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Capítulo 514: ¡Soy un Oficial del Ejército, Idiota!

No había manera en la que Bai Xiaochun no pudiera quedarse sorprendido por la aparición tan súbita de más de cincuenta gigantes salvajes. En primer lugar, ya lo había dejado impresionado esa estatua, pero este desarrollo tan repentino hizo que pasara un destello por sus ojos. Luego escuchó la manera en la que viejo se refirió a sí mismo, y se dio cuenta de que este no era un cultivador de almas ordinario.
Además de eso, estos gigantes eran distintos de los demás salvajes que Bai Xiaochun había visto en combate. Aunque los gigantes en aquellos ejércitos que había visto eran numerosos, y rebosaban con intención asesina, también eran muy similares a los cultivadores de almas solitarios que había visto. Estaban desorganizados y eran incapaces de trabajar juntos. Estos cincuenta gigantes que enfrentaba ahora eran claramente distintos.
Incluso había algo frío en su carácter, y la furia que acechaba en ellos hizo que las pupilas de Bai Xiaochun se contrajeran. Estaba claro que estos gigantes practicaban algún tipo de cultivo especial que los convertía en una élite entre sus compatriotas salvajes.
Hasta su armadura estaba mucho más allá de lo ordinario, y era capaz de defenderlos contra sus poderes de Exaltado Glacial. Además de eso, el poder de su formación llegaba al punto de poder proteger fácilmente al viejo durante su escape. Al mismo tiempo, cuando el poder de la formación llegó a su cumbre, ¡rebosaba con una energía similar a los gigantes de las formaciones de hechizos de la Secta Desafiadora del Río!
¡Este era un poder similar a la base de cultivo de un experto en el Alma Naciente!
Y lo que preocupaba aún más a Bai Xiaochun era la estatua del fantasma gigante, la cual contenía un poco de poder defensivo al nivel de deva. Incluso si lograba usar sus poderes de Exaltado Glacial para congelar a todos los salvajes de élite, lo que formaba el núcleo de la formación de hechizos era el poder de un deva.
—¿Así que este es el verdadero poder de las Tierras Desoladas...? —pensó. Durante el transcurso de las batallas que había librado frente a los ejércitos de las Tierras Desoladas, había empezado lentamente a subestimarlos. Pero ahora estas ideas se estaban desvaneciendo.
Dentro de la formación de hechizos, los ojos del viejo resplandecían con su intención asesina. —Cómo te atreves a atacarme después de haber revelado mi identidad. ¿¡Acaso te quieres morir!?
Aunque lo intimidaba un poco la demostración de poder de Bai Xiaochun, sabía que, si no lo mataba, esta enemistad causada por el robo de un alma de bestia deva no era algo que pudiera ser resuelto después fácilmente.
Bai Xiaochun se rio fríamente. Se quedó viendo al viejo directo a los ojos y dijo lentamente, —¿Qué tiene de impresionante atacar en grupo? ¿¡Acaso tienes las pelotas de luchar conmigo uno a uno!? El viejo cultivador de almas respondió con una risa fuerte como si acabara de escuchar la broma más graciosa del mundo. Y dijo con un brillo gélido de intención asesina en sus ojos, —¿Acaso eres idiota o qué? ¿Qué importa que te ataquemos entre tantos? ¿¡Qué harás al respecto!?
Dicho esto, levantó su brazo derecho, listo para dar la orden de matar a Bai Xiaochun.
Pero fue en ese momento que Bai Xiaochun también empezó a reír. Alzó su barbilla orgullosamente y reveló repentinamente una tablilla de jade, la cual luego destrozó entre sus dedos.
—Muy bien. Qué sea en grupo entonces. ¡Vengan hermanos!
El viejo cultivador de almas se sorprendió al oír las palabras de Bai Xiaochun. Luego percibió un cambio en el viento y volteó a ver a lo lejos.
Repentinamente allí a lo lejos aparecieron decenas de rayos de luz que venían disparadas hacia ellos.
El viejo se rio fríamente. —Hmph. Esas no son tantas per...
Pero antes de poder terminar su frase, aparecieron aún más rayos de luz desde otra dirección. Empezaron a oírse estruendos, y en un abrir y cerrar de ojos aparecieron decenas y decenas de rayos de luz, se movían disparadas por el aire con una velocidad deslumbrante.
En tan solo un corto instante, ¡ya se podían ver cientos de rayos de luz!
El rostro del viejo se puso totalmente pálido, estaba hasta temblando físicamente y se le trancaba la respiración. Pero las cosas aún no acababan. Cientos de rayos de luz más empezaron a acelerar hacia la zona, haciendo que las defensas del viejo empezaran a vibrar.
Eran mil... lo que hizo que el rostro del viejo cultivador de almas se pusiera tan blanco como una hoja de papel. Se le abrieron los ojos de par en par y empezó a jadear por la incredulidad y el asombro.
—Esto... ¡¡no puede ser!!
No tenía idea de por qué había habido tantas personas escondidas en el área, ni estaba seguro de cómo es que no se había percatado de ninguna señal. Lo más aterrador, ¡¡era que todos sin falta estaban en la etapa de la Formación del Núcleo!!
Incluso había unos cuantos que estaban en la misma etapa que él, ¡el gran círculo de la Formación del Núcleo!
Bai Xiaochun se sentía bastante animado y asombroso, apuntó hacia el viejo y gritó, — ¡Hermanos, maten a este viejo!
—¡¡Muere!! —gritaron esos mil cultivadores que avanzaban por el cielo como un gran ejército, estaban causando unos estruendos intensos que llenaban toda el área a la vez que sus auras asesinas ardían intensamente. Estas eran las mejores tropas bajo el comando de un oficial intrépido, un escenario que hizo que la mente del viejo cultivador de almas diera vueltas. Lo más sorprendente era los cincuenta gigantes salvajes quedaron boquiabiertos y empezaron a retroceder. Ni ellos podrían haberse imaginado que terminarían enfrentando a un gran número de cultivadores en este lugar.
El viejo cultivador de almas pudo darse cuenta de inmediato que, si este grupo se reunía, no habría manera de que él pudiera escapar con vida.
—¡¡Corran!! —gritó. Los cincuenta salvajes gigantes convocaron al instante todo el poder de la formación de hechizos, con la cual aceleraron rápidamente en un intento de sacar al viejo de esta red que se cernía sobre ellos.
—¡Chicos atrápenlo! —rugió Bai Xiaochun.
Aunque la formación de hechizos se movía con una velocidad increíble, estos eran cultivadores de las cinco legiones. Además de eso, habían pasado por una prueba de vida o muerte junto a Bai Xiaochun, y los habían escogido directamente de entre un grupo de decenas de miles de soldados. Por lo que salieron disparados hacia los cincuenta gigantes salvajes con una ferocidad asesina.
La majestuosidad de la escena de mil soldados atacando a cincuenta gigantes de manera letal hizo que a Bai Xiaochun le ardiera la sangre al instante, así que gritó, —¡Joder! ¡Cómo te atreves a robar mi alma de bestia deva! ¡Y lo que es peor, hasta quisiste atacarme en grupo!
No había manera de que los cincuenta gigantes pudieran durar bajo este ataque. Se resistían rugiendo, pero los mil cultivadores del regimiento de Bai Xiaochun estaban bien entrenados, y se formaron rápidamente, contra lo cual los gigantes eran incapaces de defender.
Mientras los gigantes eran destruidos de manera espectacular, el viejo cultivador de almas temblaba, era evidente que estaba a punto de llorar por lo injusto de la situación.
—¡¡Eres un gran abusador!!—gritó con su cabello dando vueltas salvajemente a la vez que los pocos gigantes supervivientes intentaban buscar una manera de librarse de la situación. —¿Qué tiene de impresionante atacar en grupo? ¿¡Si tienes lo que hace falta por qué no peleas conmigo uno a uno!?
—¿Acaso eres idiota o qué? —respondió Bai Xiaochun con orgullo, le estaba devolviendo las palabras al viejo en su cara, —¿Qué importa que te ataquemos entre tantos? ¿¡Qué harás al respecto!?
Dicho esto, salió disparado hacia el viejo con una fuerza letal. Poco después se escucharon más gritos amargos.
A estas alturas, todos los cincuenta gigantes salvajes habían muerto, la mayoría habían decidido auto destruirse. Pero las explosiones resultantes no servían de mucho. Bai Xiaochun había estado preparado para eso, así que usó su energía de Exaltado Glacial para disipar la fuerza. Gracias a eso, ¡ni uno de sus hombres cayó! En realidad, si hubiera dejado que sus hombres lo dieran todo, ignorando su propia seguridad, hubiera sido aún más fácil acabar con los cincuenta gigantes. Pero él no dejó que hicieran eso. ¡Quería que cada uno de ellos volviera a la Gran Muralla a salvo!
Cuando finalmente cayó el último de los cincuenta gigantes, la estatua del fantasma gigante en la cabeza del viejo cultivador de almas empezó a acumular poder para atacar.
¿Pero cómo podría Bai Xiaochun permitir eso? Ahora que el viejo estaba solo en el campo de batalla, Bai Xiaochun aceleró hacia adelante y atacó con su palma. En un parpadeó la estatua se vio impactada por una fuerza como la de una montaña.
Se escuchó un estallido, y al viejo le salió sangre por la boca. La estatua por otro lado empezó a dar vueltas hacia el suelo, estaba claro que estaba al borde del colapso.
—¡Atrapen esa estatua! —rugió Bai Xiaochun mientras perseguía al viejo. —¡Sin dudas es un objeto precioso!
Algunos de sus hombres fueron de inmediato a buscar la estatua del fantasma gigante.
Mientras tanto, las almas vengativas ya habían sido absorbidas por el cráter, el cual había colapsado completamente formando un gigantesco agujero lleno de niebla.
El viejo finalmente cayó del cielo y aterrizó al borde de ese agujero mientras tosía sangre. Una risa amarga salió de sus labios; el ataque de ahora había revelado lo increíblemente poderoso que era en realidad su oponente. Sus cinco órganos yin y seis órganos yang ya habían sido casi completamente destruidos. Su poder de almas estaba en caos, y la llama de su fuerza vital ya casi se extinguía.
—¡Soy el séptimo aprendiz del Marqués Lan, subordinado directo del Rey Fantasma Gigante! No importa de dónde seas, si me matas, ¡¡seguro que morirás!! —En medio de su desesperación, el viejo intentó asustar a Bai Xiaochun una última vez. Pero cuando las palabras salieron de sus labios, Bai Xiaochun apareció frente a él y lo agarró por el cuello. Luego le quitó el alma de bestia deva y dijo, —¿A quién carajo le importa algún fantasma gigante rey? ¡Soy un oficial del ejército, idiota! —El desdén en su voz era evidente, luego colocó algunos hechizos restrictivos sobre el viejo y lo arrojó hacia algunos de los hombres de su regimiento.
—¡Llevémoslo con nosotros!

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