Y E O L S E T

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Changbin sabía muy bien como había terminado en esa situación y también sabía cuanto deseaba congelar el tiempo y permanecer al lado de Felix por mucho tiempo más.

Luego de comprarle el control, Felix con mucho ánimo lo invito a jugar esa misma tarde, por lo que terminaron comprando dos cajas de pizza para comer en la casa del menor.

Cuando el omega lo invito a pasar, se sentía demasiado cohibido, emocionado pero también asustado. El hogar de Felix no era tan grande como su casa, pero si era lo suficiente para que una persona independizada logrará vivir estable y sin la necesidad de nada.

No conoció más allá que la sala de estar, baño y cocina, pero debía decir que la decoración del lugar era demasiado linda, tal y como en las películas y series presentaban. Felix le había comentado que también le gustaba mucho el diseño de interiores, pero jamás se había animado a estudiarlo debido a que no había sido un alumno con excelentes calificaciones, solo tenía lo necesario para no repetir de curso ni pasar a rastras, por eso decidió enfocarse a uno de sus otros sueños, ser un bailarín profesional.

El reloj marcaba las ocho con veinte minutos de la tarde. Las cajas de pizza habían sido abiertas, a medio comer y posadas en el suelo en medio de ambos cuerpos que con atención miraban la pantalla del televisor mientras presionaban los botones buscando ganar la partida.

Resultó ser que Felix era fanático del conocido juego llamado Fornite, lo demostró al ganar una que otra partida gracias a su talento de apuntar correctamente hacia los participantes contrarios.

-Bokkie tienes a uno cerca- habló con voz monótona el alfa mientras hacía correr a su personaje en dirección al menor.

-Lo escucho- avisó Felix  dirigiendo su atención en buscar al otro jugador externo tardando en encontrarlo, y que al darse cuenta de que no iba solo, simplemente comenzó a huir. Lo cierto era que no tenía mucha munición, solo le alcanzaba para uno de los dos avatares que iban tras él-. ¡Hyung lo necesito!

-Estoy cerca tuyo Felix, escóndete y yo me encargaré.

Y tal como Changbin le aludió, Felix lo hizo, pasando por una zona en el mapa que estaba rodeada de árboles. Entonces desde lejos y oculto en un arbusto comenzó a apuntar a los contrincantes pero fallando al instante por la posición.

-Te dejé más balas detrás suyo Bokkie, me voy a adelantar.

Felix sonrió, tomando no solo los cartuchos que el mayor le dió sino también vendaje.

Cuando ya estuvo totalmente listo y recargado, fue detrás de Changbin ayudándolo a deshacerse de otro jugador al disparar ambos al mismo tiempo.

-Bien, estamos justo en el medio así que cre- el alfa fue interrumpido abruptamente al ser lastimado. No tuvo tiempo de reaccionar correctamente cuando en la pantalla le mostró su muerte para luego ver a Felix jugar-. Okey, acabo de morir pero tengo fe en ti Felix.

-Tengo tres acá cont- y tal como a Changbin le ocurrió, Felix fue matado por uno de las tres personas que quedaban en el juego, provocando una reacción lastimada exagerada del omega.

-Creo que tuvimos mala suerte- fue el único comentario que añadió al ver como continuaba la partida sin estar los dos participando de esta.

-Justo en nuestra mejor racha- concordó Felix echándose en el suelo para quedar intacto en su lugar mientras observaba el cielo de la casa. Changbin imitó su acción dejando de lado el juego.

-Al menos fuiste el cuarto en morir.

-Me ayudaron tus recargas, gracias.

Changbin soltó una risa estirando un brazo alcanzando el cabello de Felix para acariciarlo con sutileza, recibiendo su intensa mirada que desbordaba dulzura sin ninguna palabra entre medio.

-Lo sé Bokkie.

Ajenos a todo lo que era el mundo, en una burbuja que solamente los rodeaba de las delicadas acaricias del alfa y débiles ronroneos por parte del omega, Changbin pensó que así estarían bien, que si su futuro le tuviera escrito todas las tardes que pasarían con un infinito silencio y dulces actos de amor, no sería más perfecto para ellos, y lo era gracias al otro, porque estando ahí lado a lado era un paraíso propio.

Pero como todo empezaba, se debía romper esa burbuja que deseaban, fuera eterna.

-Creo que ya debería irme, se está haciendo tarde- susurró Changbin con temor por alejarse de tal maravilloso chico incluso por un corto tiempo, porque volvería a pedirle una salida incluso si el menor lo veía solo como amigos.

-Sería bueno, ya sabes, para que no te suceda nada al volver muy tarde- con un puchero en sus labios, Felix pidió por su vida que tales palabras no tuvieran un efecto contrario al de preocupación.

-Estaré bien.

Envueltos otra vez en silencio, se dispusieron a colocarse de pie. Felix sin prisa se encargaba de ordenar todos los rastros de comida que dejaron, observando de reojo al alfa abrigarse  y asegurándose de paso de poseer todas sus pertenencias.

A pesar de las quejas de Felix por querer ir  a dejar al mayor a una parada de autobús, Changbin le convenció que se mantuviera en casa, ya que no se sentiría bien si incluso, en el pequeño trayecto que tenía que recorrer, le sucedía algo.

Felix le sonrió con tristeza en la puerta de su casa, pero para Changbin, verlo ahí con un aura deprimida solo hizo desear abrazarlo.

Y esta vez no sabía por qué lo había hecho, simplemente lo hizo.

Expandió su aroma antes de, sin pedir siquiera permiso, lo abrazara sorprendiendo al omega quien con duda y timidez paso sus brazos por el cuello de Changbin y lo acercó aún más a él sintiendo como el alfa rodeaba su cintura brindándole un abrazo aún más protector, mucho más cariñoso y sobre todo, aún más eterno.

Porque con esa simple acción, se aseguró de que no iba a dejarlo ir jamás, mientras que con cada segundo que pasaba, impregnaba aún más su aroma en él, marcandolo con este.

Detrás Tuyo [ Changlix ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora