Era tan extraño. Sentía como si lo que pasó anoche fuera tan solo un sueño. Volver a tu rutina diaria después de aquello era desconcertante, lo hacía sentir como si fuera irreal. Pero sabía que no lo era. No podía concentrarme en otra cosa, ya que todo lo que ocupaba mi mente era recordar cada detalle del día anterior. A la vez que iba rememorando detalles, una sensación me recorría todo el cuerpo. Me sentía como en una nube, incluso sonreía inconscientemente. Menos mal que, en general, nadie me prestaba suficiente atención.
De nuevo, estábamos todos reunidos para hablar sobre la graduación, y de nuevo, la profesora se había marchado. Empezaba a pensar que utilizaba la excusa de que era un tema de conversación entre nosotros, para aprovechar y escaquearse durante un rato. Esta vez no estaban armando ningún escándalo, de hecho, estábamos divididos en grupos que la profesora había dispuesto, organizando y viendo distintas opciones. Pero si de normal estaría desinteresada en el tema, ese día, aunque quisiera concentrarme, no lo conseguiría. Mi mente seguía vagando en las sensaciones del día anterior, cuando noté mi móvil vibrar.
Sandeul
Esta tarde la tengo entera libre, así que en cuanto salgas de clase a viciarse 😉
Sonaba estúpido, pero no pude evitar sentirme decepcionada al ver de quién era el mensaje. Suspiré. ''¿Qué esperaba? ¿Qué esa chica me llamara de repente?''
Incluso Sandeul, que era lo que más podía hacerme sentir que aquello era un día normal, lo notaba alejado.
Tú
Lo siento, pero tengo que estudiar.
Era mentira, pero hoy estaba muy fuera de mí, así que no me apetecía jugar con él. Además, tendría que mantener una conversación y me parecía que sería algo difícil, seguramente me notaría rara y acabaría preguntando. No quería pasar por eso, se me daba mal mentir.
En un momento, tras dejar el móvil, volví a la realidad escuchando un poco de la conversación que las chicas de mi lado estaban teniendo.
―¿Pero entonces te has liado con el universitario?
La chica asintió con la cabeza, mientras hacía un gesto para que bajara la voz. Las demás se acercaron más a ella para no molestar demasiado al resto de la clase y comenzó el interrogatorio.
―¡Buah, tía qué suerte! ―Exclamó otra de las chicas.― ¿Pero qué edad tiene?
―21 tampoco es tanta diferencia.
―Ya, pero el hecho de que ya lleve unos años en la universidad le da como más caché.
―Lo conociste en Revólver, ¿verdad?
―Ahí es donde van todos los universitarios, yo he ido varias veces para ver si ligaba.
―Creo que todas aquí hemos hecho eso.
Y todas se empezaron a reír hasta que se dieron cuenta de que yo estaba presente. Supongo que pensarían que yo era la excepción. Que lo era, pero ya no estaban tan en lo correcto como lo habrían estado antes. Yo también había estado con alguien. Alguien mayor de hecho. Me seguía sonando tan surrealista. Ellas siguieron hablando sobre ese bar y los distintos chicos que han ido conociendo allí. Lo cual me dejó pensando, si todas ellas iban, quizás no solo fuera gente mayor, sino también gente de nuestra edad.
No sé por qué, pero me tentaba mucho la idea de ir allí. Podía ser una chica normal por una vez, probar a beber y quién sabe, quizás incluso a ligar. Aunque cómo iba a hacer algo que no sabía hacer.
―Hablando de Revólver. ―Hyejin las interrumpió, lo cual me hizo volver a centrarme en la conversación. Sonaba absurdo, pero no podía evitar estar atenta cuando ella hablaba. Supongo que en cierta manera seguía teniendo sentimientos.― He pensado que podríamos salir a beber todas las de clase. Ya sé qué haremos eso en la graduación, pero ahí estarán los chicos y estaría bien una noche de chica.
Todas las demás respondieron animadas ante la idea. Comenzaron a sugerir dónde podrían ir, o si hacían una fiesta de pijamas, o si mejor ir a algún bar. Mientras las demás discutían distintos planes, Hyejin se fijó en mí. Tenía gracia que cuando éramos pequeñas me sentía muy cómoda con ella y ahora me intimidara tanto.
―Tú también te puedes venir si quieres.
Las demás pararon de hablar y se volvieron hacia mí. Algunas soltaron comentarios por lo bajini a modo de queja, otras simplemente me miraban con curiosidad, como si no se hubieran dado cuenta de mi existencia hasta en ese momento. Quizás también estaban sorprendidas de que Hyejin me lo propusiera. Yo también lo estaba, sobre todo por el hecho de que no bebía y que seguramente ellas lo sospecharan. Y efectivamente, como si me leyeran el pensamiento.
―Pero, ¿tú bebes?
Lo que iba a pasar a continuación iba a ser mi segundo error esa semana. Pero tengo 18 años y siempre he estado apartada socialmente, así que qué otra cosa iba a responder teniendo a gran parte de mi clase atenta a mi contestación.
―Claro. Si yo también he ido a Revólver.
Todas, incluso Hyejin, se sorprendieron. Por la expresión de muchas de ellas, pude imaginarme que no se creían lo que acababa de decir. Normal.
Al final concretaron que la fiesta sería el sábado en casa de Hyejin. Era la primera vez que me invitaban a una fiesta. Estaba muy nerviosa, pero sobre todo tenía miedo. Nunca había bebido y por los comentarios que hacían sobre que sus padres no estarían en casa, iban a beber. Mierda, por qué tenía que soltar aquello. No quería que pensaran que era una rara que no sabía divertirse o cualquier cosa por el estilo, y mucho menos delante de Hyejin.
Soy idiota.
Era jueves, por lo que mis padres volverían tarde de trabajar. Estaba tentada, muy tentada a ir a ese dichoso bar y ser una persona normal. Si quería hacer eso, este era el momento. No podía ser que mi primera vez bebiendo alcohol fuera en la fiesta, todas se darían cuenta de que mentía.
''Venga, todas ellas han ido a ese sitio, no va a pasar nada''.
Así que allí estaba. Cuando entré por la puerta me sentía tan fuera de lugar. Había mucha gente, hablando, bebiendo, algunos incluso bailando. Lo peor es que todas las personas que veía aparentaban ser más mayores que yo. Eso, o que yo me sentía como si tuviera 14 años en comparación. Menos mal que llevaba el DNI conmigo, porque en cuanto me viera algún encargado, me echarían a patadas.
Me acerqué nerviosa a la barra. Tras esta, había un chico con todo un brazo tatuado, iba de un sitio a otro, sirviendo copas con una gran habilidad y soltando un par de palabras con algunas de las personas que estaban apoyadas en la barra.
―¿Qué te pongo, guapa?
Habló tan de pasada que me costó pillar que se estaba dirigiendo a mí. En ese momento me di cuenta de que no sabía qué pedir. No tenía ni idea de alcohol. ¿Qué se suponía que bebían las demás? Si supiera al menos qué es lo que planeaban llevar a la fiesta. El chico, al ver que dudaba frunció el ceño y se dirigió directamente hacia mí.
―¿Eres mayor de edad?
―S-Sí, tengo el carnet aquí mismo.
Se lo entregué y él estuvo un rato mirándolo atentamente. Qué vergüenza. Sabía que podía ocurrir eso, pero habría preferido haber conseguido evitarlo. Me pregunté si estaba mirándolo tan atentamente para ver si era falso o no. ¿Tan raro era que no supiera qué pedir? Si ya tan solo el entrar me habían hecho sentir como si fuera una cría, ahora lo sentía aún más.
El chico al final sonrió y en el momento en el que me lo iba a devolver, escuché una voz que me resultaba muy familiar detrás de mí.
Este capítulo es muy cortito porque el siguiente es desde el punto de vista de Solar y pues quería separarlos. Espero que os esté gustando y esas cositas. Podéis ir diciéndome qué pensáis que puede pasar o cosas así. Nos vemos.
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You're my doom [MOONSUN]
ФанфикMoonbyul siente que no encaja con el resto de chicos de su edad. Se siente rara, como si hubiera algo mal en ella y esa confusión y el querer descubrir quién es le llevan a contratar a una chica para acostarse con ella.