RONAN
El aplauso y los gritos llegaban hasta la tienda de Ronan, el muchacho no había querido asistir a la ceremonia de nombramiento del esclavo. Sentía indignación mientras yacía acostado cubierto por las pieles e oso y de lobo que le habían dado para cubrirse del frío invernal. Además del vitoreo, podía escucharse el golpe del viento contra la carpa. El muchacho hundió su cara en su almohada de plumas de ganso.
—¿Qué ocurre? —Le preguntó la condesa Nadja quien estaba al otro lado de Ronan. La chica colocó su tibia palma contra la espalda de Ronan. —¿No puedes dormir?
—No...—Respondió Ronan.
—No puedo creer que le hayan dado el nombramiento de caballero a un extranjero. —Respondió la condesa Rottenbaum. —¿A dónde fueron a parar nuestras costumbres? —Ronan entonces se dio media vuelta y observó a la condesa, no podía creer que la política le interesará a alguien como ella.
—Mañana entraremos a Rottenbaum. —Respondió la condesa Nadja. —Te va encantar, hay plantíos llenos de tulipanes y espejos de agua que cubren las praderas, será como caminar en el mismo cielo. —Respondió la condesa mientras se recargaba en el pecho de Ronan. —Rottenbaum es muy romántico.
Ronan lanzó un pequeño gruñido. —La verdad es que nunca me han interesado las flores y los espejos de agua. —Respondió Ronan. —El romance, el canto y las flores son cosas de mujeres y bardos. Yo soy un guerrero nada de eso me interesa.
—Pues debería interesarte Ronan. —Respondió la chica. —A las chicas les gusta un hombre que es capaz de mostrar su corazón a la mujer que ama.
—Estoy seguro que sí. —Respondió el muchacho.
—Más te vale comenzar a prestarme atención o de lo contrario me iré. —Respondió la condesa.
—Como quieras Nadja, allá está la salida, solo baja la carpa al salir.
—¡Que! ¡Eres un maldito bastardo! —Respondió la condesa Rottenbaum mientras que golpeó con sus pequeños puños el pecho de Ronan. —No te das cuenta de lo que estás perdiendo conmigo, ¡Rottenbaum! ¡Ronan, estarías perdiendo el condado de Rottenbaum!
—¿Quién dice que quiero el condado de Rottembaum? —Preguntó Ronan. —Yo no quiero ser conde de Rottenbaum, es inferior a mí.
—¿Disculpa? ¿inferior a ti? ¡Eres el hijo de un herrero! —Exclamó la condesa Nadja enfadada. —De un vil herrero, yo te estoy ofreciendo un condado, riqueza, poder y a mí.
—Así es, soy el hijo de un herrero que se convirtió en el caballero más fuerte de la Orden del Roble, porqué he de conformarme con el condado de Rottenbaum cuando puedo tener más, cuando puedo tener a Stahland.
—¿Estás de broma? ¿Deberás crees que Gálica se casará contigo? —Preguntó la condesa Rottenbaum. —¡Gálica no ha ganado la guerra y piensas que ya va estar dispuesta a desposarte!
—Lo que yo te ofrezco es real y tangible, gane o pierda Gálica yo soy la condesa de Rottenbaum.
—Gálica no perderá, ella es la elegida de Aeger para ganar el trono, ella es la reina. Ella es descendiente del dios de la guerra. —Respondió Ronan.
—Y, aun así, en medio año perdió la mitad de su reino. —Respondió la condesa Nadja, la chica se levantó de la cama de Ronan y comenzó a vestirse. —Contéstame al menos esto, ¿Qué tiene Gálica que no tenga yo?
—Gálica no es tú. Ella es la única que me ha hecho sentir completo, cuando estoy con ella mi vida, tiene un sentido, un propósito. Cuando sigo las ordenes de Gálica, todo hace sentido.
—Oh...pobre Ronan. —Gruñó la Condesa indignada. —El poderoso, indomable guerrero Ronan, que hace derretir a cada mujer, no es más que un perro que jadea y mueve el rabo por Gálica Kreuz. Es una lástima que Gálica prefiera más a ese esclavo Andreas que a ti.
—Si tú quieres irte solo vete, nadie te obliga a quedarte aquí Condesa Rottenbaum. —Respondió Ronan. —Solo no te atrevas a pronunciar mentiras sobre Gálica.
—Oh... ¿No me digas que aún no te has dado cuenta?, pobre, pobre Ronan, eres capaz de guiar el camino de varias mujeres hacia su cama, pero no eres capaz de entrar en el corazón de la mujer que amas.
—No sabes de lo que estás hablando, Gálica me ama, y yo la amo. Y cuando esta guerra termine le pediré que se case conmigo y ambos reinaremos Stahland como iguales. —Respondió Ronan.
Entonces la condesa caminó hasta la entrada de la tienda.
—Eres muchas cosas Ronan, pero no eres material para un rey. —Respondió la condesa Nadja y luego salió de la tienda del guerrero, dejándolo solo en el interior.
"No es que no lo hubiese pensando, Nadja es una mujer hermosa y Rottembaum es uno de los condados más ricos y poderosos de Stahland, pero no es Stahland y ella no es Gálica Kreuz, por supuesto que podría casarme con ella, ser conde de Rottembaum, y tener muchos hijos, pero no estaría viendo los ojos verdes de Gálica, o su sonrisa aperlada cuando la hago reír, no estaría sintiendo sus abrazos nuevamente alrededor de mi brazo, ni volvería pelear con ella."
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La Ultima Reina
FantasíaA Gálica Kreuz, le ha tocado perder dos veces, la primera al ser obligada a casarse con un hombre que no ama, el duque procedente de Romalia; Enrico Casteglio, y la segunda ser traicionada por su mismo esposo y su hermano Karlo Kreuz. Los cuales lu...