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Termine! Había terminado mi robot!

Lo besé en la pequeña carita que le había dibujado.

Era hermoso. Había armado a mi robot con pequeñas partes magnéticas que si se juntaban podrían ser duras como una roca y tenían la fuerza para levantar demaciado peso. Debo admitir que me inspiré en los trajes de los chicos, ya que en los pies tenía campos de levitación magnética y las articulaciónes se unían por paredes magnéticas que se desarmaban y se unían cuando yo quería. Esto lo saqué de Gogo. Luego le puse unos propulsores en los brazos que largaban bombas pegajosas que podía dejar al robot de Hiro clavado al suelo, eso fué porque examiné algunas de las bombas de Honey. El supersalto de fred, y tiene unas pequeñas cuchillas como Wasabi.

Hacer todo el robot me llevó aproximadamente unas 18 horas sin recesos ni nada. Lo sé, sacrifiqué tiempo para dormir. ¿Pero quien necesita dormir si hay que vencer a Hiro Hamada?

En fin dejé a mi robot en mi escritorio.

Dormí un par de horas más y luego tuve que levantarme para ir a la universidad.

[...]

Estaba volviendo con Hiro de la universidad, estábamos yendo hacia su casa. Estuvimos todo el día bromeando con robots y diciendo que ganarme iba a ser muy sensillo. Ya lo veremos. Estaba preparada. Y tenía a mi robot en la mochila.

-hoy es el gran día- dice- la gran decisión, donde se devatirá a muerte sobre quien ganará esta gran batalla. Y aunque todos sepamos que ganará el guapo Hiro Hamada, debemos darle una oportunidad a los nuevos luchadores, ¿no crees Aria?- dice entregándome un micrófono imaginario.

Golpeo su mano.

-no me provoques- digo señalándolo- sábes que será difícil vencerme, pero tienes tanto miedo que intentas parecer relajado- digo riendo.

-¿miedo? ¿Que es el miedo? El gran Hiro Hamada nunca ah experimentando el miedo, señores.- dice haciendo una voz de comerciante.

-ya callate.

Llegamos a la casa de Hiro y nos sentamos en la cocina.

-¿quieres comer ahora o dentro de cinco minutos cuando te venza?- digo mirandome con una sonrisa y una ceja levantada.

-ahora... luego tendrás el apetito vacío por la angustia que tendrás cuando te derrote. Y quiero que comas algo antes de que eso pase. Me preocupo por tu salud- digo en el mismo tono.

Hiro se levanta y trae la comida que nos había dejado la señora Cass. Comimos hablando de cualquier cosa, intenté evitar el tema de la pelea porque sino ya no sería divertido.

-te Odio.  -yo también te amo. [Hiro Hamada Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora