Capitulo 39. Con el crujir de las ramas

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Enfoquémonos primero en Rusia, el gran país se encontraba sentado frente al pequeño niño que aparentaba tener 4 años quien le sonreía alegre y extendía sus bracitos en busca de la protección de su padre. La mente de Rusia no lo engañaba, realmente era su hijo, y era un hermoso niño, lo cargó con una sonrisa en su rostro, siempre quiso experimentar, tener un hijo con la persona que más amaba en este jodido mundo. Y así lo obtuvo, la televisión estaba encendía la cual pasaban las noticias internacionales, reportando una alerta mundial, era lo más probable que una guerra se desatara, aquello le hizo sentir un cosquilleo a Rusia, si no pudo salvar a su amado protegería a su pequeño retoño de toda maldad del mundo. Apretó el pequeño cuerpo de niño a su pecho, oliendo su dulce aroma, olor a vainilla con chocolate incluso.

Debía esperar un poco más, Japón llegará en cualquier momento y partiría en dirección a su base militar donde podría degollar al Nor coreano y torturar al canadiense como se le su regalada gana, su vista se dirigió a la pantalla donde la cámara que transmitía la imagen se volvió borrosa como si estuviesen corriendo ¿pero de que?. La imagen se detuvo y una explosión se vio antes de que se perdiera la señal. Mierda ¿¡Donde demonios se encontraba Japón!? ¡Debe llegar pronto a su base!

El timbre sonó por la casa, rápidamente el ruso se levantó con todo y niño en sus brazos, abrió la puerta de madre encontrándose con el japonés sonriente —¡Japón!— exclamó alegre el ruso

—¡Rusia amigo! ¿Este es tu hijo? ¡Es muy hermoso!— cargo en sus brazos al pequeño que se mordía su pulgar derecho, el niño sonrió y abrazó al japonés brindándole su cariño y total amistad

—Le agradas— sonrió el ruso acariciando los cabellos blancos del niño, idénticos a los de él —Tengo que irme— agarro su abrigo colocándoselo y sujetando las llaves de su camioneta una Chevrolet Suburban color blanca, se acercó a su hijo, tenía miedo, mucho miedo, daría su vida por aquel pequeño niño que creó con su amor de por vida, acarició su cabellera viendo los perfectos rasgos de aquel pequeño, seguramente cuando crezca será la atención de todo el mundo por su radiante belleza, miro directo a los ojos del niño los cuales eran ámbar, iguales a los del mexicano, plantó un beso en su frente y despidiéndose de Japón antes de salir de aquella casa oculta.

—Джуро за мою жизнь, чтобы сохранить нашу защиту, мексика (Juro por mi vida mantener a nuestro hijo a salvo, Mexico)—

| Avión presidencial de Suecia |
[ 10 minutos antes ]

Estaban en el avión, cómodos sin preocupaciones cuando pronto comenzaron las turbulencias

—¿No deberíamos haber llegado?— preguntó el chileno viendo por la ventana

—Iré a hablar con el piloto— comentó Suecia para después levantarse, mientras más se acercaba a la cabeza del avión, más tétrico se sentía, no se escuchaba absolutamente nada, empujó la puerta donde se encontraban los pilotos pero... se encontraba atascada, tomó impulso y de una sola patada logró abrirla, entró con total seriedad... pronto su rostro cambió a una de asombro y asquerosidad, rápidamente comenzó a entrar en pánico pero el sonido de alarma lo sacó de sus pensamientos; aquel sonidito se trataba de —¿¡UN MISIL!?— grito preocupado el sueco, captando la curiosidad de los latinos quienes se desabrocharon el cinturón y caminaron hacia Suecia, quien había ocupado el lugar del piloto, los hispanos se impactaron, no tenían pilotos, ni sirvientes puesto a que todos se habían suicidado. El avión dio un gran tirón de lado izquierdo haciendo rodar a los latinos, el chileno se cubrió con el cuerpo del mexicano que su cabeza impactó en un extintor cayendo al suelo desmayado cual gelatina se tratase —¡NOOOO WEON! ¡SI SERÉ GILIPOLLAS!— se tapo la boca preocupado por dos cosas su hermano y la palabra que grito —¡Ya sueno a España CTM!— volvió a gritar desesperando al sueco.

𝐋𝐚 𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨 «𝐑𝐮𝐬𝐦𝐞𝐱» [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora