Capítulo 5

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"Ahogo"

"Me alegra haber tenido tiempo sólo para reír y cantar una canción, parece que acabara de empezar y antes de darnos cuenta, los tiempos que pasamos juntos ya se han ido." – Dr. Seuss


Rosé dejó escapar un fuerte bostezo mientras bajaba un poco mareada las escaleras desde la habitación de invitados. El camino estaba adornado con diversos retratos familiares que colgaban de las paredes. Al mirarlos, le daba la impresión de que Joy y Yeri valoraban mucho a su familia. Sonriendo a los retratos que, a su vez, le devolvían la sonrisa, la chica se dirigió hacia la cocina. Rosé fue recibida por una cara amistosa de quién estaba sentada en un taburete al lado de un mostrador, y le sorprendió encontrarse con alguien tan tarde.

"Yeri, me has asustado", dijo con una sonrisa.

"¿No puedes dormir?"

"Exacto, sólo venía a buscar un vaso de agua. ¿Tú?" Preguntó la castaña mientras abría un cajón de madera y sacaba una taza de cristal vacía. Al encender el grifo, dejó que la copa se llenara con agua antes de levantarlo hacia sus labios para beber.

"Lo mismo" respondió Yeri. Acariciando el taburete a su lado, indicándole a la chica que se sentara. "¿Lisa está dormida?"

"Sí", respondió Rosé dejándose caer junto a Yeri.

"Bien, eso es bueno. De todas formas, siento lo de esta noche. Mi familia puede llegar a ser muy vergonzosa a veces."

Rosé negó profusamente con la cabeza, "No hay necesidad de disculparse. De hecho, Lalice y yo disfrutamos su compañía. Tienes mucha suerte de tenerlos."

"Sip" Yeri asintió con una amplia sonrisa "Soy muy afortunada."

"Siento un poco de envidia. Parece que tienes una gran vida aquí, sin preocupaciones ni problemas, nada. Eres feliz, ¿Verdad?"

"Muy feliz. Pero sería una mentira decir que no tengo ningún problema." Yeri se llevó un dedo a la barbilla, frotándola mientras contemplaba su respuesta, "Se puede ser feliz incluso enfrentando una gran cantidad de pruebas y obstáculos. La felicidad no es la ausencia de problemas." Le dedicó a Rosé una sonrisa de complicidad. "Y tú deberías saber esto."

"¿Debería hacerlo?"

"¿No eres feliz ahora?"

"Por supuesto que soy feliz"

"¿Por qué?"

"Porque Lisa me hace feliz. Nada en el mundo me hace más feliz que ella." Respondió Rosé con simplicidad. Había dejado que las palabras fluyeran con demasiada facilidad y todo había ido a estrellarse contra sus dientes demasiado rápido.

"Entonces, ¿Tú y Lisa deben ser cercanas?" Preguntó Yeri

"Muy cercanas"

"Espero que no te moleste que pregunte, pero... ¿Cómo se siente?" Consultó la chica mientras inclinaba su cabeza ligeramente hacia abajo para mirar el contador de la mesa.

"¿Cómo se siente?"

"¿Qué se siente ver sufrir a la persona que más amas?"

"No hay palabras para describirlo", respondió honestamente Rosé, porque sabía que no había suficientes palabras para describir todo lo que sentía.


Leucemia terminal.

3 Meses.

Eso era lo que había estado sonando en la mente de la castaña durante toda la mañana mientras estaba allí sentada en una silla acolchada al lado de una adolorida chica. Lisa estaba recostada en su cama de hospital, envuelta en blancas sábanas, con la espalda hacia Rosé. La chica más alta podía ver la batalla interna que la otra chica estaba teniendo en ese momento, podía ver el dolor en sus ojos sin siquiera tener que mirarlos. Su mejor amiga estaba tratando de fingir que estaba bien, aunque sus cortos sollozos de dolor traicionaban sus valientes esfuerzos.

Buscando ángeles [Adap. Chaelisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora