•3•

10.5K 847 828
                                    

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

Y desde aquel día en el que merendamos por primera vez en Lucky Cat Coffé, volvimos todas las tardes, era un ambiente donde mi madre y yo podíamos charlar y reirnos, para distraernos un rato. Algunos días, también ibamos a desayunar. Y mi madre se hizo muy amiga de la señora Cass. Hasta algunas veces, cuando no había tanta gente, la invitábamos a sentarse con nosotras para charlar un rato. Era una señora muy agradable.

Aunque la señora Cass, no paraba de hablar y de mencionar a sus sobrinos. Pero no tuve la oportunidad de verlos ni una sola vez.

Siempre que pasaba por allí saludaba a la señora Cass, y ella respondía con un muy alegre saludo.

Yo me acercaba cada vez más a terminar el proyecto y estaba cada vez más orgullosa de mi misma, por lograr algo que a mi padre le había tomado tanto tiempo.

Incluso algunos días, mi madre estaba ocupada realizando y adelantando cosas para su futuro trabajo, y yo me iba a la cafetería de Cass sola, donde llevaba mi cuaderno, y me ponía a hacer mis propios planos mientras tomaba una bebida y comía donas.

Y así fueron pasando los días. Hasta que faltaba una semana para presentar mi proyecto y entrar a la universidad de mis sueños. Y la de mi padre.

Yo ya tenía mi proyecto hecho y terminado, era perfecto. No puedo creer que haya funcionado. Y ahora que  no tenía nada más para hacer estaba perdida. Aburrida todo el día sin saber que hacer. Iba como unas 100 veces al día a mi laboratorio solamente a mirar mi proyecto y probarlo 100 veces más para que todo salga perfecto. Pero no sabía que más hacer, no tenía que más hacer.

Ese día desperté y me quedé unos 20 minutos en mi cama pensando que haría ahora. Había planeado mis futuros proyectos, tenía millones de planos ya hechos para construír de mi padre. Mi proyecto ya estaba terminado. Y tenía hambre.

Así que me levanté de mi cama y fuí directo a la cocina. Encontré a mi madre haciendo su desayuno.

-buenos días tesoro!- saludó con una sonrisa.

-buenos días Rose- respondo sentándome en una silla.

-¡Aria, soy tu mama. No soy Rose!

-muy bien, buenos días mamá.- digo riendo.

-que harás hoy?- me pregunta

-¡no lo sé! ¡no lo sé, mama! Ayúdame- apoyo la cabeza en la mesa.- dime algo para que haga. ¿Invento otro proyecto? ¿Hago más planos? ¿Consigo más material? No lo sé. No tengo nada más que hacer.

-que tal se te buscas algo que hacer para tí misma? No en la ciencia.

-cómo es eso?

-vé, da un paseo, sal a caminar. Visita la ciudad, no lo sé. Distráete.

-te Odio.  -yo también te amo. [Hiro Hamada Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora