capítulo 6

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"Están en todos lados, no podemos confiar en nadie". Eh estado pensando mucho en esa frase últimamente, le eh dado vueltas una y otra vez.

Pero ahora debo enfocarme, si lo que dijo Dante es verdad debo estar preparado en caso de que suceda lo peor.

—¡eh muchacho! ¿estás bien?— exclamó Taiki curioso, a lo que conteste —sí, solo estaba pensativo—

han pasado 14 días desde que me reuní con Dante, eh entrenado rigurosamente con Taiki, hace poco empece con las bases del Kung fu, actualmente usamos su casa como lugar de entrenamiento, ya que está posee un espacio para entrenar que Taiki suele usar.

—De dónde viene toda esa preocupacón— comentó Taiki mientras se sentaba a mi lado

Tratando de ocultar mis pensamientos le respondí de inmediato — no, tan solo pensaba en algunas cosas— 

él exclamó con un tono de preocupación hacía mí —llevas así días, no tan solo ahora— tan solo pude responder —lo siento—

Taiki me comentó —no sé que es lo que te preocupa, pero escucha chico, la preocupación es como un parásito se aferra a tí te deteriora tanto física como mentalmente, solo hará más errático tu entrenamiento—.

Tratando de buscar una solución le pregunté —entonces que puedo hacer—

él volteo a verme y con alegría exclamó —te preguntas cuál es la cura para la preocupación—.

Curioso por saber la respuesta le contesté —sí, claro si eso existiese—.

Entonces con una voz calmada explicó —esa preocupación es como una cadena de peso medio que cuelga de tu muñeca, entre más tiempo pasa lo sentirás más pesado aunque no le hayan agregado peso, llegará un punto en el que ya no podrás avanzar y te habrás paralizado—.

Tratando de entender el ginificado contesté —entonces quieres decir que me suelte de la cadena antes que sea tarde—.

Taiki levantó la voz y exclamó —¡exacto! ¡Suéltate!, tan solo olvídalo, un pensamiento constante consume mucha de tu concentración día a día la cual podrías usar de mejor manera en tu entrenamiento—.

Fue cuando otra pregunta se generó en mí —¿Entonces como... lo olvido?—

A mi nueva duda Taiki contestó —viviendo el ahora deja de darle vueltas y enfócate en el aquí y el ahora. ¡ Vive el momento!—

Luego se levantó y exclamó —arriba chico, por qué entrenaremos hasta que tu preocupación se extinga—

Luego se levantó y exclamó —arriba chico, por qué entrenaremos hasta que tu preocupación se extinga—

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solo solté una pequeña carcajada que había sido producida por el alivio que logro esa conversación.

Después de haber entrenado, Taiki decidió acompañarme a casa, en ocasiones suele hacerlo, tan solo cuando no está muy ocupado, lo hace debido al incidente de los asaltantes.

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