Bienvenido seas a Toledo, viajero, mas, antes de que pongas un pie entre sus muros, debo advertirte algo.
Esta ciudad te puede colmar de grandes dichas y enseñarte secretos ocultos a los ojos de los mortales, pero tienes que estar dispuesto a pagar el tributo que se te exige. Toledo es una bendición, pero también una maldición.
La belleza que te mostrará, arropada por su amante Tajo, no existe en ningún otro lugar. Sus muros jamás se te antojarán fríos, sino que notarás el abrazo del tiempo y el peso de la historia. Plagada de secretos, no podrás descubrirlos todos ni aunque vivieras tres vidas, pero a cada uno nos tiene reservado el misterio adecuado, aquel que nos hará temblar como la luz de una vela. Si es el sol quien la baña, es cálida como el hogar, pero mostrará su poder cuando el rayo quiera rasgar su cielo, al que protege como un gran centinela con fiera espada. Cuando el manto de la noche cubre Toledo, se trasforma, tenue y sinuosa como una oscura sierpe, pero tan bella que la luna se resiste a abandonar la orilla de su río.
Ahora me dirás, viajero, que tal belleza bien merece cualquier tributo, pero te equivocas. El precio que se exige es parte de tu alma, que Toledo encerrará entre sus muros para siempre. Quedarás hechizado por sus grandes dones y la entregarás sin condiciones, pero cuando estés lejos de tal prodigio la echarás de menos como a la misma luz del sol cuando azota la tormenta. Será para ti como el aire, como el agua, necesitarás su arrullo, encadenado a un sortilegio de garras de oro. Pero no es tan terrible como pudiera parecer, pues Toledo es inmortal, incorruptible, indoblegable, poderosa y, como tal, lo que le entregues también lo será.
Yo pagué mi precio hace ya demasiado tiempo y jamás me arrepentiré de ello, pues permaneceré entre sus muros cuando me haya ido.
¿Y tú, viajero de esta corta vida? ¿Ya entregaste tu alma? ¿Estás dispuesto a pagar el tributo?
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La contadora de sueños. Relatos cortos, cotidianos, mágicos y épicos
Historia Corta¿Un coche puede ser una fiera montura? ¿Qué misterio ocultan las galletas que nos hacen tan felices cuando las comemos? Los niños son capaces de ver el otro lado de la vida. ¿Por qué tenemos que resignarnos los adultos? Vuelve a soñar con esta peque...