cien años, tenía una impresionante cantidad de fuerza vital con la cual trabajar. Por lo que su brazo izquierdo entero ya estaba lleno con los Tendones Imperecederos, y ya casi terminaba con su brazo derecho.
Bai Xiaochun masticaba a diario los tubérculos de espíritu terrestre, como un conejo masticando zanahorias. Hasta tendía a mordisquear de a poco, todo el tiempo cuando estaba confeccionando medicina. Después de que pasaran diez días más, unos estruendos intensos resonaron en el cielo nocturno, y el brazo derecho de Bai Xiaochun se llenó completamente con los Tendones Imperecederos.
Desde el hombro hasta los dedos rebosaban con un poder impresionante, y cuando disparaba su brazo derecho a toda velocidad para dar un puñetazo, el aire se llenaba del sonido de crujidos.
Lo que era aún más extraño, era que cuando apretaba su mano para formar su puño, se sentía casi como si pudiera sujetar hasta el tejido del espacio mismo, y cuando movía su mano, podía distorsionar el aire a su alrededor.
Bajó la mirada a verse ambos brazos y dijo, —¡Ya terminé de cultivar los dos brazos y las dos piernas!
Ahora podía ver que sus brazos estaban llenos con un poder y velocidad increíbles.
—¡Este lugar es una tierra aún más sagrada para mí de lo que fue la Secta Corriente de Sangre! —Bai Xiaochun estaba extremadamente emocionado. Al fin y al cabo, la Técnica Imperecedera de Vivir por Siempre consumía una enorme cantidad de recursos, y eso solo se exacerbaba mientras más se cultivaba la técnica. Sin todas las casualidades que lo habían llevado a una gran cantidad de recursos, jamás hubiera podido cultivarla hasta su nivel actual.
Anteriormente, había estado en la etapa avanzada del Núcleo Dorado, pero solo tenía los Tendones Imperecederos en una de sus piernas.
Pero ahora, gracias a esos indescriptiblemente valiosos tubérculos de espíritu terrestre, había avanzado a pasos agigantados. Claro, una cosa que Bai Xiaochun no sabía, era que la cantidad de tubérculos de espíritu terrestre que había consumido hasta ahora, era de hecho más de la mitad de todas las reservas que la Secta de la Polaridad del Dao del Cielo Estrellado había acumulado en el transcurso de muchísimos años. Después de todo, muy pocas personas en el mundo del cultivo hacían crecer tubérculos de espíritu terrestre, los cuales eran en esencia, difíciles de cultivar. La mayoría existían en reinos confinados arcanos, y solo se convertían en plantas medicinales después de dejarlos crecer por cien años. —Ahora solo me faltan el torso y la cabeza. A este ritmo, debería poder terminar con mis Tendones Imperecederos en solo unos pocos años más. Entonces debería ser capaz de romper... ¡el tercer grillete! —Mientras más pensaba en ello, más se emocionaba. Después de experimentar un poco más con su recién descubierto poder, se quedó viendo hacia arriba orgullosamente y reflexionaba sobre el hecho de que, si se enfrentara a su Hermano Mayor Zhao Tianjiao, probablemente podría ganar.
—Ah. Desearía poder encontrar a un experto en el Alma Naciente para luchar. —Pero después de un momento, se dio cuenta de que esta idea no tenía mucho sentido, así que cambió de opinión rápidamente. Se aclaró la garganta y murmuró, —No hay por qué ser tan impulsivos...
Después de eso, se tomó un momento para reajustar su manera de pensar, y volvió a su cultivo.
Otro mes más pasó. Y un día, cuando Bai Xiaochun estaba en medio de su meditación, pudo escuchar repentinamente que afuera golpeaban fuertemente un tambor de guerra. Los estruendosos golpes llenaban la ciudad entera, e hicieron que muchos cultivadores salieran rápido a ver al cielo.
Zhao Long y los demás estaban vigilando los hornos en el patio cuando escucharon el tambor de guerra, y sus expresiones cambiaron al instante. Los diez cultivadores en el Alma Naciente también abrieron los ojos y alzaron la mirada hacia la torre y hacia el ojo.
De ese ojo era que provenía el sonido del tambor de guerra...
—¡El Tambor del Guerrero Celestial!
—¡Hacía mucho que no escuchábamos el Tambor del Guerrero Celestial!
—¡Siempre que se escucha ese tambor, quiere decir que viene un ejército de salvajes de más de 500.000!
A medida que los gritos alarmados surgían, los golpes del tambor hicieron que la sangre en las venas de todos los cultivadores fluyera aún más rápido. El sonido del tambor los inundaba con un deseo de luchar, y hacía que sus huesos y su sangre vibraran. El sonido incluso hacía que sus bases de cultivo se fortalecieran un poco.
Ese era el poder del Tambor del Guerrero Celestial. Y también había más beneficios; todos los cultivadores en la Ciudad de la Gran Muralla descubrieron que habían empezado a brillar con una tenue luz violeta.
Esa luz era como una especie de armadura que fortalecía sus defensas, y les daba una ligera mejora en su agilidad.
Poco después, también se empezaron a escuchar trompetas que llenaban la ciudad entera y llamaban la atención de los cultivadores de las cinco legiones, sin importar lo que estuvieran haciendo. Bai Xiaochun salió caminando de su habitación y vio que Bai Lin venía volando hacia él a toda velocidad. Poco después se detuvo en medio del aire, y bajó a ver a Bai Xiaochun con una expresión seria.
—Las Tierras Desoladas han enviado a un poderoso experto en el reino Deva, sumado a más de 100 nigromantes, 1.000 cultivadores de almas, y 100 tribus de salvajes con 700.000 gigantes. También hay un sinfín de bestias y almas. ¡Este es el gran ataque que hemos estado esperando!
Bai Xiaochun se estremeció. A pesar de haberse estado preparando para este momento, las noticias de todos modos le sorprendieron.
—El patriarca deva ha emitido órdenes para que todos los cultivadores de la ciudad se preparen para el combate. ¡Esta será una de las batallas más grandes que hemos librado en muchos años!
—Bai Xiaochun, estaré muy ocupado comandando al ejército, así que no tendré mucho tiempo para cuidarte. Asegúrate de tener mucho cuidado en el combate que se avecina. — Dicho esto, Bai Lin volteó a ver a los diez enormes hornos para píldoras. Aunque irradiaban un calor muy intenso, aún no habían llegado al punto de detonación. Lamentablemente, no había más que hacer, Bai Lin asintió hacia los diez cultivadores en el Alma Naciente, y estos se unieron a él para volar hacia el muro.
Zhao Long y el resto del batallón ya se estaban poniendo su armadura, y se podía ver por su expresión que ya anhelaban ir al combate.
Desde que se habían vuelto seguidores de Bai Xiaochun, no habían ido a luchar al campo de batalla. Y ahora que el Tambor del Guerrero Celestial impactaba sus corazones, su intención asesina ardía intensamente, y sus ojos brillaban con una luz roja que se podía ver entre todos los guerreros de la Ciudad de la Gran Muralla.
Bai Xiaochun se quedó viendo en silencio a Zhao Long, Liu Li y los demás soldados bajo su cargo. Después de un momento, le dio una palmada a su bolso de almacenamiento y sacó un gran número de armaduras, diversos tipos de objetos mágicos, incontables botellas de píldoras medicinales y montones de talismanes de papel. Aunque no tenía tantos objetos como para describirlos como interminables, sin dudas tenía más que suficiente para equipar a más de mil soldados para el combate. Y empezó a enviarles estos objetos a Zhao Long y a los otros cien cultivadores de su batallón sin siquiera dudarlo.
—¡Soy su capitán, y ustedes luchan bajo mi estandarte! —dijo—. Aunque no les he dado muchas recompensas hasta ahora, hace tiempo que he estado preparándome para este combate. ¡Estos objetos mágicos, píldoras medicinales y talismanes de papel son para ustedes!
—Una armadura no será suficiente, así que he preparado varios conjuntos para ustedes. ¡Asegúrense de cubrirse bien! ¡Lo ideal sería que siempre lleven sus cascos espirituales en todo momento! En cuanto a objetos mágicos, he preparado más de veinte para cada uno. Incluso si los usan solo para desatar el poder de su autodestrucción, ¡al menos les servirán para eliminar a más enemigos!
—Como todos sabemos, jamás podemos permitirnos quedarnos sin píldoras mágicas, ¡especialmente en medio del combate! Así que he preparado todo tipo de píldoras para ustedes, incluyen aquellas para recuperar su base de cultivo, curar heridas, ¡y también algunas píldoras venenosas!
—Recuerden, cuando vayan al combate, me representan a mí, ¡Bai Xiaochun!
—Además de eso, he preparado personalmente 100 Píldoras de Convergencia de Almas para cada uno de ustedes. En cuanto a las órdenes para esta batalla.... solo tengo una... Cuando vayan a matar al enemigo... les pido por favor... ¡qué deben hacer todo lo que esté a su alcance para mantenerse con vida! —La voz de Bai Xiaochun incluso se quebró un poco al final de su discurso. Luego sacudió su manga y mandó un gran número de botellas con Píldoras de Convergencia de Almas hacia Zhao Long y el resto del batallón.
Todos quedaron impactados, y en poco tiempo sus ojos se llenaron de gratitud. Todos sabían que las cosas que Bai Xiaochun les estaba dando habían sido compradas con sus propios créditos de batalla.
Y no solo eso, todo era de la mejor calidad, y les daría una clara ventaja entre todos los demás que estuvieran en su mismo nivel.
Hecho todo esto, Bai Xiaochun inhaló profundamente y desató su aura asesina. Sus ojos resplandecían, sus venas de acero pulsaban, y se convirtió en un rayo de luz que lideró a su batallón hacia la Gran Muralla. —¡Vamos!

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