Ese día no quise bajar a almorzar junto a ellas, y me excusé con mi mamá diciendo que me sentía mal, aunque no mentí al decirlo.
Acomodé las últimas cosas, y dí un vistazo a mi habitación casi vacía.
Sé que tengo que hablar con Nolan, pero no tengo la fuerza de voluntad para poder hacerlo.
Pero el se merecía por lo menos, una explicación de mi partida.
Cuando tomé el celular, ví que eran recién las cinco de la tarde, y deseé que no estuviera ocupado con asuntos del trabajo.
Primera timbrada, y él no contestó.
Segunda timbrada, y él no contestó.
Tercera timbrada, y él no contestó.
Luego de la cuarta timbrada, el contestador habló diciendo El número al que intentas llamar, no se encuentra disponible en este momento. Deje su mensaje después del tono.
Tendría que esperar hasta que esté disponible, así que corté la llamada.
Pasó más de una hora, cuando mi celular comenzó a sonar. Dejé de guardar los libros que creía esenciales para llevarlos conmigo a Londres, y fuí rápidamente a contestar.
—Nolan...
—Mi amor— se rió— Ya extrañaba tu voz. —confesó y sentí como una punzada en mi pecho.
—Necesito verte.— susurré.
—¿Te encuentras bien?— negué con la cabeza inconscientemente.
—Si, sólo quiero verte... ¿Puedes venir por mi?—suspiré— Tengo ganas de ir al parque Nortlein, no lo sé, a caminar un rato.
—Lo que sea que te haga sentir mejor, amor. Ya estoy saliendo del trabajo, así que en diez minutos estoy en tu casa.
Y así fue, o bueno casi. Conté con desespero los minutos, y registré doce cuando recibí un mensaje de él, diciendo que ya estaba afuera.
Fui rápidamente al baño, me mojé la cara, y cuando me ví en el espejo, fingí una sonrisa, obteniendo una demasiado rota como resultado.
—Mi amor— saludó Nolan con su sonrisa infaltable, y en éstos momentos, demasiado hiriente. Sólo me recordaba todo el daño que estoy apunto de causar.
—Te extrañé— dije para luego abrazarlo. Supe que estaba torturándome a mi misma, pero enserio lo necesitaba cerca... Por lo menos, una vez más.
—¿Qué ocurre, Scar?— su mano, acarició con delicadeza mi pelo, y me separé lentamente de él.
—Nada, sólo no quiero estar aquí.
—Está bien, vamos al parque Nortlein, como querías. —dijo encendiendo el motor, pero antes de arrancar el auto, me tomó del rostro y depositó un suave beso sobre mis labios— quiero verte feliz, mi vida.
No podría serlo sin ti.
Cuando nos encontrábamos en el lugar, nos adentramos al parque caminando en absoluto silencio, hasta que decidimos sentarnos en una banca.
Mi vista estaba en el cielo, viéndolo gris y opaco, sabiendo que en una hora aproximadamente iba a anochecer.
—¿Qué pasa amor?— me tomó de una mano, y me dedicó una sonrisa.
—Que te amo— susurré con pesar.
Oh por dios, no quería romper en llanto aquí.
Estúpida idea de venir a un parque.
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Si La Vida Quiere
Novela Juvenil¿Tu cómo afrontarías los miedos de enamorarte por primera vez? ¿Cómo lidiarías con miedos que marcaron tu vida, al ser abandonada por una de las personas que más amabas en el mundo? ¿Cómo te atreverías a enamorarte, luego de ver a tu madre sufrir ca...