Una tenue luz entraba desde las rejillas del techo iluminando así el rostro pasivo y adormilado del argentino. Era una habitación mediana y fría, las paredes estaban cubiertas de moho y marcas de humedad.
Argentina se encontraba amarrado con cadenas en ambos brazos y una de sus piernas.
Mientras el argentino dormía tranquilamente su observador lo miraba con suma atención, recorriendo con la mirada cada facción de aquel rostro y cada detalle de este, bajando su mirada hacia aquel cuerpo relajado observando las marcas que este tenia, no sólo en los brazos, ya que su remera se había levantado un poco dejando ver su abdomen con algunas cicatrices a los lados. "¿por tendrás tantas cicatrices Arge?" Se pregunto mientras una vez más echaba otro vistazo hacia el cuerpo de su prisionero.
Sentado en su silla, con las piernas cruzadas, esperaba paciente el despertar de su país. Habían pasado horas, quizás, y el seguía esperando con ansias. No se había aburrido de verlo tan débil, pues eso le encantaba. Ver tantas marcas en su cuerpo y recordar lo de la noche pasada hacia que una sonrisa inconciente se reflejará en su rostro. Aquel lindo y terco país había despertado los deseos más sádicos de esta nueva dictadura.
Argentina se removió lentamente con incomodidad sintiendo las cadenas aprisionar tres de sus extremidades. Abrió los ojos con lentitud levantando su mirada. Su boca estaba realmente seca por lo que su lengua le resultaba rasposa al frotarla contra el paladar, y sus labios estaban aquebrantados, casi no podía moverlos. Sentía mucha sed por haber llorado tanto la noche anterior.
Se sorprendió al ver a dictadura sentado, con una sonrisa victoriosa, frente a él. Inundables recuerdos explotaron en su mente, todo habia sido real, los gritos, los secuestros, no había sido una pesadilla más. Sintió su ojos arder mientras parpadeaba repentinamente acostumbrandose a la luz de aquel lugar.
Giro su vista a una pequeña jarra que contenía agua, asi que por necesidad rapidamente se levanto un poco quedando a gatas y estiró su mano hacia ella, pero las cadenas que lo ataban eran demasiado cortas para cumplir su objetivo.
Dictadura sonrió al ver la reacción de Argentina, se sintió realmente poderoso al tenerlo a sus pies intentando en vano tomar un poco de agua. Aprovecho que el argentino estaba en frente de el para subir sus piernas y apoyarlas en la curvatura de la espalda de este, haciendo que sus brazos no pudieran soportar el peso y cayera de cara contra el piso, al no poder cubrirsela debido a lo cortas que eran las cadenas. Argentina miro con odio a aquel ser que lo tenía encarcelado y lo trataba como si fuera un objeto, usándolo para su comodidad sin importarle el estado tan débil y desesperado que tenía en esos momentos.
Dic: -¿qué queres?- pregunto de manera obvia sin apartar la mirada de los ojos de Argentina.
Argentina se sintió tan débil ante tener que pedir "por favor" un poco de agua a alguien que ni siquiera se merecía que le dirijan la palabra.
Arg: -a-agua...- dijo casi en un susurro moviendo sus labios con mucha dificultad.
Dictadura habia escuchado con suma claridad lo que el encadenado pedía pero decidió volver a preguntar por mero placer de verlo así de dominable.
Dic: -¿qué dijiste que no te escuché bien?- ensanchó su sonrisa al ver la cara de fastidio que llevaba el argentino.
Argentina apretó los dientes con fuerza hastiado del comportamiento del otro. Realmente le costaba hablar con tanta sequía dentro de su boca.
Arg: -quiero agua...- dijo subiendo su tono de voz con mucho esfuerzo, casi suplicante.
Dic: -ah bueno, me hubieras dicho antes- levanto sus pies de la espalda de Argentina escuchando como este tomaba aire luego de estar tan presionado.
Se levantó de su asiento y camino hacia la jarra deteniendose frente a ella y esperando unos largos y torturosos segundos, sintiendo la mirada desesperada de Argentina clavadas en él. Sonrió con maldad al girarse hacia este viendo sus ojos rogantes.
Dic: -si tanto queres agua, toma- dijo de manera fría y tosca antes de empujar con su pie la jarra con agua haciendo que esta derramara todo el líquido por el suelo.
El corazón de Argentina se aceleró el ver esta reacción tan cruel del sujeto. El agua derramada se iba acercando poco a poco hacia el, y supuso que no debería desaprobecharla, aunque se viera realmente débil por eso. Acerco su boca hacia el suelo y, aun estando acostado sobre el, lamió el agua con rapidez sintiendo como su garganta dejaba de arder y su lengua se volvía mucho más suave. Se sentia reconfortante probar un poco de lo que tanta falta le hacía. Su remera se fue mojando debido a la correntada del agua, pero no le importó. Se había olvidado de eso, incluso de dictadura, quien permaneció perplejo en el lugar observando la reacción del argentino. No esperaba que Argentina lamiera el suelo con desesperación de tomar agua, el habia pensado en una reacción menos vergonzosa, pero sin duda se encontraba más que satisfecho de verlo así. Tan vulnerable, pasando su suave lengua por el rugo suelo de cemento, con una expresión tan hermosa, a su parecer, ya que denotaba su cansancio y parecía rogarle con esa mirada. Aquel país fuerte viéndose tan débil frente a él, saber que él había provocado estas reacciones lo volvía loco. Se sentia satisfecho al ver esos "encantos" que tenía su país.
El agua dejo de correr dejando Argentina sediento. Soltaba jadeos suaves de cansancio que resonaban el la cabeza de dictadura.
Dictadura sonrió nuevamente, decidió por fin apiadarse de el y dejar de torturarlo. Se acerco a la reja de la celda abriendola y hablándole a uno de sus tantos guardias.
Dic: -che, vos- apuntó a alguien fuera del rango de visión de Argentina- traele un poco de agua y comida a Argentina-.
El argentino se sorprendió ante las palabras de aquel dictador, pensando que lo iba a dejar morir de sed en esa celda para que no interfiera en su mandato.
Dictadura se acercó a Argentina y se arrodilló frente a él para mirarlo mejor a la cara.
Dic: -después tengo que hablar con vos- dijo para ponerse de pie nuevamente e irse dejando la reja de la celda abierta.
Argentina sintió un miedo acrecentarse en su interior y extenderse rápidamente como el fuego en un bosque. No sabia lo que ese hombre tendría para decirle y tampoco podía imaginarlo. No queria esperar, la intriga lo carcomía por dentro, mientras que a la vez se contradecía queriendo así mas tiempo para pensar en sus problemas. Pero de todas formas odiaba ambos deseos estúpidos, lo único que quería en realidad era escapar de aquel lugar, quería esconder sus miedos y tener la suficiente fortaleza para liberarse de aquella pesadilla. Sabía lo que le esperaba, sabía lo que le haría ese maldito dictador, pero no estaba listo para enfrentarlo y soportarlo. Se sentia la peor mierda de todas, sin poder hacer nada como país, teniendo tanta fuerza para que de un día para otro desaparezca por completo, volviéndose a repetir su peor pesadilla... La dictadura jamás iba a morir, renaceria una y otra vez volviendolo a atormentar sin descanso.
Desde ese momento supo que ya nada sería como el ayer que vivió, ahora volvería a vivir esas cicatrices que quedaron enterradas en el. Volvería la Dictadura.
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1295 palabras
Doh! Re corto, pero wue.
Les traje un poco de lo que va a ser el ship DicArg, ya se que todos odian este ship pero era necesario agregar un poco de lo que va a ser un amor tóxico.
Ya pronto les traigo su cap 3 uwur~
No me maten ♡~
Uvídimsia owo (se creía rusa ya :'v)
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Potencia (C.H.) 2da Dictadura Argentina [Pausada]
General FictionUna nueva dictadura se instala en Argentina reavivando el dolor de muchos de sus recuerdos. Las cosas mejoran económicamente para el, pero ¿a que costo? ¿Realmente tendrá que pararlo o dejarlo seguir con sus planes? ¿Experiencias como estas cambiará...