CALLUM
A pesar de que aún hubiesen trigales en el sur, y hacía días que habían dejado la ciudad de Galubericum, seguían todavía dentro de la provincia de Wienland. Cuando frente a ellos apareció el imponente ejército de Esterreich. Los estandartes azules con soles dorados de la casa Blauenblud hondeaban en la brisa matinal. Callum observó a lomos de su caballo pura sangre oscuro, la inmensidad del ejército enemigo. Los estandartes de Callum fueron levantados tras el muchacho, llevaban al hombre horcado y un fondo rojo.
—Qué suerte que cambiamos nuestros estandartes, o de lo contrario sería una batalla muy confusa. —Respondió el padre Manneti. Callum asintió con la cabeza.
—Sin embargo, no evitaremos el derramamiento de sangre. —Respondió Callum. El muchacho sacó de la alforja de su silla de montar el catalejo y observó al otro lado del campo de batalla, un hombre que llevaba una armadura dorada con un plumaje cerúleo en el yelmo, su primo; Ferdinand. Luego vio a un hombre de armadura negra a lomos de su montura, sabía que tenía que ser el Gran maestre Engelbert Rossemeyer. Los caballeros de la orden de Ahri llevaban estandartes negros con una luna plateada en medio de ellos.
—Una estimación próxima diría que tienen unos 12,000 hombres. —Respondió El padre Manetti. —Tienen 3000 hombres más que nosotros. Le sugiero que cambie de formación, a una más convencional.
—No. —Respondió Callum, eso es lo que ellos esperan.
—Alteza, aunque tengamos el favor de Edum, eso no significa que estemos exentos de no morir. —Respondió el religioso.
—Usted quería una guerra Padre Manetti, bueno, la ha conseguido. —Respondió Callum.
—Alteza, sinceramente no creo que...
—Padre, sinceramente usted no está instruido en el arte de la guerra como yo. Se lo que hago, se cómo ganar esta guerra. —Respondió Callum.
—Bueno si mi consejo no se requiere aquí, regresaré a nuestro campamento.
"¿Para mantenerse a salvo de la batalla?, ¿O para huir a Romalia si todo sale mal?" Pensó Callum.
—Como guste Padre. —Respondió Callum, el Padre Manetti subió a su caballo y lo hizo cabalgar hacia la seguridad. Mientras Callum se quedó ahí frente a sus tropas.
—¡Condotieri! ¡Allá enfrente está nuestro enemigo! ¡Mi hermana ha venido a escarmentarnos porque creemos en Edum, pero no teman, ustedes pelean por la fe, ¡Valor! ¡Valor! ¡Esta será nuestra victoria o será nuestra gloria! ¡De cualquier manera no podemos caer! ¡Edum Invictus!
—¡Edum Invictus! —Exclamaron los guerreros Romalios.
Entonces se escuchó un mar de gritos al otro lado del campo de batalla, como una marea que descendía sobre el valle, el ejército de Ferdinand se aproximó corriendo.
—¡Carabinas! —Exclamó Callum. De entre las filas de los soldados los monjes guerreros de Xian-Gri-La aparecieron y apuntaron sus arcabuces hacia el frente. En los extremos yacían dos escuadrones de lanzas para evitar que los encerraran en un círculo y después estaba la infantería que comenzaron a colocar dardos en sus ballestas y a desfundar las espadas. Callum esperó el momento correcto.
—¡Fuego! —Exclamó Callum. Los carabineros dispararon desde sus arcabuces contra el ejército enemigo, una delgada nube de humo y pólvora se alzó. Aún en la distancia el muro de balas disparadas impactó contra jinetes, e infantería por igual. Los hombres habían quedado horrorizados con el estruendo que causaban aquellas armas. Los carabineros volvieron a recargar y a disparar. El miedo era palpable en los ojos del ejército de Ferdinand. Las balas eran capaces de perforar el armazón de los caballeros de la Orden de Aihri. Entonces El Gran Maestre Engelbert hondeó su estandarte para cambiar la formación del ejército.
"Imposible que haya funcionado." Pensó Callum, el enemigo cambio su formación en un intento de evitar que los carabineros continuaran acabando con los hombres. El ejército de Ferdinand se partió en dos y atacaron los extremos mientras los piqueros en ambos flancos les contuvieron. Entonces Callum desenfundó su espada.
—¡Infantería! ¡Conmigo! ¡Edum Invictus! —Exclamó el muchacho. La infantería comenzó a correr entre las filas de los carabineros hacia el campo de batalla y flanquear al ejército partido de Ferdinand, Callum cabalgó a lomos de su purasangre lanzando tajos con su espada hacia los hombres en el campo de batalla.
—¡Bastardo! —Escuchó Callum, entonces un jinete en armadura dorada lo tumbó del caballo, Callum cayó al suelo, por suerte usaba armadura ligera y logró levantarse del suelo. Callum se retiró los mechones de cabello que le caían en la cara, y tomó la espada, Ferdinand se retiró el yelmo y levantó su espada. Iba tras Callum, hizo galopar a su caballo, pero entonces fue justado por el muro de lanzas de los piqueros. Ferdinand cayó al suelo y se levantó al instante. —¡Bastardo infeliz! ¡Traicionaste a tu familia! ¡Traicionaste a Hannes y ahora voy por ti!
—¡Que estás esperando niño bonito! —Exclamó Callum. Entonces Ferdinand corrió hacia Callum, los chocaron espadas en medio del aire, el estruendo del choque llamó la atención de los hombres alrededor de ellos. Ferdinand atacó con fiereza y destreza, sin duda era mejor Callum, ya que lo obligó a ponerse a la defensiva. Entonces Callum lo llevó al terreno lodoso, al pisar la tierra mojada, Ferdinand se resbaló y cayó al fango. Los guanteletes y las grebas le impedían levantarse. Ferdinand supo entonces que le habían tendido una trampa.
Pero antes de que Callum pudiese acabar con él, El gran maestre apareció y desarmó a Callum en dos movimientos, como había violado las leyes del duelo, la batalla volvió a reiniciar. El Gran Maestre tomó a Ferdinand y lo levantó del suelo. Los dos comenzaron a alejarse del campo de batalla. La batalla de Weinfeld había terminado.
—¡Heil Callum Der Esterreich König! —Exclamaron los hombres.
—Sabía que usted era el elegido por Edum para ser el nuevo rey. —Respondió el padre Manetti, cuando regresó de la seguridad del campamento. Ya estamos cerca alteza, ya estamos cerca de conquistar el trono de Esterreich.
Callum se quedó observando el sol crepuscular, mientras los rayos del sol pintaban con brillo rojo su armadura verde oscuro.
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La Ultima Reina
خيال (فانتازيا)A Gálica Kreuz, le ha tocado perder dos veces, la primera al ser obligada a casarse con un hombre que no ama, el duque procedente de Romalia; Enrico Casteglio, y la segunda ser traicionada por su mismo esposo y su hermano Karlo Kreuz. Los cuales lu...