capítulo 13

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Podíamos escuchar a los militares acercarse, debíamos retirarnos en ese instante de ese lugar —hay que irnos, después me explicas Elías— exclamó Atlas, mientras avanzávamos en dirección opuesta a la de la escena del combate 

Dante exclamó —¿es un amigo tuyo?— 

voltee a ver a Dante y le respondí —Si, el me prestó el traje la última vez— 

a lo que mi pelirojo amigo agregó —lo imaginé—

Cuando nos aseguramos de estar lejos de los militares Atlas me dijo —esa situación fue muy peligrosa, me alegra que hayas usado la señal de emergencia— 

Dante se acercó un poco más y exclamó —Disculpe mi intromisión, pero ¿usted es?— 

Taiki lo volteo a ver, extendió su mano y respondió —soy Atlas— Dante devolvió el saludó.

Taiki decidió acompañarnos hasta mi casa, para evitar que me volviese a meter en un lío, en el transcurso de esta caminata Dante me preguntó —¿Y cuál es su poder— 

voltee a verlo y sin saber que responder dije —dar miedo— 

Dante me miro extrañado y agregó —¿y como funciona?— 

se lo tomo muy enserio, claramente no noto mi ironía, mientras aguantaba la risa —pues nunca me lo dijo— le conteste.

Una vez llegamos a casa Taiki se despidió y se alejó de la casa, mientras Dante se sentaba en el mueble de la sala le pregunté —¿quieres jugo de naranja?— 

el pelirojo respondió —si claro, muero de sed— mientras servía el jugo comentó —tu casa sigue igual y como la recuerdo— 

me acerque a Dante con los vasos y le dije —no es que no hayas venido hace mucho tiempo—.

Cuando el timbre de la puerta sonó —debe ser Isaac— exclamó Dante

le pregunté —¿cómo estás tan seguro?— extrañado pro su afirmación 

Entonces el se levantó del mueble y mientras caminaba a la puerta me dijo —le pedí que trajera mi traje— camine detrás de Dante y observé que al abrir la puerta se encontraba Jessia con un maletín.

—¡¿Jessia?!— exclamamos al unisono 

—Hola— exclamó Jessia con una gran sonrisa y luego sumó —Isaac me pidió que te diera esto— 

mientras le entregaba el maletín a Dante —gracias Jessia— pude ver cómo Jessia se ruborizó un poco ante las palabras de Dante, creando una atmósfera romántica la cual quería cortar en ese instante.

Pero no podía ser maleducado y exclamé —¡Quieres pasar Jessia!— Jessia me vio e ingreso a mí casa exclamando —con tu permiso—.

Mientras servía otro vaso de jugo de naranja Jessia se sentó cerca de Dante, cosa que anteriormente hubiera sido imposible por parte de ella, supuse que el tiempo que pasaron en la base le dió más confianza.

Me acerque a Jessia y le dí el vaso que acababa de servir, ella lo tomó y profirió un –gracias–, luego me senté en el mueble frente de ellos, al parecer Dante le había contado la situación con su hermana y Jessia le estaba diciendo —Es bueno que tengas un nuevo integrante en la familia, todos necesitamos contar con alguien y entre más personas con que contar es mejor, como Elías o yo— 

al escuchar las palabras que acababa de decir Jessia exclamé —jamás pensé que escucharía algo así de tu parte— 

Jessia volteo a verme y me dijo —lo digo por experiencia— 

viviendo entre héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora