Capítulo 2

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Habíamos acordado que nos veríamos en una cafetería a eso de las cinco de la tarde.

Tengo que aclarar que no soy alguien que le gusta encontrarse con los chicos al estilo de tener una cita.

Yo era más simple.

Si alguien me parecía atractivo, se lo decía. Y viceversa.

Salía con hombres sin compromiso alguno... ya saben para calmar mis hormonas y evitar enamorarme.

Tomé una  ducha rápida, para luego secar y planchar mi pelo. No es que no me gustaran mis ondas naturales, pero personalmente creo que me queda mucho mejor liso. Luego decidí vestirme, eligiendo un jean blanco, junto a una blusa azul, y unas zapatillas del mismo color.

Nolan es muy atractivo, y me di cuenta que muchas chicas en la preparatoria se le quedan viendo como si fuera la última barra de chocolate en el mundo cuando lo ven pasar, y no las culpo, porque sí, es ridículamente sexy el condenado...

Pero simplemente no me gusta, o por lo menos no se parece en nada a los chicos con los que anteriormente estuve.

Abrí la puerta de vidrio, y entré a la cafetería donde habíamos acordado vernos. Tenía la temática de los años 80, adornado con colores pasteles, y cuadros de autos lujosos de aquel momento. Comencé a caminar, pasando por algunas mesas, y pude distinguir a Nolan, sentado al lado de una ventana, concentrado en la conversación coqueta que mantenía con una mesera del lugar. Al parecer hasta la vestimenta que tenían los empleados, era también de ésa época.

Con pasos firmes me dirigí en donde ellos dos se encontraban, para luego saludarlos amablemente.

Sólo Nolan correspondió a mi saludo, mientras que la mujer me inspeccionaba de los pies a la cabeza.

—Aquí les dejo los menús. Avísenme cuando se decidan.— dijo secamente antes de desaparecer de nuestra vista.

—Creo que no le caiste bien...— murmuró en una media sonrisa.

—Pero si no me conoce— bufé mientras leía el menú, para elegir que tomar.

Al final me decidí por una malteada de fresa junto un cupcake de vainilla con chips de chocolate, mientras él se pidió un Latte macchiato con un cupcake de chocolate.

Nolan a simple vista no parecía un chico que se deje intimidar. Si bien tampoco tiene la fachada del "típico Bad boy" pero podría decir que se ve bastante agradable, y sorprendente en este momento, lo noté un poco nervioso.

—Bueno, dime Nolan, ¿para qué me invitaste aquí? — solté de repente, sonando un poco brusca con mis palabras.

—Para conocerte... quizás ser amigos, no lo sé. ¿Siempre eres tan ruda y directa?—pasó su mano derecha por arriba de la cabeza, acomodándose el pelo—, lo del otro día fue accidental, no quise tratarte mal.

—Pero lo hiciste.

—Siento haberlo hecho... Y en serio quiero remediarlo, por eso te cité aquí.

—Uhm, okey. Es un tema olvidado...

Miró hacia abajo mientras levantaba la mirada lentamente,—¿Ya estoy perdonado?— preguntó con una sonrisa tímida.

—Claro.

—Pues te mereces un nuevo inicio, así que... Un gusto, Soy Nolan.— acercó su mano para que la recibiera, pero sólo obtuvo un ceño fruncido de mi parte.—Oye, para empezar de nuevo, tenemos que presentarnos otra vez...—dijo mirando su mano que aún esperaba la mía.

Rodé los ojos y una sonrisa ladina se apoderó de mi rostro.

—Ehm... Scarlett— dije antes de estrechar su mano.

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