capítulo 4

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En estos últimos dos días todo a Sido una locura tras otra y aquí estoy debajo de una mansión, que tiene un búnker secreto.

Dante no dudo ni un segundo en preguntar totalmente entusiasmado —!¿Que es este lugar?¡— mientras sus ojos azules observaban en todas direcciones

 Isaac explicó —es una zona segura, esperaremos a que los militares nos dejen de buscar, después los llevaré a casa— mientras arreglaba su cabello naranja

Me mantuve solo a unos pasos de la puerta del elevador observé el lugar rápidamente y luego exclamé —¿ Cómo consiguieron todo esto?—

En ese mismo instante un voz profirió —te sorprendería lo que puede hacer el dinero—, prestando más atención pude notar a alguien sentado en la habitación, era un joven, sostenía una taza de té y la revolvía con una pequeña cuchara, ademas vestia un traje elegante, se levantó mostrando tener un cabello rubio y ojos verdes era alto y su piel era algo pálida, camino en mi dirección, extendió su mano para saludarme y se presentó —mi nombre es Giorgio— entonces Jessia agregó —o como yo le llamo golden touch—.

—buen alías— exclamó Dante 

Jessia sonrojada tan solo respondió —gracias—

Por mi parte mi curiosidad me llevo a preguntar —¿y por qué ese alías?—

Giorgio tomó la pequeña cuchara que se encontraba dentro de la taza que sostenía, la levanto para poder observarla y la cuchara de a pocos tomo un color dorado metálico, entonces Dante comentó

Giorgio tomó la pequeña cuchara que se encontraba dentro de la taza que sostenía, la levanto para poder observarla y la cuchara de a pocos tomo un color dorado metálico, entonces Dante comentó

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Dante atónito expresó —¿eso es...?— 

Giorgio sonrió y dijo —oro puro— 

al escuchar eso le comenté —entonces es así como consiguieron este lugar—

Giorgio exclamó —técnicamente soy una mina de oro inagotable, lo que nos da un ingreso de dinero inagotable—

Fue entonces cuando Isaac interrumpió llamándonos a Dante y a mí, caminamos hasta una puerta blindada, Isaac coloco su mano en un escáner y la puerta se abrió desde el medio hacia los lados, justo cuando estaba por avanzar Isaac exclamó —Elías, deberías esperar afuera, podrás observar por el ventanal—

Fue entonces cuando Isaac interrumpió llamándonos a Dante y a mí, caminamos hasta una puerta blindada, Isaac coloco su mano en un escáner y la puerta se abrió desde el medio hacia los lados, justo cuando estaba por avanzar Isaac exclamó —Elías, de...

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