"Los ángeles son reales"
...Cuando la desesperación viene en una tormenta de frenesí inflexible, obra de fuerza, emoción y agonía, lo único que la gente puede hacer es aferrarse a algo para así no irse volando...
Rosé observó cómo el vapor de su café hacía remolinos con suaves e imponentes movimientos. Era espeso en términos de consistencia cuando estaba cerca de la superficie del seductor líquido, pero se transformaba en algo tan inmensamente delgado a medida que se elevaba a los lados del espacio que tenía por delante. La chica no pudo evitar compararse con aquella lúcida neblina. Rosé estaba tan espesa hace unos momentos, llena de genuina esperanza, y ahora, como el vapor que se iba a la deriva desde el café, ella también se ponía más y más delgada cada segundo cómo el marchitamiento de una flor. La chica quiso llorar, soltar todo en una ola de consumidas lágrimas, pero no importó con cuanta fuerza lo intentó, ellas no sucumbían a sus deseos. Con una grave reflexión, bajó la vista hasta el suelo de mármol, sostenido por el propio peso de la desesperanza.
No más. No había más ángeles.
Rosé sacó su lengua para tocar una de los muchos copos de nieve que caían como cascadas descendiendo desde el cielo. Sintió el beso frío de un copo de nieve cuando éste tocó su lengua y soltó una risita alegre. La nieve había estado cayendo continuamente desde hace una semana en Seúl, y la chica no pudo evitar sentirse hipnotizada por la fascinante belleza de aquellas perlas enviadas desde el cielo, las cuales bailaban un vals con los céfiros de invierno que espiaban por delante del patio.
"¡Atrápala!" Sonó una voz detrás de ella, y al instante una bola de nieve chocó contra su indefensa espalda.
Escapando un "Ugh" por el impacto, Rosé se giró apresuradamente hacia Lisa, quien estaba de pie con una ancha sonrisa. "¿Oh, así que es así como va a ser?" preguntó con una sonrisa burlona, ya recogiendo un puñado de nieve y moldeándolo en una bola. "Dos pueden jugar este juego." Advirtió Rosé con un destello travieso en sus ojos. Posicionándose como si fuera un jugador de béisbol, echó un vistazo a la bola antes de devolverle la mirada fija a Lisa. Y así, la bola de nieve estaba fuera de su mano y en la chaqueta amarilla de la niña. "¡Sí, un tiro perfecto!" Se regocijó la pequeña castaña, antes de ser golpeada por una segunda bola de nieve en la cabeza.
Las dos instantáneamente libraron la guerra entre sí. Iban y venían bolas de nieve hasta que alzaron la bandera blanca cuando estuvieron demasiado cansadas para tirar más.
Dejándose caer en el parche de nieve debajo de ella, Rosé miró felizmente el perlado cielo. Rayas de blanco eufórico manchaban el sombrío lienzo de arriba, y puntos diminutos de nieve descendían hasta sus suaves rasgos.
"¡Liz, mira!" Exclamó Rosé mientras extendía sus brazos y piernas tan lejos como le fue posible. Moviendo sus cuatro extremidades en un movimiento circular, comenzó a hacer un impecable ángel de nieve. La rubia, quien había escuchado a la chica llamarla, corrió hasta Rosé y rió suavemente al ver al ángel impreso en la nieve.
"¡Ta-da!" La pequeña chica cantó con mucho orgullo, "Encontré un ángel. Ahora podemos pedir nuestro deseo."
"Eso no es un ángel real, Rosie, tú sólo lo hiciste." Argumentó Lisa con una sonrisa celestial, "Y, además, hace mucho frío y dudo de que los ángeles quieran venir aquí con este tipo de clima.
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Buscando ángeles [Adap. Chaelisa]
Fanfic«Si algún día encuentras un ángel puedes pedirle que te conceda un deseo.» "Como te había dicho, Lisa: Tú y yo vamos a encontrar uno algún día, y cuando lo hagamos, finalmente nuestro deseo se cumplirá." Dijo Rosé con una cálida sonrisa, "Vas a esta...