Recordando todo.

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Cuando abro los ojos estoy pegada al piso, mi cara esta completamente pegada a el, estoy mojada pero al parecer es mi sudor, no alcanzo a distinguir nada, todo se ve borroso; de repente siento algo áspero y mojado pasearse por mis manos entre cada uno de mis dedos, después en mi mejilla libre y al final cubre mi ojo.

- Estoy despierta desde que comenzaste a lamer mis manos, sólo que no podía reaccionar muy bien, aunque gracias por el baño, supongo me hacia falta.
Creo que Alfenic entendió mi indirecta y sea detenido. Acercando su hocico a mi cara, me pregunta algo que no puedo entender, aún sigo recuperándome y no se por cuanto tiempo he estado aquí.

- No entiendo. Espera... Necesito unos minutos más. Le digo mientras trató de levantarme pero mi cuerpo parece tener plomo en mi espalda ya que mis brazos no soportan el peso y mi cara a regresado al piso.

Alfenic ayuda a levantarme, su cara demuestra que esta realmente preocupado. Colocando su hocico debajo de mi cara para ir introduciendo su cabeza bajo mi pecho y siento que puedo levantarme mejor, me a levantado por completo y puede cargarme de regreso a la cama, me siento tan desorientada, mi amigo aprovecha la situación para subirse a mi lado y recostarse cerca de mi. Con unos chillidos que demuestran su dolor se acerca a mi.

Su cuerpo es muy cálido, es reconfortante no sentir frío, así que decido acercarme más y rodear con mi brazo su cuello, cuando lo hago siento un ardor que me hace chillar, creo que sigo muy lastimada; Alfenic se a dado cuanta aunque trate de no hacer mucho ruido y comienza a lamer el área de mi antebrazo donde se encuentra la figura que marca el sello, se siente bien y dejo que lo haga un poco más.

- Ya casi lo logras. Dice Alfenic de una manera entusiasta pero igualmente preocupado. Me alegra escucharlo de nuevo, creí que me había quedado sorda.

Hace un par de días decidí que intentaría dejar de lamentarme y buscaría la manera de salir de aquí, la cuestión era que la única forma de lograrlo era hacer que el sello se revelará. Alfenic es mi guardián, mi padre me lo regalo en mi tercer cumpleaños, era tan sólo un cachorro, después de todos estos años Alfenic debería de haber muerto hace mucho, pero el don de mi padre permite que los animales comunes se vuelvan extraordinarios, el caso de Alfenic y todos los lobos que se levantaron junto con él es que su tamaño es el doble de un lobo común, ellos pueden hablar la lengua de los humanos incluso nos pueden ayudar a comunicarnos con los demás animales, cada año para ellos es como un día, es por eso que se mantienen jóvenes y fuertes, pero aún así mi Alfenic tiene 15 años su edad correcta.

Recordé todo esto para desatar el sello, Alfenic me hablo de mis padres y mi familia del reino, de como era la vida antes de la guerra, pero aún así yo no podía recordar nada.

Una noche viendo la luna le hable a Alfenic de las personas que me cuidaron todos estos años, de lo buena que era Rossetta, que su comida era fabulosa, que Dominic me permitía ir con él a los establos y cuidar al caballo que teníamos, podía darle de comer a las vacas, y podía jugar con la familia de cerdos que teníamos.

Eran personas maravillosas, pero no recuerdo que fue de ellos cuando acabe encerrándome, cosa que tampoco puedo recordar como sucedió. Alfenic dice que el llego una tarde, el ejército del rey Juan Carlos estaba muy cerca, casi habían descubierto mi escondite, entonces Alfenic se había adelantado, se alejó de su manada y mando a los otros a distraer al rey y sus guardias.
Alfenic corrió hacia mi, él creía que yo aún lo recordaba pero hacia mucho que lo había olvidado, entonces me dijo que desatara el sello, yo estaba en el establo con los animales, caí asustada de ver a un lobo, pensé que se comería a una gallina o un cerdo, pero entonces comenzó a hablar, quede aterrada, salí corriendo y entonces crucé mis brazos y grite algo, después de eso, desperté en la torre.

- ¡oh por dios! ¡Oh por dios! ¡¡Alfenic!! ¡¡Alfenic!! Todo fue tu culpa!! Tu me asustaste, llegaste y hablaste y yo sentí tanto miedo de que me comieras. Salí huyendo y después el sello y luego la torre y ahora tu aquí!!!!
Trate de sonar coherente, pero estaba recordando y no podía detenerme. Me levanté de la cama y estaba gritando alrededor de la celda, Alfenic trataba de entenderme y seguirme pero hacia preguntas porque estaba confundido.

- Tu... Tu eras mi amigo, llegaste cuando tenía 3, mi padre estaba tan emocionado contigo que se dedicó a crear un ejército de lobos, los amaba, estaba tan feliz... Entonces... Entonces... Trato de seguir recordando pero la cabeza me estalla, el brazo izquierdo con el sello que se a revelado comienza a arder y a brillar de nuevo, eso paso la primera vez que recordé a mis padres, el Rey Marco Antonio y la Reina Renatta, lo felices que fueron mis primeros años; entonces mi brazo comenzó a brillar y después arder, cuando el dolor casi me mataba el sello apareció y una luz de un azul resplandeciente cubrió mi brazo y la mitad de mi cuerpo, no pude soportarlo y caí desmayada.

- ¡¿Entonces?! ¡¿Que es lo que tratas de decirme?! Si Alfenic suena confundido quisiera que sus preguntas fueran respuestas a las mías para dejar de marearme con tanto recuerdo que viene corriendo y da vueltas en mi cabeza.

Cuando escucho un silbido agudo en mis odios que bloquea mi mente y todo se torna blanco a mi alrededor, todo el pasado viene en cámara lenta y lo que era una torre ahora es un castillo, apenas puedo distinguirlo, y ahí esta Alfenic llevando a una niña en sus hombros, una mujer en un gigantesco jardín que juega con enormes árboles y flores pero parece que estos salen de sus dedos y no entiendo como es que lo hace. Un hombre con una barba ligera que muestra su juventud y al mismo tiempo madurez esta rodeado de lobos, nos llama a Alfenic y a mi... Y es cuando escucho mi nombre; el silbido vuelve y todo regresa a esa luz blanca que me ciega, cuando vuelvo a abrir los ojos estoy de regreso a la celda.

- ¿¡Estás bien?! ¿¡Puedes escucharme!?
De nuevo la lengua de Alfenic recorre mi rostro y mis ojos se abren de nuevo.

- Vamos Alfa... Tenemos que salir de aquí. Lo que he dicho hace que los ojos de Alfenic cambien de color y ahora son verdes y con eso unas lágrimas comienzan a mojar el pelo de su rostro.

- ¿!como dijiste?! Una sonrisa melancólica aparece en su hocico.

- Antes te molestabas cuando te llamaba así.
Estoy sonriendo, levantándome del piso con mi propia fuerza, acaricio su cabeza con mi mano, y lo miro a los ojos para demostrarle que en verdad he recordado todo.

Los ojos de mi amigo están húmedos, su rostro irradia felicidad. Se levanta y con toda la seguridad que lo llena en este momento, se pone delante de la puerta, esos barrotes sucios oxidados pero llenos de fuerza ya no parecen así. Pues la seguridad también me cubre, mi pasado y mi vida las tengo presentes. Estoy confiada en quien soy y por fin puedo levantarme de esta tristeza de abandono. Todo parecía confuso y doloroso, hice mi fiesta de auto compasión, ahora sé que puedo ayudar a todos y encontrar a Rossetta y Dominic.

- Así es Alfa, he recordado todo. Vamos a salir de aquí.

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