Tal vez me estoy acostumbrando a este lugar, a estas paredes a los húmedos y verdes ladrillos, a la gotera que cae cuando llega a llover, a la aburrida comida que nunca cambia y llega puntual por esa misteriosa sombra, a la noche y las estrellas, a caminar en círculos, a dibujar en la pared con la tiza que improvisé. Todo esto ahora me resulta familiar y a veces cómodo, no tengo que hacer nada y las cosas llegan por si mismas, no hago esfuerzos y hasta cierto punto creo que me siento protegida.
¿Pero debería sentirme así? ¿Debería de renunciar a mi libertad por algo como esto? ¿Es posible dejarme morir aquí?
- ¿Quién eres?
Pareció que mi corazón se detuvo por un instante, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo de la cabeza bajando a mis manos y terminando en mis pies. La sombra que hace unos días me observaba silenciosa, hoy se aparece de la nada delante de mi, y más audaz que antes, se atreve a hacerme la misma pregunta que yo le hice. Ahí esta delante de mi, no puedo ver el brillo de sus ojos, sigo sin distinguir su forma, al parecer su altura llega apenas a mi pecho, tal vez esta arrodillado, o esa es su estatura real.
- ¿Quién eres?
Ah preguntado de nuevo. Esta vez hubo un movimiento de curiosidad en lo que creo es su cabeza. Y sentada en mi cama me muevo un poco para acercarme y tratar de ver con más claridad.
- Dime quien eres.
Su voz es varonil pero no atemoriza, es delicada y a la vez segura.
He tomado otro poco de valor y ahora quiero ser yo quien hable, no puedo perder la oportunidad de conocer a mi única visita.- Deberías de ser tú quien me diga quién es. Creo que es un poco descortés no presentarse.
Ahora es mi voz la que suena cortada, pero mientras salen las palabras, mi garganta se acostumbra de nuevo.- Lo lamento, soy Alfenic.
Haciendo un movimiento como si se inclinara haciendo una reverencia, escucho una breve risa mientras me dice su nombre.
- ¿Alfenic? ¿De dónde viene tu nombre?
Como si supiera todas las regiones del mundo, me atrevo a preguntar esperando me diga algún lugar conocido, y ¿si es un lugar desconocido?
- Pertenezco a los guardianes terrestres del asombroso, justo y benevolente Rey Marco Antonio I, del reino del norte.
Si mi boca a quedado al piso, no hay nada que la regrese a su lugar. Estoy más que sorprendida, y aún sigo sin distinguir su forma, pero ¿¡como es que llegue aquí!? Pero... Es que no sé dónde estoy, por qué es que estoy aquí y por qué después de tanto tiempo alguien esta hablando conmigo.
¿Un Rey? ¿Un guardián?
-¿Haz terminado de observarme? Me dijo la sombra inclinándose hacia la puerta.
- ¿He?, ¿cómo? Supongo que se refiere a mi puesto que soy la única persona aquí.
-¿Ya vas a decirme quién eres? Sigue insistiendo en eso. ¿Acaso no podía preguntar antes?
- Soy... ¿Por qué titubeo? ¿Acaso he olvidado mi propio nombre? ¡oh por dios! No es posible.
-No recuerdo... Yo... Hace mucho... No... No recuer... No recuerdo.
Lágrimas comienzan a salir de mis ojos, lágrimas que dejaron de salir por la fatiga de seguir llorando y no encontrar solución a salir de esta celda; hoy vuelven a salir de mis agotados ojos, la incertidumbre que llena mi corazón esta brotando hacia mis ojos. He olvidado quien soy, y creo que eso se lleva mi respuesta de porque estoy aquí.
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La Torre
FantasyQué pasaría si un día despertaras dentro de una torre, encerrada y sola. La libertad de alguien jamás tuvo tanto precio, hasta que se dio cuenta de cuanto lo deseaba. Esta obra esta registrada en Safe Creative y esta prohibido su uso total o parci...