La Ultima Reina

Capítulo XXX || Fuego Interior

ANDREAS

La reina Gálica había cumplido con su palabra, Cuando le dijo a Andreas que le enseñaría el camino del Stahlander. Sin embargo, Andreas esperaba y temía al mismo tiempo que fuese aquel caballero de cabellera rubia al que le impusieran para entrenar. Andreas sintió alivió cuando vio al caballero de cabellera pelirroja, de barba cerrada con ojos azules.

     —Ser Bruno es el mejor caballero de la orden del roble. —Dijo la reina Gálica. La reina se acercó al caballero. —Él me entrenó cuando era niña, y entrenó a Ronan y a Hilda. Así como a varios caballeros más, fue bendecido con los ojos de Eager, y es capaz de ver el corazón de los hombres y saber si tienen lo que es necesario para ser un guerrero Stahlander.

     —¿Alteza está segura de esto? —Preguntó Ser Bruno. —Este hombre es...

     "¿Un esclavo, un extranjero?" se preguntó a si mismo Andreas, sabiendo que sería una tonta respuesta.

     —Diferente a nosotros... —Respondió Ser Bruno.

     —Estoy seguro que Andreas esconde algo más de lo que se ve a simple vista. Este es el hombre que casi vence a Ronan en combate. —Respondió la reina.

     —¿Es en serio? ¿Este es el hombre que venció a Ronan en la playa? —Preguntó Ser Bruno incrédulo de lo que la reina decía.

     —Lo es. —Respondió la reina Gálica. —Bueno caballeros, tengo que dejarlos, asuntos más importantes requieren mi atención. —La reina entonces se alejó y dejó a los dos hombres solos.

     Andreas miró a Ser Bruno a los ojos, los ojos del hombre mostraban cierta severidad y una fuerza inquebrantable. La mirada de un lobo alfa, la mirada de un líder de la manada, con fiereza y sabiduría en ellos.

     —Gracias por ayudarme...—Trató de decir Andreas. Pero fue interrumpido por Ser Bruno, a pesar de que el caballero no dijo ni una sola palabra, el hombre solo se dignó a rodear a Andreas, juzgando cada aspecto de su cuerpo.

     —Piernas largas y delgadas, bueno para correr, pero no para luchar, brazos largos y flacuchos, probablemente te hagan ágil, pero de golpe débil, mentón débil y ojos de niño. No sirves para sembrar el miedo en el corazón de tus enemigos...Jamás tendrás la robusta complexión del guerrero Stahlander, ya es muy tarde para eso. Eres muy grande para que tus huesos se ensanchen y tus músculos crezcan como robles. Y aún así...tú eh...¿Cómo habías dicho que te llamabas?

     —An...Andreas. —Respondió el muchacho.

      —Tú, Andreas, tienes fuego en tu interior. Una pequeña llama en tu corazón que haremos crecer como un torrente, como un fuego salvaje en el bosque. —Respondió Ser Bruno. Entonces el hombre caminó hacia barril de roble donde había espadones. El hombre tomó uno de los mandobles y lo alzó con una sola mano, todos los músculos de su brazo se tensaron a través de su camisola de lana. El caballero entonces arrojó la espada hacia los pies de Andreas. —Levanta la espada, guerrero.

     Andreas entonces tomó la espada, el muchacho pudo comprobar lo pesado que era una espada como esa, el acero Stahlander era fuerte y maleable, pero a Andreas se le hacía pesada. Mientras tanto Ser Bruno tomó otra de las espadas. El hombre la hacía girar en su mano como si no fuese la gran cosa, resultaba un espectáculo de gran destreza. Ser Bruno lanzó el primer golpe, Andreas levantó la espada con ambas manos y logró bloquear el golpe del caballero. Entonces el caballero se dio media vuelta y volvió a atacar, Andreas nuevamente bloqueó el golpe. Luego Andreas contratacó, pero el hombre bloqueó con gran facilidad y destreza el ataque de Andreas. Ser Bruno entonces dio un giro con su mano y la hoja de la espada de Andreas quedó atrapada. Andreas carecía de la fuerza en sus brazos y torso para poder liberarla de la llave en la que se encontraba ahora. Entonces Ser Bruno empujó el mango de su espada hacia atrás y golpeó con el pomo de la espada en el estómago a Andreas, el muchacho entonces tiró la espada y se cayó al suelo, al muchacho se le dificultaba respirar.