Los dioses no olvidan ni perdonan, pequeño héroe.
Vegetta no creía lo que veían sus ojos.
Rubius estaba flotando frente a él, rodeado de un hilo dorado y con los ojos brillantes.
—Ostias.
Fargan estaba junto a él observando la escena.
—Parece un faro humano.
Vegetta hubiera reído en otro momento, sin embargo, la preocupación por su amigo le ganó a la risa.
—¿Que le ocurre?
Fargan lo examinó con la mirada, extrañado.
—¿Acaso Rubius nunca te explico?—Fargan río, dándose cuenta.—Pues claro que no, no tiene los huevos para eso.
El pulso de Vegetta se aceleró.
—¿Decirme qué? Explícate tonto.
Fargan levantó las manos, excusándose.
—Cada quien tiene sus razones, Rubius tiene las suyas para no decirte. No está en mí decirte los secretos de este tío.
Fargan desvió su mirada a Rubius.
—Y parece que los de Rubius algún día lo van a destruir.
Vegetta negó con la cabeza, cada vez más preocupado.
Y mientras Willy balbuceaba en otro idioma, Vegetta gritó el nombre de Rubius otra vez.Rubius abrió los ojos y se llevó una sorpresa. Estaba en casa de Vegetta. El dios y el aún estaban tomados de la mano, la mano del dios estaba fría, como el hielo. Rubius se soltó del agarre del dios.
— ¿Para qué estoy aquí?
El ¿dios? se rasco la cabeza. Ya Rubius no sabía si pensar en esa presencia como un dios.
—Para ver a los dioses.
Rubius soltó un bufido.
—Lamentó decirte que en la casa de Vegetta no hay ningún dios. A menos que su gata lo sea...
El dios rio y señaló la puerta de la casa. La puerta se abrió lentamente.
—¿Fantas...?
El dios ya no estaba con el.
—Genial, putas genial.
Llegó a la entrada de la casa. Se oían voces...¿riendo?
Entró y se dirigió al lugar de donde supuso surgían las voces.
Llegó a la sala y se sorprendió con lo que vieron sus ojos.
Había varias personas, la sala de estar de Vegetta estaba llena de dioses.
Un dios estaba jugando con una consola, compitiendo con otros dos.
Una diosa estaba charlando animadamente con otra y estaban riendo sonoramente, el piso parecía retumbar con sus risas.
Todos los dioses cambiaban de apariencia constantemente. Sin embargo, Rubius observaba que no cambiaban de sexo.
Había un dios que destacaba, estaba sentado en un sillón, solo. No hablaba con nadie ni se movía.
Poco a poco los dioses notaron la presencia de Rubius.
Un dios de los que estaban jugando fue el primero en hablar.
—¿Pero que tenemos aquí? ¡Uno de nuestros guerreros favoritos!
Rubius hizo una reverencia con la cabeza.
—Hola...bueno hay una situación...
El dios hizo un gesto con la mano.
—Si, si. Mandamos a alguien a arreglarla. ¿No es así?—Los dioses asintieron, al parecer satisfecho de ellos mismos. —Un herido no puede ser tan difícil de manejar. ¿Donde estará esa chiquilla?
¿Chiquilla?
—¿P-perdón? Dioses, creo que no me están entendiendo. Mi compañero...
El dios del sillón se levantó. Los otros dioses retrocedieron, parecían intimidados.
—No, al parecer el que no entiende eres tú Rubén.
Fue como si a Rubius le dieran una bofetada.
—Ya enviamos a alguien a ocuparse del guerrero herido. No creo que necesiten mas ayuda. Es insolente de tu parte venir y pedirnos más ayuda, sobretodo considerando la posición en la que estás...
Rubius estaba enojado, impaciente y cansado de los dioses.
—Lo qué pasó hace tiempo no viene al caso. Necesitamos ayuda. Willy, mi compañero fue maldecido por una maldita flecha de los estupidos jinetes esqueleto.
«Tiene una herida de donde parecen crecer raíces negras, le está absorbiendo la vida poco a poco mientras estamos hablando.
—Se recuperará pronto. Ahora sal de aquí, interrumpes nuestra tarde. Caso cerrado.
—Pero parece grave...
—Los insignificantes malestares de un mortal no son dignos de nuestra ayuda.
Ni el estuvo seguro de donde sacó las fuerzas para decir lo siguiente. Los otros dioses, al ver las intenciones de Rubius, negaron con la cabeza frenéticamente.
—¡No vine aquí por gusto! ¡Me importa una mierda si esto no les parece "lo suficientemente digno para que un dios lo arregle"!
¡Ayúdennos!
El dios intimidante frunció el ceño. Los otros dioses parecían temer por la vida del chico.
El dios comenzó a reír. Llegó un punto donde le faltaba aire de tanto reír.
—¡Vaya chico! Tienes carácter.
Le dedico una sonrisa de medio lado.
—Sin embargo no puedo deja que un chico malcriado me hable de esa forma.
El alma se le cayó a los pies. Rubius se mantuvo firme y se puso a pensar en Willy y sus compañeros...¿Que pasaría con el si el dios lo mataba?
—¿Tus ultimas palabras muchacho?
Rubius trago saliva.
—Y-yo...
La voz de otra persona irrumpió en la sala.
—¡Suficiente!
Una diosa irrumpió en la sala.
Su cabello ondeaba a su alrededor, envolviéndola en rizos cafés. Sus ojos eran dorados y su piel canela. Era la única que no cambiaba de apariencia.
—Rubén Doblas.
Su voz era lo más hermoso del mundo. Rubén hizo una reverencia para la diosa.
—Perdona a mis compañeros, sé por que estas aquí. Eira me dijo todo.
Por primera vez Rubius se quedó sin palabras. Lo único que pudo decir fue:
—D-disculpe ¿Quien es Eira?
La diosa rio.
—La acabas de conocer de hecho.
Una chica pequeña entró a la sala tras la diosa. Era pelirroja y su piel tan blanca como la nieve.
—Hola...
Rubius no tenía ni idea de quien era.
La chica pareció entenderlo. Cerró sus ojos y cambió, se transformó en una figura dorada que cambiaba de formas.
Rubius recordó, ella lo había traído aquí, ella era la enviada a ayudarle...vaya ayuda.
—Curare a tu amigo Rubén. Y no te preocupes por el tiempo, el tiempo está corriendo más lento en Karmaland desde que estás aquí
El otro dios quiso reprocharle, ella lo fulminó con la mirada y lo calló.
—La maldición que tiene es una muy antigua.
«Como sabes, somos los patrones de Karmaland; lo protegemos y amamos. Sin embargo...existen fuerzas que opinan muy diferente a nosotros. Puedes llamarlos "Los otros".
Rubius se forzó a recordar esta información, tenía que dársela a sus compañeros. La diosa hablaba rápido.
—Los otros, son lo contrario a nosotros, ellos nos odian y aborrecen Karmaland. Hace años intentaron deshacerse del pueblo y de nosotros. Corrompieron a un héroe...y casi destruye Karmaland.
«Fuimos capaces de detenerlo, con ayuda de tus compañeros. Casi nos destruye a nosotros. Ahora Willy corre peligro, la maldición no se puede destruir, solo puede ser contenida.
La diosa materializó una daga de diamante y se la entregó a Rubius.
—Cuando vuelvas, quitare la maldición de tu amigo...si es que aún no es demasiado tarde.
«Tu tomarás la daga y tendrás que contener la maldición aquí. O puede que envíe a alguien para que te ayude...
Rubius quedó estupefacto.
—P-pero yo no...
—No hay tiempo Rubén, te prometo que les informaré más...tan pronto pueda.
Se escuchó como alguien gritaba su nombre. Rubius conocía bien esa voz.
—Vegetta...
—Te necesitan, diles todo lo que te acabo de contar, prepáralos para los tiempos oscuros.
Todo estaba pasando tan rápido...de repente, el mundo de Rubius comenzó a volverse borroso.
El dios amargado habló.
—El precio por esto va a ser alto Rubén Doblas.
La diosa le dedicó una sonrisa triste.
—Buena suerte pequeño héroe.
Y volvió la oscuridad.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Hola!
Bueno, el capítulo de hoy es un poco más corto que los anteriores, PERO, es por una buena causa. Se viene algo grande jajaj.
¡¿QUE SECRETO TENDRÁ RUBIUSSS?!
Madre mía lo que les espera a los pobres chicos
La canción de hoy tiene que ver más con la vida de Rubius, lo que ha vivido y lo que le espera.
Dibujo hermosho de: https://twitter.com/Nico30734196
(Vayan y denle amor 😙❤️)Voy a actualizar cada fin de semana. Si no puedo les avisaré :).
Gracias por leer, de verdad me hacen feliz
🤟🏻☺️
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Los Otros
AksiyonKarmaland, lugar de los dioses, hogar de héroes. Todo marchaba a la perfección, las selecciones están cerca y los héroes más unidos que nunca. Sin embargo, comienza a llegar una oleada de monstruos y desgracias a Karmaland. Pronto se enterarán que...