¿Quién eres?

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De nuevo aparece un plato de comida en mi puerta; todas las mañanas aparece afuera de los barrotes de acero, oxidados y fríos aunque pareciere que pueden romperse en cualquier momento son tan duros como si fuesen nuevos, así que solo tengo que estirar mi mano fuera de los barrotes y alcanzar el pan o tomar la cuchara con un poco de sopa que contiene el plato.

Desde la primer mañana que desperté aquí siempre a aparecido sin faltar un solo día, pan, sopa y agua; así es como he sobrevivido todo este tiempo. Por la noche cuando estoy distraída en la ventana escucho el sonido del plato caer al piso con suavidad, al principio corría desesperada esperando ver a la persona que lo deja ahí, pero como por arte de magia desaparecía, puesto que nunca alcanzaba a ver ni siquiera su sombra, al tiempo me acostumbre a no correr detrás de nadie, me acomodaba en mi lugar viendo hacia la ventana y las pocas estrellas que alcanzaba a distinguir y esperaba a escuchar el sonido del plato, y cuando estaba lista para levantarme llegaba a la puerta y sacaba mi mano para comer un pedazo de carne cocida, un pan y un plato de sopa; la ración de la noche siempre era pequeña, pero estaba agradecida con lo poco que fuera.

Hace pocos días escuche cuando el plato de la cena fue dejado en la puerta, es difícil describir lo que sentí en ese momento, pero me dejo fría, el plato no cayo como de costumbre, primero un lado y después el otro, como si alguien lo dejase con delicadeza, esta vez cayo de un solo lado y mientras esperaba que el siguiente hiciera su caída, paso el tiempo como si alguien aun lo sostuviera esperando algo, me quede helada y no por el frió de la noche, si no porque sabia que ese ser que dejaba mi comida estaba ahí observándome esperando algo; Tal vez quería que volteara y lo viera, o esperaba a que lo persiguiera como antes, o simplemente me observaba curioso.

Ese día me atreví, y tome un poco del valor que me quedaba.

- ¿Quién eres?

Mi voz sonó ronca y cortada, hace tanto tiempo que no hablaba que hasta a mí me sorprendió escucharme, mi voz parecía extraña muy ajena a mi, el plato aun no caía así que estaba segura de que seguía ahí, asustada trate de girar mi cuerpo del piso para ver lo que estaba detrás de mi puerta, temiendo ver lo que fuera; y ¿si me hacia daño? y ¿si esperaba que dejara esa pared que protegía mi espalda para devorarme?.

- ¿Quién eres?

Volví a preguntar esperando que me dijera y no asustarme al ver un ogro, monstruo o un arma apuntándome, pero ¿qué cosa podría protegerme en esta celda? de alguna manera me pareció que ahora esa celda me mantenía segura.

Gire mi cuerpo, deje la seguridad que la pared me daba, y mirando al piso para darle unos segundos de escape a quien fuera, me levante, apoyando mis manos en el piso, una pierna arriba y después la otra, con lentitud levante mi cabeza y entonces vi una sombra sosteniendo el plato, no pude distinguir lo que era, sabia que no me miraba pues sus ojos no brillaban y eso dificulto aun mas saber quien era. Arrastre mis pies hasta la puerta, tratando de ser silenciosa y cuidadosa, tenia miedo y a la vez curiosidad.

- ¿Quién er...

No pude terminar la pregunta cuando antes de llegar unos ojos brillantes y de algún color verde extraño me miraba, el plato termino de caer, y la sombra retrocedió, lenta me seguí acercando pero esa sombra frente a mi sin alguna explicación, desapareció.

La lluvia cesó hace unos días, la comida sigue llegando, pero esta vez la espero sentada a un lado de la puerta, con mi espalda hacia la pared que esta junto a los barrotes, para que cuando llégue y tenga tiempo de esperar de nuevo, me deje saber, quien es.

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